La Dra. María Josefina Plá, presidenta de la Inddhh, resaltó en su discurso conmemorativo, realizado en la sede de la institución este lunes 10 de diciembre, la fuerza de quienes hace 70 años tuvieron la energía para concretar un pacto social que nos conmueve y asombra aún hoy por la profundidad, el alcance y la vigencia. Sin embargo, y aun acordando con ella en la esencia del concepto, no puedo dejar de pensar en la pequeña porción que configuran estos 70 años que lleva de vida la Declaración Universal de Derechos Humanos en relación a la historia de la humanidad, y aun más, y como siempre, insistir en cuántos años de trabajo incansable deberemos prever si realmente queremos que lo que dice la declaración impregne la vida cotidiana.
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Una relectura del documento parece imprescindible para recordar que el mundo aún es demasiado desigual, demasiado injusto, demasiado doloroso. Son muchas las personas que padecen la discriminación y el desprecio, que no tienen asegurada su supervivencia o que están privadas del ejercicio de la libertad por cuestiones de raza, religión, nacionalidad, discapacidad y otras tantas características que deberían ser vividas naturalmente y no como barreras para disfrutar de una vida digna. Por eso creo necesario empezar por observar y cuestionar nuestras vidas, para desnaturalizar la discriminación y favorecer la condición de humanos que todos portamos.
Entre muchas actividades propuestas por la Inddhh para conmemorar el 70º Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, hubo una convocatoria a un concurso de fotografía. Siempre me ha encantado el tema de las fotos aunque nunca he desarrollado ningún saber específico al respecto. Supongo que es porque siempre sentí que tomar fotos es como hacerle una zancadilla pícara al tiempo, es de las pocas oportunidades que tenemos para conservar el registro de un instante que es eso: una porción brevísima de tiempo que pasa y en la fugacidad de su transcurrir presente se convierte en pasado.
“Las fotografías engañan al tiempo, suspendiéndolo en un trozo de cartón donde el alma queda bocabajo”, dice la chilena Isabel Allende y yo estoy en un todo de acuerdo con ella. Cada fotografía que vemos es en sí misma un viaje en el tiempo y esto ocurre aunque la imagen sea reciente, y es una convocatoria al recuerdo y un disparador de la emoción, aunque se trate de una imagen de sencillez cotidiana. La fotografía que ganó el primer premio de la categoría B (Adultos) fue tomada por la licenciada Daniela Pereira el 25 de noviembre de 2017, durante la marcha por la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El documento escrito que la acompaña dice que “las personas que caminan están alumbradas por la luz del sol que cae sobre 18 de Julio y en el fondo se puede ver la estatua de la Libertad de la plaza Cagancha de Montevideo”, como si las caminantes -la mayoría éramos mujeres-, errantes, ordenadas y silenciosas en un mundo que las agrede, pudieran sentirse “alumbradas por la libertad en el camino hacia el pleno disfrute de los derechos”. Por eso no puede tener mejor título que Alumbrando los derechos, en el sentido pleno del verbo “alumbrar”, literalmente, dar luz y claridad y, figuradamente, “sacar de la ignorancia o el error”, tal como dice el diccionario.
La sensibilidad y capacidad técnica de la autora para el registro me emocionaron no sólo por la calidad del producto final que devela un corazón disponible y un ojo singularmente adiestrado para captar el momento exacto, sino porque tengo el recuerdo vívido de haber formado parte de esa larga y solemne caravana de mujeres que ataviadas de negro circulamos por la avenida 18 de Julio cada 25 de noviembre para visibilizar el problema de la violencia particularmente asociada a las mujeres y niñas. Es un homenaje y un recordatorio imprescindible en un nuevo aniversario de la declaración. Mientras escribo estas líneas, aún tengo la sensación gratificante de haber participado en otra foto: la que se tomó en las escalinatas del Palacio Legislativo en el marco de la campaña que inicia ONU Mujeres y Cotidiano Mujer: #Candidatas, mujeres que ocupamos o deseamos ocupar cargos en las instituciones, en la política, y que también necesitamos ser visibilizadas para derribar los estereotipos, en este caso particular, aquel mandato social que declara en forma silenciosa y naturalmente concebido que los liderazgos son casi privativos de los hombres. A 70 años del primer esfuerzo de consolidación en un documento de porte jurídico, es necesario honrar y valorar ese esfuerzo, pero es imprescindible hacer un esfuerzo mayor: posar los ojos en nuestro entorno, indignarse y conmoverse para llevar adelante ejercicios de exigibilidad y reivindicar la condición de cada uno de ser sujeto de derecho y defenderla sin declinar nunca.