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Fuga y caída

A Juan Peirano nunca le faltó plata

Juan Peirano Basso fue detenido en la tarde del viernes 19 de mayo de 2006 en el estado de Florida por autoridades de Migración de Estados Unidos; agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por su sigla en inglés).

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Estuvieron siguiendo sus movimientos durante los días previos, procediendo a su detención ante la posibilidad de que se fuera del país.

Peirano Basso fue trasladado a Uruguay, arribando al país en setiembre, luego de 44 meses de fuga.

José Rafael Trozzo

Efectivamente, Juan Peirano tenía pronta su valija, incluyendo un arma, para huir a México, donde iba a encontrarse con su viejo amigo el mendocino José Rafael Trozzo, expresidente del desaparecido Banco de Intercambio Regional (BIR) de Argentina.

Trozzo fue el protagonista del mayor escándalo financiero argentino, la quiebra fraudulenta del BIR en 1980, y estaba prófugo en México.

Uno de los vínculos que los unía era que ambos integran el Opus Dei. El argentino Trozzo dictaba “Ética” en una cátedra, en México, y había sido un hombre de confianza del dictador argentino almirante Emilio Eduardo Massera.

En abril de 2000, el juez Gabriel Cavallo impuso penas de tres años de prisión en suspenso para un exdirectivo y dos exsíndicos del banco. El fallo no alcanzó al principal responsable del BIR, el empresario José Rafael Trozzo, prófugo en México.

El BIR dejó un tendal de aproximadamente 100.000 damnificados y un perjuicio para las arcas del Estado equivalente a 3.200 millones de pesos.

Entre 1962 y 1965, un grupo empresario, del cual formaba parte Trozzo, compra el arruinado Banco Popular de Corrientes y lo convierte en el BIR. Se multiplican las sucursales en Corrientes y luego en el resto del país, en Buenos Aires, en Nueva York. En total llegarían a 101 sucursales.

Al 31 de enero de 1980, el BIR era el cuarto banco del país, después del Nación, Provincia de Buenos Aires y Banco de los Andes (mendocino).

En enero y febrero, el BIR pagaba las más altas tasas de interés por depósitos a plazo fijo. Estaba a la cabeza de todos los demás bancos, con tasas iguales a las del Banco de los Andes. Poco antes de su liquidación, pagaba 64% anual para depósitos a 30 días, al igual que el Banco de los Andes; el resto de los bancos oscilaba entre 58% y 60%.

Los inversores se multiplicaban en forma increíble (llegaron hasta 300.000).

Cuando un banco paga altas tasas de interés a sus inversores, sus créditos también son los de más alto interés. Así tiene que tener empresas que paguen alto interés por los créditos. ¿Qué clase de empresas son estas? Las empresas que están desesperadas, “empresas de primera” con enormes dificultades financieras que suelen terminar en concordatos o quiebras. Por lo tanto, la cartera del banco se llenaba de créditos en mora o gestión.

El BIR perdió en enero 27.000 millones; en febrero 14.000 millones; en marzo 6.000 millones; equivalía a la tercera parte del patrimonio de la entidad.

Mil millones de dólares en depósitos han comenzado a devolverse trabajosamente y la deuda con el BCRA se calcula en US$ 300 millones.

Trozzo comenzó a comprar una serie de empresas calificadas como malas inversiones por lo poco redituables. Proyectó comprar también, y comenzó a hacerlo, una cadena de medios de difusión, empezando con diarios en el interior del país. La respuesta está en las ambiciones secretas: a través de algunos medios de su propiedad, como la revista Confirmado, hizo correr la versión de que era el candidato que reemplazaría a Martínez de Hoz en el Ministerio de Economía.

Lo de Trozzo se parece mucho a lo de los Peirano.

Nunca se ocultó

La defensa de Juan Peirano siempre argumentó que el exbanquero jamás estuvo prófugo, nunca se ocultó y que si no lograron ubicarlo antes, fue por desinterés, desidia o incompetencia de los investigadores uruguayos.

“El llegó a mi casa antes que la Justicia ordenara algo en su contra y jamás ocultó su nombre. Jamás”, dijo a La Nación su amigo y sostén de los últimos años, Edward Rufo. “Sacó todo con su nombre: Juan Peirano Basso. La licencia de conducir, el número de la seguridad social y las tarjetas de crédito -enumera-. Todo llegaba a mi casa, donde él vivió.”

“¿Cómo pueden decir que se ocultaba si hablaba por teléfono todas las semanas con sus hijos y su mujer, si lo notificaron desde las islas Caimán por la liquidación de una entidad y se presentó a declarar en Nueva York?”, desafía Rufo. “Tenía su domicilio declarado y hasta sacó reservas de avión y hotel con su nombre en Washington”.

