La defensa de Lula pide la suspensión del exjuez y ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sérgio Moro, solicitud que ganó fuerza tras las revelaciones del sitio Intercept Brasil, que reveló cómo interfirió en el trabajo de fiscales de la operación Lava Jato para sacar a Lula de la última elección en octubre.
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En la columna de Bergamo aparece que la presidenta de la segunda sección del STF, Carmen Lúcia, colocó el caso, sin embargo, como último punto de la agenda. Antes de él, 11 procesos tendrían que ser apreciados.
Para el magistrado Gilmar Mendes no habrá tiempo de debatir el caso de Moro. Solo el voto de él tiene más de 40 páginas.
Mendes decidió, entonces, indicar el aplazamiento de la discusión. El caso deberá volver a pauta solo en el segundo semestre.
Desde hace semanas, The Intercept, del periodista y abogado estadounidense Glenn Greenwald, divulga diálogos ilegales que corroboran el papel político ejercido por Moro y el fiscal Deltan Dallagnol, coordinador de la Lava Jato, durante las investigaciones contra el expresidente, preso desde hace más de un año por supuesto actos de corrupción.
En 73 páginas la defensa de Lula pide la nulidad del proceso y la inmediata libertad del exmandatario. Denuncia que Moro fue parcial y persiguió a su defendido.
La principal prueba de la actuación política del exjuez sería su aceptación como ministro del Gobierno de Jair Bolsonaro.
A lo anterior se suman las revelaciones publicadas por The Intercept, basadas en audios, email y conversaciones comprometedoras de Moro con fiscales de la Lava Jato.