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A llorar al cuartito

Por Enrique Ortega Salinas

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Caras y Caretas Diario

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Por todo el país se elevan los lamentos de los perjudicados por la gestión de Lacalle; pero no ha lugar. Compraron algo sin derecho a devolución por cinco años. ¿Acaso no sabían lo que les esperaba tras colocar al herrerismo nuevamente en el poder? ¿No les advertimos con la suficiente claridad y de todas las maneras posibles?

Lágrimas azules

La decisión del Poder Ejecutivo de subir los salarios de los funcionarios públicos solo 4,41% hizo saltar a la Asociación de Funcionarios de la Jefatura de Policía de Maldonado. Ante la pérdida de salario real, manifestaron a Montevideo Portal que la medida implica “un retroceso para la familia policial”. En su comunicado expresan: “Estas decisiones del gobierno nos remiten a épocas en las que el personal subalterno de la Policía sufría salarios de hambre y situaciones casi de indigencia, no queremos volver a los años 90”.

Los representantes de los policías esperaban que el respaldo jurídico que les aportaría la LUC iría “acompañado de un apoyo económico, con una remuneración acorde” a la riesgosa tarea que realizan y no con una pérdida de salario real”.

Ahora, ¿qué partido gobernó desde 1990 a 1995? El Partido Nacional. ¿Qué sector? El herrerismo. ¿Quién fue el presidente? Luis Alberto Lacalle Herrera. ¿Qué partido fue electo para gobernar desde 2020 a 2025? El Partido Nacional. ¿Qué sector? El herrerismo. ¿Qué presidente? Luis Alberto Alejandro Aparicio Lacalle Pou.

¿Me pueden explicar, como si fuera un niño de cinco años (y con bananitas y manzanitas de ser posible) por qué diablos esperaban resultados diferentes? Fue el Frente Amplio el que les aumentó durante 15 años los salarios, jubilaciones y pensiones por encima de la inflación. Fue el Frente Amplio el que dignificó los salarios de los policías. Fue el Frente Amplio el que les mejoró los equipos y tecnología. Antes ni siquiera les daban chalecos antibalas. Fue el Frente Amplio el que eliminó las sanciones por las que quedaban presos como delincuentes por faltas comunes. Fue el Frente Amplio que les permitió la sindicalización a partir de 2006. Fue el Frente Amplio el que nombró como jefes de Policía en todos los departamentos a oficiales de carrera, dejando atrás la costumbre de premiar con tales cargos a políticos fracasados. Fue el Frente Amplio el que trajo las tobilleras electrónicas.

Lo que no hizo el Frente fue endulzarles el oído como sí lo hicieron los blancos, por lo que al momento de poner el voto en la urna muchos policías se dejaron llevar por los cantos de sirenas. El lavado de cerebro realizado por los partidos tradicionales y la dictadura continúa ejerciendo sus efectos sobre innumerable cantidad de funcionarios. Incluso, muchos oficiales que llegaron a jefes de policía gracias al Frente votaron a la derecha. Lo que el Frente no hizo desde el gobierno (y no se lo perdono) fue explicar a todos el cómo, por qué, para qué y a costa de qué se lograron tantas cosas positivas en 15 años.

Es muy posible que los policías de Maldonado no merezcan esta reprimenda; pero recordemos que pocos días antes de este “Grito de Ipiranga” fernandino el Sindicato de Funcionarios Policiales de Montevideo-Uruguay se negó a participar orgánicamente en la recolección de firmas para derogar 135 artículos de la LUC, afirmando que es coherente con lo que promulga, que es “la conquista de derechos y revalorización de nuestra tarea”. Pues nada más incoherente que esto, ya que este gobierno, en los hechos, no ha hecho nada para revalorizar su tarea, a menos que consideren como tal cosa a los discursos del Guapo defendiendo los abusos de algunos policías. Por lo menos dejaron en libertad de acción a sus afiliados; pero ante la falta de solidaridad con otros gremios, me pregunto qué dirán ahora que también se encuentran entre los damnificados.

Un gremio que solo busca beneficios para su sector, despreocupándose de la suerte de otros, no comprende el sentido de la lucha colectiva. Podrá lograr algunos beneficios para sus integrantes; pero su pasividad frente a los abusos del gobierno de turno con otros terminará siendo un soporte para ese gobierno, le allanará el camino para que continúe con sus medidas impopulares y elitistas y cuando sea a sus integrantes que le metan la mano en el bolsillo, se encontrarán solos e impotentes frente al abuso.

De todas maneras, no se preocupen. La izquierda continuará luchando contra este retroceso, aun cuando la mayoría de los policías continúen votando a la derecha, esa derecha que siempre los usó como fuente de recursos electorales, esa derecha que los precisa dóciles, por si tienen que volver a dar palos a los sindicalistas.

Sería una buena señal de parte de las diferentes agrupaciones policiales que repudiaran el fichaje que han realizado algunos de sus colegas a trabajadores que se movilizaban por sus derechos laborales hace pocas semanas atrás. Decir que no comparten esas prácticas intimidatorias e injustificadas sería muy bueno para la salud de nuestro sistema democrático y republicano.

Lo que no entienden

No solo les metieron la mano en el bolsillo con aumentos que corren detrás de la inflación; también lo hicieron al subir las tarifas de los servicios públicos en plena pandemia (hasta dos veces en nueve meses) y cuando permitieron que el dólar se disparara, lo que encarece todos los productos importados (medicamentos y tecnología, entre otros) y asfixia al que está endeudado en esa divisa.