Edward Rafael Rufo (Ed)

El amigo de Juan Peirano que lo hospedó en su casa es Edward Rafael Rufo (Ed) -un argentino, nacido en 1944 y recientemente fallecido-, en el mes de marzo de ese año.

Rufo estudió en el Colegio Manuel Belgrano y en el Liceo Militar General San Martín, en Argentina. Posteriormente, estudió Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Nueva York, entre 1968 y 1970. Fue gerente general en la empresa James Corlew Chevrolet-Cadillac (venta de autos), entre enero de 1998 y marzo de 2007, y presidente y CEO en Verities Inc., entre febrero de 2007 y agosto de 2011. Verities Inc. es el propietario de la tarjeta de nómina TrustCard MasterCard. La tarjeta TrustCard es una tarjeta de nómina prepaga desarrollada por Verities exclusivamente para personal militar. La tarjeta TrustCard se puede utilizar en cualquier lugar donde se acepte MasterCard a nivel mundial, también en tiendas minoristas, cajeros automáticos e internet. Algo que Juan Peirano supo aprovechar y quizás lo siga haciendo.

Rufo también fue presidente y CEO de Operación Eagle’s Nest, Inc., desde 2003 hasta su fallecimiento. Operación Eagle’s Nest es una organización financiera para recaudar fondos para las familias cuyos miembros fueron heridos o muertos en acción. Operación Eagle’s Nest es una iniciativa de recaudación de fondos de los Comités de Asuntos Militares de las Cámaras de Comercio de Clarksville, Hopkinsville y Oak Grove para brindar apoyo a organizaciones que asisten a los soldados y familias de la División aerotransportada (Asalto aéreo). Ed sirvió en el Ejército de Estados Unidos y trabajó para Metropolitan Life Insurance Company como auditor.

Residía en Voorhees, Nueva Jersey, y anteriormente en Collingdale, Pensilvania.

Juan Peirano vivió en el 525 Fairway Drive, Clarksville, Tennessee, la casa de Rufo, y ambos nombres figuraban en las páginas de la guía telefónica de EEUU.

En su declaración ante John Gleason en la prisión de Miami, Florida, Juan Peirano dijo que vivía en el sótano de la vivienda de Coral Gables, donde fue detenido, que le había prestado su amigo Rufo. Este manifestó a través de medios de prensa que no sabía que Peirano estaba fugitivo y que no compartía negocio alguno con él. Además, que Peirano siempre se había presentado con su nombre.

Sin embargo, Edward Rufo y Juan Peirano tenían una cuenta bancaria en conjunto en el Legends Bank, donde Peirano recibió alrededor de US$ 800.000 en un año, período en que la cuenta estuvo abierta. De los extractos bancarios surge que Juan Peirano viajaba permanentemente a Nueva Orleans. En sus propias declaraciones está relatado por el propio Juan Peirano, quien dijo que viajaba permanentemente a dicha localidad, para realizar un negocio que “luego no prosperó”. Empero, bajo el nombre de Juan Basso registró una sociedad llamada Freedom Pass Inc. (luego denominada F-Pass Inc.) con James Edgar Burke. Luego la sociedad cambió de nombre a F-Pass LLC y Juan Basso fue reemplazado por Roberto Ramón y por Edward Rufo, quien le dio cobijo en su casa en Clarksville, Tennessee. A su vez, Roberto Ramón y el abogado de Nueva Orleans Lee Rand constituyeron una sociedad llamada Imusol Trading SA Inc.

Durante varios años Juan Peirano recorrió EEUU comiendo ostras en Las Vegas o en Nueva Orleans mientras la gente se suicidaba por el dinero que los hermanos Peirano y él mismo les habían estafado y les debían. Se hospedaba en el hotel Marriott de Los Ángeles o pagaba para visitar Graceland, la casa situada en Memphis (Tennessee) de Elvis Presley. Viajaba, en auto o en avión, desde Nueva Orleans a Las Vegas, donde constituía varias sociedades en esos paraísos fiscales. Iba desde Tennessee, donde estaban sus abogados y socios, Robert Ramon y Edmond Burke, a Dallas (Texas). Enviaba documentación por Fedex. Hay documentos, muchas transferencias y depósitos de cientos de miles de dólares, incluso fuera de EEUU.

Tres refugios

Según informó la Justicia uruguaya en su exhorto penal, Peirano tenía dos posibles domicilios en EEUU: el departamento 619 de la 363 Aragon Avenue, en Coral Gables, Florida, y el Metropolitan Club 1E de la calle 60 de Nueva York.

