El senador frenteamplista Yamandú Costa, recientemente asumido en la Cámara Alta, aseguró que su llegada al Parlamento es el resultado de una vida de militancia política, sindical y social, que se remonta a cuatro generaciones de su familia. “Venimos de una familia, cuatro generaciones comprometidos con el cambio. Nunca quise ser candidato", dijo Costa en Pasaron Cosas
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"Es la primera vez que participo en una lista y tengo la dicha de estar ya representando a este sector tan importante que es el espacio 2040”, añadió.
Costa, quien desarrolló buena parte de su actividad política y productiva en Canelones, destacó que su impronta en el Senado estará marcada por su experiencia como empresario comprometido con el desarrollo local. “Nuestro metié es la producción, toda la vida nos dedicamos a ello”, señaló, recordando su participación en el Parque Tecnológico de Las Piedras y la instalación de la empresa japonesa Yazaki en Uruguay.
Costa recordó sus inicios como dirigente de la Federación Obrera de la Carne: “Con 18 años era dirigente sindical. Teníamos del otro lado del mostrador a uno de los mayores violadores de derechos humanos en Uruguay. Imaginate lo que era eso”, dijo en referencia al represor Jose Nino Gavazzo.
En paralelo a su trayectoria empresarial y sindical, Costa ha sostenido un compromiso con el trabajo barrial y deportivo. Hace 15 años preside el Club Juventud, que hoy cuenta con 1600 deportistas, más del 50% mujeres, y un alto porcentaje de niños subsidiados. “Los clubes son muchas veces el primer hogar de jóvenes que tienen su hogar desintegrado. Ahí es donde se construye tejido social”, subrayó.
El rol del empresariado en las politicas sociales
A su juicio, las políticas sociales deben apoyarse más en las organizaciones comunitarias: “Hay una escasez muy importante en lo presupuestal en estos cinco años de gobierno. Han desmantelado las políticas sociales en el territorio”.
En ese marco, Costa anunció que el salario que recibe como senador será donado a la Fundación Esperanza Juvenil y al proyecto Minga en Las Piedras: “Lo arrancamos hace 15 años con ocho niños y hoy hay más de 360 sin asistencia directa del Estado”.
Consultado sobre el rol del empresariado en la financiación de las políticas sociales, Costa fue claro: “El sector empresarial se tiene que involucrar más. En Uruguay hay una tradición de políticas sociales fuertes y eso no puede recaer solo sobre trabajadores y jubilados”.
Reivindicó herramientas impulsadas durante gobiernos frenteamplistas como la Ley de Comprode, que permitió mediante mecenazgo y beneficios fiscales, canalizar apoyo del sector privado hacia proyectos sociales y deportivos: “Eso generó millones de pesos destinados con eficiencia a promover el deporte, que es uno de los pilares para que los jóvenes crezcan en valores y hábitos saludables”.