El gobierno disfraza la realidad con su habitual palabrerío, pero lo cierto es que con el salario actual, un trabajador puede comprar menos cosas que hace un año. No me extraña de un Isaac Alfie; pero da vergüenza ajena ver a Pablo Mieres dando la cara por este proyecto que voltea casi todo lo logrado por los trabajadores durante tres períodos de gobierno frenteamplista. En 2021 se continuará perdiendo poder de compra, y si consideramos la cantidad de empleos que se están perdiendo por la crisis, hasta los que creen que saldrán ganando con este plan neoliberal herrerista terminarán perdiendo, porque habrán pulverizado al mercado interno.

Tal como expresó el economista y exdirector de Planificación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Fernando Isabella, a Caras y Caretas, “el gobierno hizo un acuerdo puente por un año que garantiza la pérdida de salario: se va a perder tanto poder adquisitivo como caiga el PIB. Eso implica que va a haber una concentración del ingreso porque además los trabajadores, como clase social, vamos a perder salario por dos vías: porque cae el salario real, pero, además por el desempleo, porque un montón de trabajadores han perdido su ingreso. Eso asegura que cuando hagamos las cuentas, lo que se perdió del total de salarios pagados va a ser mucho mayor que lo que cayó el PIB”.

El gobierno reduce la inversión pública, aumenta las tarifas de servicios por encima de la inflación y los salarios por debajo y expulsa funcionarios en plena crisis. A los votantes multicolores hay que explicarles despacito, para que entiendan: “La inflación aumentó 9,41%; si a vos te aumentan 4,41%, te están sacando un 5% de tu salario”.

Lágrimas negras

El intendente blanco Omar Lafluf mandó a la calle a 40 funcionarios. Son 40 familias que pasaron las peores fiestas de fin de año, con la incertidumbre de cómo sobrevivir en 2021. Los expulsados elevaron una nota al nacionalista para solicitar una reunión y pedir explicaciones, ya que no les dieron ninguna.

Para algunos, el despido de 40 personas carece de importancia; pero hablamos de Río Negro, un departamento con solo 54.765 habitantes. La magnitud del daño hay que analizarla de manera proporcional. Por otra parte, no se trata de 40 personas, sino de 40 familias que quedan sin ingresos en esta circunstancia dramática.

En Paysandú, el intendente Nicolás Olivera, también del Partido Nacional, se encontró con un grupo de trabajadores de los centros CAIF y se tuvo que comer un coro interminable que repetía “hijo de puta”, debido a que dejó sin renovación de contratos a más de un centenar de funcionarios.

De ninguna manera cuestiono los argumentos de carácter presupuestal o administrativo; pero dada la situación crítica que atraviesa el país, bien que se podría haber mantenido a estos funcionarios unos seis meses más por un elemental sentido de humanidad. El punto es que el neoliberalismo (doctrina predominante en el Partido Nacional) se basa en la frialdad y el egoísmo; no dejará faltar dinero para aviones, armas y aumento de sueldo de los jerarcas, pero tratará de recortar como pueda las migajas que caen de la mesa.

Lágrimas blancas

Un Solo Uruguay es, en teoría, una agrupación de trabajadores y productores agropecuarios que no adhieren a ningún partido político. En los hechos, está dirigida por blancos y trabajó incansablemente para que Luis Lacalle Pou llegara al poder. La primera devolución de favores que hizo el presidente fue el alza del dólar, para beneficiar al sector agroexportador. La segunda es el freno a los aumentos salariales con la ya explicada pérdida de salario real, para que en poco tiempo, los productores rurales terminen pagando menos a sus peones.

Autodefinirse como una “agrupación de trabajadores y productores” es una verdadera tomada de pelo. Dudo mucho que un humilde trabajador rural tenga la misma incidencia en una asamblea que su patrón.

Increíblemente, este grupo de presión rural ya está perdiendo la paciencia con el nuevo gobierno. Uno de sus voceros, Gonzalo Pessi, lo reveló durante una entrevista en radio Impacto Azul de Fray Bentos, agregando que experimentaron una comunicación más efectiva con el gobierno del expresidente Tabaré Vázquez, que con el de Lacalle Pou. “Hemos propuesto un sin número de ideas; no se nos ha devuelto nada. Se nos ha devuelto menos con este gobierno que con el gobierno anterior”, expresó el dirigente.

¿Medio tarde para lamentarse, no? Ahora hablan de marchas virtuales, ya que debido a la pandemia (y algo de vergüenza) no pueden llegar con caballos, tractores y 4×4 a Montevideo para cercar al Palacio Legislativo o a la Torre Ejecutiva.

Lágrimas multicolores

Por ahí también andan algunos llorando porque cayeron los convenios laborales para cientos de miles de trabajadores y la Unatra se queja de que no podrá negociar otro convenio y perderán salario. Sí, muy triste; pero no recuerdo marchas de trabajadores rurales copando las avenidas con sus caballos y banderas para defender al gobierno que los sacó de la explotación laboral de las familias blanquicoloradas.

Lágrimas celestes

Sé que con estas notas no voy a cosechar simpatías; pero ya tengo demasiados inviernos y caminos encima como para andar dándole vueltas a las cosas. Solo me quedan ganas de compadecerme por la otra mitad del país, por aquellos que sabían y advirtieron lo que vendría. Esos tenían memoria de lo que fueron los gobiernos rosados y tenían clarísimo ese futuro sombrío que ahora es un sombrío presente.

Supongo que el tambero Jorge Zabalza estará festejando. Mieres estará feliz contando sus treinta monedas. Novick no sé; nadie sabe dónde anda. Los civiles que votaron a Manini Ríos se cansaron de ser tratados como reclutas y salen en bandadas de Cabildo Abierto. Los votantes más razonables de la coalición guardan un prudente silencio en las redes sociales.

No me pidan respeto por los que ahora se lamentan.
Me odiarán por esto; pero a llorar al cuartito.

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