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12 de octubre: una fecha de dolor y resistencia para América

Se calcula que desde que el 12 de octubre de 1492, cuando Cristóbal Colón llegó a América, creyendo que había llegado a las Indias, aproximadamente 56 millones de indígenas murieron. (Vía Sputnik)

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En España se celebra el 12 de octubre como el Día Nacional o el Día de la Hispanidad. Pero en el otro lado del Atlántico esta fecha tiene un significado diametralmente opuesto: es un día de conmemoración, dolor y resistencia porque marcó el inicio de siglos de despojo y saqueos.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano resumía el proceso de colonización de América Latina así:

«Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: ‘cierren los ojos y recen’. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia».

Se calcula que desde que el 12 de octubre de 1492, cuando Cristóbal Colón llegó a América, creyendo que había llegado a las Indias, aproximadamente 56 millones de indígenas murieron.

Desde esa fecha hasta un siglo después, entre un 75% y un 80% de la población indígena que existía en el momento, perdió la vida. Una parte murió masacrada, otros debido a tratos crueles y otros más debido a enfermedades importadas desde Europa para las que los pueblos originarios no tenían inmunidad.

Algunos autores también han estimado que con las toneladas de oro y plata que se llevaron de América Latina «se pudo construir un puente desde Potosí a España, también se pudo construir un puente de huesos con los miles de millones de nuestros abuelos que murieron en las minas», como lo recordó y denunció en 2007 el entonces canciller boliviano, David Choquehuanca.
A 528 años de la conquista de América aún es mucha la polémica que genera este episodio de la historia, que algunos científicos sociales no han dudado en denunciar como uno de los mayores etnocidios que haya vivido la humanidad.

Sputnik conversa sobre este tema con el antropólogo húngaro-venezolano, Esteban Emilio Mosonyi, Premio Nacional de Cultura de Venezuela en 1999 y uno de los más reconocidos investigadores en el área de la lingüística indígena latinoamericana; con Ronny Velásquez, antropólogo hondureño-venezolano, cuyas investigaciones han tenido amplio reconocimiento internacional; y con el periodista mexicano del diario La Jornada, Luis Hernández Navarro, especializado en temas indígenas y latinoamericanos.

—¿El 12 de octubre hay algo que celebrar?

—Esteban Emilio Mosonyi: Conmemorar sí porque se introdujo, para bien o para mal, un cambio objetivo en la historia que, de alguna manera, hay que saber entender e interpretar, por eso que conmemorar sí. Ahora, celebrar, no. Celebrar sería si solamente algo positivo o algo bueno hubiera dejado, donde nadie sufrió, donde solo fue un ganar y ganar, pero esto no fue precisamente lo que pasó.

—Luis Hernández Navarro: No hay nada que celebrar. Es una fecha para conmemorar lo que fue simultáneamente un proceso de colonización, un proceso de aniquilamiento de los pueblos indígenas, pero también de su resistencia. Lo que acaban de decir los zapatistas con mucha claridad es que no nos conquistaron, la resistencia sigue. Creo que para América Latina ese es el sentido profundo de esta fecha.

—Ronny Velásquez: No hay nada que celebrar. Por eso en Venezuela en el año 2002 se aprobó llamar ese día como el Día de la Resistencia Indígena. No hay nada que celebrar porque fue un dolor, un desespero lo que vivieron nuestros pueblos. A nuestros indígenas los agarraron de esclavos, los metían a las minas a trabajar, sin importar si se morían, si se ahogaban en el mar sacando perlas, como ocurrió en la isla de Cubagua en Venezuela, no les importaba que se murieran en los socavones mientras sacaban el oro o la plata del Potosí en Bolivia.

—¿Cómo se ve desde América Latina la celebración del 12 de octubre que todos los años se hace en España?

