Vuelves a la canchas luego de una breve pausa por problemas de salud; ¿se notó esa pausa en la campaña?
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Se logró mantener la campaña y la agenda con el trabajo de los suplentes, Pablo Inthamoussu, Patricia Rolan, Fernando Amado, Isabel Andreoni, y es un privilegio tenerlos en el cuadro; siguieron con la campaña y aumentaron las actividades potenciadas por la presencia de Mario Bergara, Liliam Kechichian, Graciela Villar, el Pacha Sánchez, Patricia Soria, que enriquecen la campaña.
Recorriendo los comités de base y clubes sociales logramos que se mantuviera la discusión sobre nuestra propuesta de transporte, que la presenté y a los pocos días debí guardar reposo.
¿Logró quedar instalada esa propuesta como una de las ideas fuerza de tu candidatura?
Yo creo que sí, se discutió a nivel nacional y es el desafío que queríamos lograr, que se discutan propuestas a nivel departamental, a nivel de Montevideo y no caer en “el barro” de si hay problemas entre sultano y mengano, si es la “Montevideo olvidada” o no, o incluso apelar a mencionar denuncias que no solo fueron falsas, sino extremadamente superficiales.
Fuiste uno de los tres candidatos que recibieron más denuncias. ¿Eso impactó en tu campaña? ¿Cuál fue la reacción de la gente?
Lo que recibí es todo lo contrario; recibí un apoyo en las recorridas por las ferias, por los barrios, la gente me alienta, que no deje que las campañas de enchastre logren su objetivo, y hay una desacreditación de determinados programas televisivos de ciertos medios.
El caso más claro es la publicación de una denuncia de ASSE y no habían pasado ni doce horas cuando el presidente de ASSE sale a aclarar que la denuncia no es ni contra Villar ni contra la gestión en el Hospital Maciel, que, dicho sea de paso, no se puede hacer denuncia contra una gestión.
Profundiza tu concepto de microgestión.
Yo creo que la Intendencia de Montevideo como todas las grandes instituciones tiene más capacidad para el control de las grandes obras que para las pequeñas cosas, de estar en lo cotidiano, que es lo que afecta a las vecinas y a los vecinos. Se puede lograr construir una gran obra, pero es difícil que se mantengan las plazas de deportes en buenas condiciones, las luminarias que se repongan rápidamente, que se resuelva el problema cotidiano de la limpieza de la ciudad. O sea que la microgestión apunta a dar respuesta a esos problemas cotidianos, tener control sobre ellos, sistemas de evaluación y de respuesta rápida. A veces los problemas encuentran dificultades por falta de transversalidad, por compartimentos estancos, porque un problema lo resuelve el departamento de Cultura y otro, Espacios Públicos. Ahí se trancan determinadas obras de interés municipal, obras que no deberían detenerse en una ventanilla o en la acción de un inspector municipal.
Esto no son críticas a las administraciones municipales anteriores, esto pasa en todo el Estado, entonces hay que lograr con la microgestión que el ciudadano vea a la intendencia a su lado, respondiendo a sus problemas cotidianos, que la sienta al lado de ellos. Tiene que sentir que la intendencia está para nosotros, que los dueños de pequeños negocios sientan que la intendencia, además de fiscalizar, puede ayudarlos a que a sus negocios funcionen mejor.
Promover actividades que generen más trabajo, fomentar actividades culturales que favorezcan a pequeños negocios gastronómicos generando eventos, etc.
¿Cómo se resuelve la microgestión en los espacios públicos con el emponderamiento o no de la comunidad?
Uno de los reclamos en todos los barrios, en los asentamientos, es disponer de una placita para que jueguen los niños, un lugar de esparcimiento, de actividades culturales y deportivas, y las experiencias más exitosas son aquellas que surgieron como iniciativa de los vecinos, emponderándolos, dándoles cierta parte de la administración a las comisiones barriales o de fomento. Una suerte de poder vecinal: “la cantidad de ojos en la ciudad” va de la mano con la seguridad, que no es solamente mas Policía. Seguridad es iluminación, camino seguro a la escuela, veredas transitables. Desmalezar en las paradas de los ómnibus para mayor visibilidad; eso implica mas “ojos en las calles” con actividades culturales, recreativas, deportivas, que promuevan que los vecinos estén en las calles.
Un ejemplo muy lindo es la experiencia en Nápoles que para nosotros es un objetivo y es el “camino seguro a la escuela”. Nosotros queremos que cien escuelas en Montevideo sean de acceso seguro, y eso se logra involucrando a los vecinos, controlando que en las horas que los niños salen para la escuela, si tienen que cruzar una calle peligrosa, el bolichero ayude a cruzar a los niños, que otros vecinos los observen en el camino a la escuela y se aseguren de su llegada y lo mismo a la salida.
Otra experiencia es la de la comisión del parque lineal detrás del parque Rivera. Todos los días los vecinos salen a caminar y van sacando fotos de las cosas que están rotas y esas fotos deben llegar a un lugar donde se dé rápidamente respuesta. El problema es que hoy no se sabe a dónde mandar las fotos, si al Comunal, al Municipio, al área de Parques. Eso se puede resolver, los vecinos mandan las fotos y de inmediato una cuadrilla sale a resolver el problema. Porque no resolverlo desestimula el trabajo de los concejales vecinales al no recibir respuestas.
Tenemos que ir a un sistema descentralizado con respuesta descentralizada y recursos descentralizados para actuar más eficientemente y con las competencias claramente definidas.
¿Ese concepto de microgestión es “la actitud Maciel” para Montevideo?
En parte sí; el concepto es que los directores tienen que salir de detrás de los escritorios. Nosotros siempre decimos que los escritorios son de madera como los ataúdes, tienen el mismo olor y producen el efecto del sueño eterno.
