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Política

la danza de los candidatos

Veintidós ofertas, pero solo dos demandas

“Y Uruguay está otra vez en pleno proceso de campañas electorales, más prolongadas en el tiempo que el propio Concurso de Carnaval, que se dice es uno de los más largos del mundo; en este primer tramo de definición de las internas partidarias, el democrático mecanismo de elegir a los presidenciables pone a consideración veintidós candidatos en los partidos con representación parlamentaria. Pero demanda de proyecto de país solo hay dos”.

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Quizás sea un síntoma de buena salud democrática la proliferación de partidos políticos; quizás porque, si bien no somos partidarios de un partido único como organización política de la sociedad uruguaya, no encontramos, salvo en los que arrastran su propia historia, novedosos candidatos y agrupaciones que tengan algo nuevo que ofrecer; y sería bien válido pensar si -en el fondo- el ejercicio de la política y su expresión parlamentaria no se asemeja a la búsqueda de ingresos por los votos obtenidos, cuando no una fuente laboral con jerarquía institucional.

En este período la Corte Electoral ha habilitado siete nuevas agrupaciones políticas:

Partido Orden Republicano, partido de derecha conformado por exmilitares. El precandidato es Hugo Grossi.

Partido Digital, que propone nuevos mecanismos de democracia directa a través del uso de redes sociales, y define su ideología como «transparentismo». El precandidato es Justin Graside.

Partido Verde Animalista, espacio político formado por escindidos del PERI, que cuenta además con el apoyo de «Alianza Verde«. El precandidato es Gustavo Salle.

Partido Democrático Unido, presenta como precandidato a Jorge Silva. Dicho partido inicialmente iba a presentarse bajo el lema «Partido Democrático Uruguayo«, pero ha recibido una observación por parte de la Corte Electoral, por asumir que el término «Uruguay» y sus derivados representan «patrimonios nacionales de toda la ciudadanía, y no de un lema en concreto».

Abriendo caminos, partido que presentará a dos precandidatos en esta elección interna: Jorge Ariel Patritti y Jorge Rodríguez.

Cabildo Abierto, partido de derecha conformado por exmilitares. Inicialmente el partido se había presentado ante la Corte Electoral bajo el nombre de «Movimiento Social Artiguista», pero por razones idénticas a las ya mencionadas para el «Partido Democrático Unido» (en este caso, por el término «Artigas») debió cambiar de nombre. Dicho lema aún no ha resuelto su precandidatura, aunque es factible que sea representado por Guido Manini Ríos.

Partido de Todos, partido que postula al ultraderechista Carlos Techera.

 

Y aún no han sido habilitados por la Corte electoral, pero representan las aspiraciones de algunos individuos o colectivos, los siguientes partidos políticos:

Partido Viva la Vida, su referente es el comunicador radial Pablo Aguirrezabal.

Partido Anticrimen, partido cuyo eje central es combatir la inseguridad con mano dura.

Resistencia, partido de izquierda anticapitalista, transfeminista, LGBT, queer, antirracista y clasista.

Proyecto Segunda República, movimiento de extrema derecha.

Partido Democrático Independiente.                  

Partido Liberal Libertario, partido afín al liberalismo económico y a las libertades individuales.

Patria, Partido Autonómico de Tradiciones Incluyentes Artiguistas.

 

 

Los héroes de la pantalla

 

A esta altura usted se cansó de leer esta lista interminable que no incluye la constelación de organizaciones que integran los partidos políticos con representación parlamentaria, ni las agrupaciones del interior.

Pero tranquilo, a muchos de estos grupos y aspirantes a dirigentes difícilmente se los encuentre en la calle, le toquen el timbre o golpeen la puerta; pululan y militan desde internet, así que usted puede seguir de largo y dedicarse a observar las ofertas que definirán los resultados electorales.

Pero nos pareció importante aburrirlo con el conocimiento de la existencia de esas minicolectividades partidarias, porque su existencia es la expresión de una nueva forma de hacer política, que es fundamentalmente virtual, y no sonreír mucho, porque también en esos espacios intangibles se van posicionando los discursos y las conductas políticas más tradicionales.

 

Cumpleaños lluvia

Muchos los hemos organizado; se trata de que cada uno aporte los alimentos y bebidas para el festejo, o sea, es la variedad de “sólidos”, al decir de algún popular comunicador, de algunas bebidas refrescantes y otras espirituosas, pero para el mismo objetivo común de celebrar.