—Luis Hernández Navarro: Es la imagen de una fiesta a la que no estamos invitados. Muestra que España, como reino, sigue pensando que América Latina es su colonia y que tienen derecho para intervenir de cualquier manera, como lo hemos visto en sus intervenciones empresariales, diplomáticas en distintos países. Mantienen viva la mentalidad colonial. Recordemos que ese proceso fue realmente un genocidio. La viruela causó estragos frente a las poblaciones indígenas, se destruyeron religiones, culturas, formas de ver el mundo, lenguas. La colonización fue un proceso del cual nadie se debería sentir orgulloso. Si se reivindica eso, debería ser el motivo para sentirse culpable. Es seguir manteniendo viva esa relación colonial que justifica las barbaridades que se han venido cometiendo.

—Hasta hace poco también en América Latina se celebraba el 12 de octubre como el Día de la Raza, como luego se demostró que no existían razas, entonces se cambió al «Día del encuentro entre los dos mundos». ¿Fue un encuentro?

Esteban Emilio Mosonyi: Pudo haberlo sido en el caso de que los europeos hubiesen llegado con buenos propósitos, sin esclavizar, sin explotar, sin matar, sin obligar a cambiar de religión, de ideología, etc. Si hubieran llegado en esa tónica perfectamente habría sido la visita de un continente a otro, así como un equipo de fútbol visita a otro equipo. Pudo haber sido, pero lamentablemente fue todo lo contrario, y condujo a una cifra absolutamente elevada de muertes humanas y la supresión, la desnaturalización demuchas culturas y civilizaciones que estaban en pleno apogeo, en plena configuración en nuestro continente. Lamentablemente eso no pudo seguir pasando porque se impusieron otras ideas, otra manera de vivir.

—Y ¿qué pasó a partir del 12 de octubre de 1492?

—Esteban Emilio Mosonyi:  Lamentablemente, la conquista europea, incluyendo la española y otras, como la inglesa y la holandesa, condujo a una desaparición prematura, a una transformación excesiva de una cantidad de poblaciones que tenían sus culturas propias, su manera de entender el mundo, de organizar sus vidas. Entonces eso colapsó por la extrema violencia, también multiplicada por las enfermedades. Fueron demasiadas cosas juntas. No solamente desaparecieron imperios latinoamericanos como el incaico, el maya, el azteca, sino también sociedades como los pueblos caribes, arahuacos, los pueblos del amazonas. Lamentablemente ahí colapsaron muchas sociedades, murió mucha gente, hubo mucha crueldad.

—Luis Hernández Navarro: En el caso de los pueblos indígenas, lo que sufrieron fue la destrucción de su cultura, de su identidad y fue el inicio de un largo proceso de resistencia y de reconstrucción de ellos como pueblos, que es lo que hemos visto de manera muy vital en los últimos 30 años en América Latina.

—Ronny Velásquez: La conquista lo que trajo a este continente fue muerte, dolor, lágrimas, desesperanza. Además, los españoles que vinieron fueron personas non gratas para los pueblos indígenas, pero al principio, y está demostrado, los indígenas con sus mitologías, concepciones y cosmovisión religiosa consideraron a los españoles como los dioses que venían, pero pronto se dieron cuenta que no podían ser dioses si eran tan sanguinarios. Los españoles lo que veían en los indígenas era el oro colgado en sus cuellos, en sus orejas, muñecas, tobillos, porque para ellos el oro significaba las lágrimas del sol, era la representación simbólica del sol, y la plata, que también la utilizaban en países como México y Bolivia, la consideraban como las lágrimas de la luna. Pero ¿qué ocurrió? Que los españoles lo que hicieron fue despojarlos de sus riquezas, de todo, hasta el nombre le cambiaron a nuestro continente, que era llamado por los pueblos indígenas Abya Yala y que significa continente en expansión, le pusieron América por Américo Vespucio, el cosmógrafo italiano que vino en el segundo viaje de Colón. Yo no acuso a Colón porque él no fue el que hizo la destrucción total, pero abrió el camino.

—¿Qué ganó España con la conquista?

—Esteban Emilio Mosonyi: La verdad es que el pueblo español, como tal, ganó muy poco porque, lamentablemente, todo eso se quedó en manos de unas élites, de los reyes, de la gran nobleza, ni siquiera la burguesía española. El pueblo español, como tal, ganó muy poco.