Hay que recorrer la ciudad y tener capacidad de ejecución, darle más poder al concejal vecinal, darle responsabilidad sobre su área, que se vincule con los vecinos. Así se dirigía el hospital. Hay que centrar todo en el usuario, fácil decirlo, difícil hacerlo; hay que centrar la intendencia en la ciudadana, en el ciudadano. Hay que recuperar el orgullo de pertenecer a la institución, que el funcionario municipal se sienta querido por la población y potenciar su orgullo de ser municipal. Hay que apostar a una fuerte campaña cultural mediante medidas concretas que promuevan el orgullo del funcionario municipal y que se comprometan con el cambio. Yo recibí de parte de Adeom, en las dos reuniones, un fuerte respaldo a este concepto porque quieren mejorar la percepción de la población hacia el trabajo municipal.
¿Cómo se hace centro en el ciudadano?
Tenemos que ver los problemas cotidianos de los vecinos y dar solución rápida, de facilitar los trámites, de atender el problema de un peluquero al que le pusieron un contendedor en la puerta y lo perjudica, y que cuando entrás a la intendencia no te sientas un gota de polvo, sino que la intendencia está alrededor tuyo. Que se conozcan los criterios con los cuales la intendencia va a solicitar requisitos para trabajar, que no sea un desconocimiento que hace que la visita del inspector municipal sea peor que la DGI.
Uno de los problemas principales de Montevideo son las veredas. Cuando dijimos esto, nos respondieron : “El problema de las veredas es un problema de los frenteamplistas”. Esa es una concepción burocrática que refleja la resistencia a los cambios. Apoyarse en el digesto municipal para no dar respuesta, y acá queremos que la gestión se centre más en el derecho del peatón a transitar que una intendencia que sea funcional a sí misma, que no es un problema solo de la comuna. Hay que deconstruir todo el tiempo esa funcionalidad de la institución para la institución.
¿Cómo se logra el compromiso del funcionario municipal si no es solo por la mejora salarial?
Necesitamos la construcción de un relato colectivo que nos entusiasme a todos, relatos audaces, del gabinete municipal, de los directores, de los funcionarios, de los alcaldes, de los ediles, de los concejales. Nadie se enamora de un relato mediocre. Deben ser propuestas removedoras, fuertes, que unifiquen. Los mandos medios deben participar en la gestión de la propuesta, vencer la resistencia a los cambios.
Un ejemplo claro es con respecto a la propuesta de transporte que realizamos; las empresas dicen que tenemos problemas de transporte y viene una asesora que participó en la revolución en el transporte en México, en Bogotá, y propone una medida para Montevideo como la que planteamos nosotros, del tren, del metrobús, del tranvía y la actitud es de resistencia, de incredulidad, de “dónde vamos a sacar la plata”. El problema es el relato y lograr comprometer en un cambio cultural a la población.
Las condiciones de trabajo deben ser correctas. Los funcionarios municipales deben contar en los cantones, en los cementerios, con papel higiénico en los baños, productos de limpieza, mesas limpias para comer, que se puedan preparar los alimentos, un lugar para descansar en las guardias. Generar condiciones dignas de trabajo. No aflojar en la fuerza de relato y actitud.
Tenemos que ir a un cambio en la gestión de la recolección de residuos y en su deposición final. Canelones está haciendo una muy buena experiencia saliendo del formato tradicional, y en una recorrida con Orsi, vimos ese cambio de eje, donde los contenedores están en casa de los vecinos, clasificando y reciclando. Hay que darle valor económico a la basura y valor al hurgador como un trabajador. Vamos hacia una gestión integral de residuos, pero es un camino a recorrer, va a llevar un tiempo, dejar de seguir llevando todo a Felipe Cardozo, generar compost, etc.
¿Cómo será el vínculo con el gobierno nacional?
De diálogo, de apuesta al diálogo como lo han hechos todos los gobiernos municipales del Frente Amplio con gobiernos nacionales de otro signo político.
¿La intendencia se hará cargo de algunos problemas nacionales, como el trabajo, la salud, la vivienda?
Sin dudas, en coordinación con las políticas nacionales va a ser una intendencia fuertemente social, pero hay que desmantelar una campaña muy bien montada de polarización entre el gobierno nacional y el departamental. Eso es falso. El gobierno nacional no podrá avanzar sin negociar con las intendencias de Montevideo y Canelones. Lo otro es un proyecto inviable. Somos, como Frente Amplio, un proyecto político de 50 años y nos quieren ubicar como una fuerza intolerante por un parrafito de un documento. Tenemos 50 años demostrando que somos una fuerza constructora que no gobierna solo para los frenteamplistas. La medida contra la UAM [Unidad Alimentaria Metropolitana] va en esa lógica confrontativa. Tenemos que apostar a la forma uruguaya de hacer política, promover inversiones y generar empleos.
Tapar el agujero, abrir el agujero y volverlo a tapar.
Exactamente.
¿Fue un error de la dirección del Frente Amplio evitar que los candidatos hablaran con el presidente Lacalle?
En ese momento se valoró que había que evitar que el presidente interfiriera en la campaña electoral.
¿Qué voto recoge tu candidatura?
Creo que un espectro amplio. Está el MPP y otros sectores frenteamplistas astoristas, seregnistas, que es el entrono de Mario Bergara, grupos como el de Fernando Amado o democristianos como el de Roballo, pero también ciudadanos del Partido Nacional y del Partido Colorado. Es una propuesta amplia, descentralizadora y de “poder vecinal”.
¿El que gana dentro del Frente se lleva todo?
No. El que gana tiene que lograr, como siempre, una intendencia para todos, que incluya a todos los frenteamplistas y gobierne para todos los montevideanos.