La mayoría del cuerpo quitó relevancia al hecho de que Guido Manini Ríos dejó transcurrir 310 días sin informar al Poder Ejecutivo sobre las declaraciones de José Gavazzo. A sabiendas de que un muerto no lo podía desmentir, Manini aseguró a la Justicia que sí las había transmitido al ministro de Defensa Jorge Menéndez, de forma verbal, en reuniones sin testigos. Pero —como lo recordó el senador José Bayardi en la sesión del Senado— el general retirado reconoció su demora en informar en el semanario Búsqueda del 4 abril de 2019 (siete días antes del fallecimiento de Menéndez), señala el sindicato bancario, AEBU.
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La flaqueza de argumentos de los legisladores opuestos al desafuero resulta evidente, resalta AEBU. La nacionalista Carmen Asiaín entregó una frase que quedará para la memoria: «La consecuencia del desafuero es gravísima. Le estamos enmendando la plana a la ciudadanía. El senador Manini fue electo por el pueblo». Ignoró que todos los casos de desafuero tienen como sujetos a personas ‘electas por el pueblo’ y que el de Manini no tiene nada de especial en ese aspecto.
El expresidente Julio Sanguinetti, quien manifestó «dudas» sobre este caso. Y con una justificación cuantitativa señaló que levantarle los fueros a un senador que obtuvo el 10 % de los votos sería tener un Parlamento «menos democrático».
Manini Ríos se dijo «convencido de que hubo una operación para para fracturar la coalición de gobierno, para eliminar a uno de sus principales sostenedores». Sacó así a la luz la clave política de fondo, el riesgo de quiebra que corría la coalición multicolor. Un tema que se colocó sobre el tapete cuando el pedido fiscal comenzó a ser tratado en el Senado y que motivó la postergación de su consideración hasta llegar a un acuerdo político saldado con un reparto cuidadoso de costos políticos. De este solamente se excluyó Ciudadanos que terminó votando el desafuero.
El Partido Nacional y el sector Batllistas tuvieron como valor superior a preservar la integridad de la coalición. Una manera de poner a la política por encima de la Justicia. Y Justicia y política no son valores comparables. Justicia hay una sola y para todos los casos. La política puede ser buena o mala según la ocasión y los tiempos.
Veamos cuáles son las responsabilidades y los costos políticos de esta decisión. Se ha faltado a lo prometido, han quedado sin cumplir compromisos asumidos en campañas políticas. El país ha sufrido un nuevo retroceso en materia de derechos humanos y la Justicia vuelve a quedar en inferioridad de condiciones frente al ocultamiento sistemático de los actos criminales de la dictadura. Estas conductas se pagan con desprestigio para todo el sistema político y fomentan el descreimiento de la población.
Lo que nos queda de este episodio es una democracia degradada, sentencia AEBU.