Peirano vivía, en realidad, en Clarksville, Tennessee, en el sudeste de Estados Unidos, donde el exbanquero, con el correr del tiempo, armó una empresa que hacía consultoría.

Con los liquidadores del TCB

Jonathan Kahlberg, coliquidador del banco Trade & Commerce Bank (TCB), dirigió un informe a la Corte de Gran Caimán, con sede en George Town, junto con las declaraciones prestadas por Juan Peirano en Nueva York, ante los mismos liquidadores, de fecha 8 de abril de 2003.

En el informe referido, Kahlberg expresó que se detectó en TCB dos juegos de cuentas (doble contabilidad), uno de ellos revelado a los auditores y reguladores y un segundo juego que “registra el hecho de que la familia Peirano retiró los depósitos realizados por los clientes del TCB con el fin de financiar al Grupo Velox y sus estilos de vida” y agrega: “Esto se realizaba por lo general por medio de lo que se llamó la cuenta ‘5.000’, a nombre del Grupo Velox, cuentas a nombre de los miembros de la familia Peirano, cuentas de la compañía del Grupo Velox y compañías ficticias o con nombres en código. Se tomaron los depósitos a nombre de sus clientes del TCB sin haber dejado ninguna garantía a cambio y fue un fraude al TCB y sus clientes realizados por sus dueños y gerentes” (punto 7 del informe ya mencionado). Continúa: “El 8 de abril de 2003 […], en las páginas 225 a 230 de la transcripción, Juan Peirano acepta que se retiraron entre US$ 500 millones (US$ 500 millones de dólares americanos) y US$ 700 millones (U$S 700 millones de dólares americanos) del TCB por la familia Peirano para respaldar al resto del Grupo Velox. No se le dio ninguna garantía al TCB para proteger sus bienes o los de sus depositantes y el retiro de dichas sumas no se reveló a las Autoridades Monetarias de Islas Caimán (Cayman Islands Monetary Authority, CIMA) o a los auditores del TCB” (punto 8 del informe), todo lo cual amplía luego en los puntos 37 a 42.

Finalmente, en cuanto al Banco Montevideo refiere, según la auditoría realizada el 4 de julio de 2002, por los servicios inspectivos del BCU, las prácticas irregulares y violaciones a la ley realizadas por los miembros del Grupo Peirano ocasionaron un patrimonio negativo del Banco Montevideo del orden de los $ 305.746.161,00.

De esas sumas, $ 133.000.000,00 corresponden a la exposición del TCB frente al Banco Montevideo; $ 7.314.000,00 corresponden a certificados de depósito de BII Creditanstalt (entidad bancaria en bancarrota de Islas Caimán) que estaban en poder de BM Fondos (empresa del Grupo Peirano) cuyo pago fue asumido por Banco Montevideo y $ 65.000.000,00 corresponden a “commercial papers” de Velox Investment Co. pagados por Banco Montevideo. Este patrimonio negativo determinó el cierre del Banco Montevideo por orden del BCU, generando pérdidas muy importantes.

El Trade & Commerce Bank (TCB) de islas Caimán “no era solvente” desde febrero de 2002, pese a lo cual “el Banco Montevideo seguía ofreciendo” su operativa offshore. En algunos casos se dispuso la renovación automática y sin autorización de los titulares de los depósitos efectuados.

EL BCU

En octubre de 2004, la empresa estadounidense International Fraud Protection Consultants (IFPC) fue contratada por el Estado uruguayo para ubicar activos del grupo Peirano en el exterior; logra verificar que Juan Peirano Basso reside en la ciudad de Clarksville, en el estado de Tennessee. Fue un trabajo relativamente rápido el que hizo esta empresa.
La idea era ubicar activos, pero los directivos de IFPC les dicen en una de las conversaciones que tienen en la sucursal de Buenos Aires, tanto al exministro de Economía Isaac Alfie como al entonces vicepresidente del BCU, Miguel Vieytes, que para localizar activos era necesario localizar a la persona que los administraba, que era Juan Peirano o alguien que Juan Peirano conocía. Entonces decidieron localizar primero a Juan Peirano para luego rastrear los activos. Esa fue la razón por la cual se dispusieron, con la anuencia del BCU y del Estado uruguayo, a proceder a esa investigación.

IFPC (que significa consultores para la protección de fraudes internacionales) está dirigida por un exagente del FBI (Stephen Walker) e integrada por exagentes también del FBI y funcionarios que tienen conocimiento de cómo trabajar en estos casos.

Sin embargo, IFPC no hizo mucho más para el Estado uruguayo y entonces fue contratada por el estudio del abogado Mariano Moyano. Fue así que se llegó a la captura de Juan Peirano Basso en Coral Gables.

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