—¿Y los indígenas qué ganaron? Porque algunos en España han asegurado que no todo fue tan malo porque la conquista trajo la civilización para los pueblos originarios.

—Ronny Velásquez: No trajeron ninguna civilización. Eso fue una gran mentira. Aquí había una gente más preparada y educada que los que vinieron. Aquí vino gente ignorante. Pizarro, el que conquistó Perú, era un analfabeto, que no escribía y firmaba con un dedo de la mano porque no sabía ni leer ni escribir y se encontró con Atahualpa y lo sentenció a la hoguera. ¿Qué civilización le pudieron dar a los pueblos indígenas? Ninguna. Ellos pensaban que los indígenas eran tan brutos que necesitaban que los educaran y ¿cómo los educaban? A través de la religión. Ese es un acicate muy duro, se les imponía la cruz o la espada y ese fue el sistema de colonización de los españoles con los indígenas de este continente: o aceptan la Biblia o la espada, o te meto en la horca o te quemo.

—Esteban Emilio Mosonyi: En América Latina ha habido al menos cinco, seis, siete procesos civilizatorios que más bien fueron frustrados, porque fueron desviados completamente de sus propios valores por la imposición de otras ideas, de otra ideología, de una economía distinta y en general, prácticamente, introduciendo un pensamiento único. Entonces, lejos de civilizar a los indígenas, les suprimieron, les quitaron las civilizaciones que ya tenían.

—En 2019, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió a la Corona española y al Vaticano que pidieran perdón por los crímenes cometidos durante la conquista. ¿Hay que pedir perdón?

—Esteban Emilio Mosonyi: En este particular yo estoy de acuerdo con López Obrador porque hay que pedir perdón. Pero, los países independientes nuestros, como Venezuela, Colombia, Argentina, México, etc, también deberían pedir perdón porque luego de la independencia continuó la persecución a los indígenas, igualito. Los países independientes siguieron maltratando a los indígenas. Todavía persiste el problema. Ese perdón debería ser de España, de otros países europeos y también de los países latinoamericanos, un perdón universal como lo dijo el Papa Francisco.

—Luis Hernández Navarro: Ese reino, responsable de la conquista de América no es el actual reino. Puede reivindicar de ese pasado, puede reivindicar una línea de continuidad, pero, como decía, España como tal no existía. Creo que es mucho más importante exigir relaciones justas hoy, el impedir que haya desplantes como el del rey Juan Carlos I con el presidente Hugo Chávez o como lo que hacen empresas como Repsol en América Latina. Impedir ese tipo de relaciones y de trato es mucho más importante que pedir perdón por un pasado que ya se fue, que ya no está, cuando el responsable de eso fue un ente, un sujeto político que no es el actual, por más que se quiera ver una línea de continuidad.

—El Gobierno español respondió esta carta y dijo que «no se puede tratar de juzgar lo que ocurrió hace 500 años con categorías del presente» y la entonces portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, dijo que «el revisionismo está fuera de lugar».

—Ronny Velásquez: Muchos españoles todavía no tienen consciencia, y yo lo siento muchísimo, del mal que hicieron a todos los pueblos de este continente: una destrucción total y absoluta.

—Muchos se preguntan ¿Por qué hablar de algo que pasó hace más de 500 años?

—Esteban Emilio Mosonyi: Porque la historia se repite. Todo lo que pasó ahí se está continuando. Si no aprendemos de la historia, la repetimos. Todas esas locuras, esas anomalías que pasaron hace 500 años la estamos repitiendo con creces porque ahora tenemos bombas atómicas. Si no queremos aprender del pasado, entonces aprendamos del presente, pero ni siquiera eso.

Lo cierto, es que América Latina sigue siendo un continente con «las venas abiertas», como lo definió Galeano, y que 528 años después del inicio de la conquista son cada vez más las voces que fuera y dentro de España reivindican que los 12 de octubre «no hay nada que celebrar«.

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