Y como en un cumple lluvia vienen los blancos Verónica Alonso, Enrique Antía, Álvaro Germano, Carlos Lafigliola, Luis Lacalle Pou, Larrañaga y Juan Sartori.

Los colorados, con José Amorín Batlle, Pedro Etchegaray, Aníbal Gloodtdofsky, Edgardo Martínez Zimarioff, Héctor Rovira,  Julio María Sanguinetti y ​Ernesto Talvi.

Como era previsible, más allá del combo autodenominado Polo Social Demócrata, Pablo Mieres corre solo, al igual que en sus correspondientes fuerzas políticas Novick, del Partido de la Gente, César Vega en el PERI, Rafael Fernández en el PT y Gonzalo Abella en la UP.

En el Frente Amplio, Cosse, Andrade, Martínez y Bergara.

El electorado no obligado a votar acudirá a definir la candidatura presidencial, y establecerá la correlación de fuerzas representadas en las respectivas convenciones y órganos deliberativos nacionales y departamentales.

 

Mirando con la lupa

 

No les voy a pegar el susto de hacerles leer las ensaladas de siglas y números de listas que ya están circulando por las redes y en las calles, porque además me aburre bastante y no creo que sea lo más importante.

Creo que lo más atendible, y vistos los procesos dados en la región, es qué sectores sociales apoyan a los distintos candidatos, y para eso las elecciones internas pueden son una excelente oportunidad, más allá de cómo se exprese luego en cantidad de votos.

Por ejemplo, la candidata Verónica Alonso, en estos tiempos de empoderamientos, podría representar para un elector distraído la opción femenina, la oportunidad histórica de tener una mujer presidente, igual que Carolina Cosse.

Pero no es necesario para los sectores politizados ahondar en qué, salvo el género, tiene algo en común -ni siquiera su visión, su conducta y su compromiso- con las cuestiones de género.

Es más, tomando en cuenta la multitudinaria marcha del 8M, Verónica Alonso y la plataforma reivindicativa de su principal aliado, los pentecostales de  Iglesia Misión Vida, son la antesala de las confrontaciones sociales y políticas del siglo que corre.

Más que la imagen, lo que importa decodificar son los mensajes que se ven obligados a matizar entre las luchas internas y los opositores; menuda tarea discursiva para la que no todos están capacitados, y corren el riesgo de no decir lo justo en el momento exacto.

Los que pusieron el eje en sacar a este gobierno y los temas de seguridad pública se van quedando sin rollo.

Larrañaga logró su minuto de fama alcanzando las firmas para el plebiscito, pero políticamente cualquier discurso más a su derecha amenaza jopearle el pírrico y momentáneo triunfo. Cierto es que buena parte de las firmas son producto del desarrollo de las políticas de la denominada derecha social que tanto el Guapo como Gandini encarnan; son algunos de los merenderos, refugios de animales, clubes deportivos y sociales, grupos ambientalistas, etc.

Lacalle Pou (que no por casualidad figura ahora como Luis) y Antía están militando en serio para los sectores que representan; son los que más han hecho pie en el tema del trabajo, la relación y el rol de los sindicatos, de los Consejos de Salarios, pero sobre todo las garantías para el capital y el empresariado, y para los sectores más “duros” del pensamiento ultranacionalista: los sectores católicos practicantes, logias militares, agrupaciones policiales, sectores pertenecientes y vinculados al ruralismo.

Sanguinetti, como era esperable, volvió pisando fuerte; sin la sombra de los Bordaberry vuelve a aglutinar  al otro sector militar, a algunos oficiales y administrativos policiales, despachantes de aduana, comercios minoristas y los vinculados al comercio exterior, a las finanzas, en síntesis, los integrantes de los sectores más vinculados a las actividades comerciales capitalinas.

La Izquierda frenteamplista, la no frenteamplista, la izquierda social, aún siguen representando a los sectores de laburantes, de clase media, a buena parte de la intelectualidad y la academia, a importantes contingentes de los sectores humildes, al empresariado, fundamentalmente de capitales nacionales, a los sectores militares con visión más nacional y regional, a los cuadros policiales convencidos del rol de convivencia y guardia civil, a los empleados públicos con la concepción de servidores públicos.

Por lo tanto, ante la danza y la pasarela de truchas y números, que no te confundan.

Alineados muy groseramente, así representan los proyectos de país en disputa, en función de sus intereses pero también de sus convicciones.

Y proyectos de país, demandas de proyecto de nación, solo hay dos.

La que viene construyendo el Frente Amplio desde hace 3 períodos de gobierno o la regresión; poco importa si este retorno a la barbarie capitalista es pausado o radical.

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