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Economía

DE POSADAS, MANINI Y OTROS CUESTIONAN POLÍTICA ECONÓMICA

Arbeleche: entre un Plan Marshall y Keynes

Los cuestionamientos a la política económica del gobierno se amplían desde dentro mismo de la coalición multicolor. Mientras tanto el gobierno evalúa si promover un aumento de gasto y obras para reactivar la economía.

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El lunes 8 de febrero, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, con cierta desfachatez dijo que Uruguay destinó 1.217 millones de dólares para enfrentar la pandemia, un 2,3% del PIB de Uruguay. Muy lejos del 15,1% de Chile, 11,1% de Perú, el 8% de Colombia y El Salvador. Ni hablar del 21% de Japón, 20% de Luxemburgo, 19% de Bélgica o el 17% de Eslovenia.

Agregó que el país perdió por recaudación unos 2.000 millones de dólares y, sin embargo, “pese a los gastos de la pandemia, se cumplieron todas las previsiones fiscales y sin suba de impuestos. Esto es importante porque hace mucho tiempo que en materia fiscal no se cumplían”, aseguró.

Recordó que se exoneró con el 40% de aportes patronales y personales para unipersonales, monotributistas y monotributistas Mides durante marzo y abril.  .

 

De Posadas y Manini hacen punta

El exministro de Economía, Ignacio de Posadas, planteó “imitar a los gringos”, dijo que «no resultará» imitar a Macri y propuso una “suerte de Plan Marshall”.

El senador Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto (CA), dijo que “no se puede en el momento de la mayor crisis de empleo de los últimos años, empezar a achicar el gasto del Estado como se hizo a partir del decreto de marzo” y cuestionó la “ortodoxia” del equipo económico de gobierno.

De Posadas, con inteligencia y perspectiva avizora un posible final del gobierno de la coalición similar al de Macri y por eso advierte que no hay que imitarlo. Lanzó la idea de un Plan Marshall para invertir inteligentemente, atado a un plan de competitividad.

Claro, el Plan Marshall fue financiado por Estados Unidos (EEUU) para la reconstrucción de una Europa devastada por la guerra, evitar la propagación del comunismo, desregular todo lo posible.

La visión apocalíptica de De Posadas sorprende un poco a menos de un año de gobierno multicolor, aunque en el fondo sostiene la idea de una importante participación del Estado, mayor endeudamiento “buscando un mix entre multilaterales y el mercado”.

Retomando una idea planteada en Caras y Caretas, De Posadas también propone crear un GACH económico. Pero rechaza la idea de Manini de los  subsidios porque, como estamos, “sería un crimen endeudar al país para seguir como estamos”.

Por su parte, Guido Manini Ríos dijo que “no se puede en el momento de la mayor crisis de empleo de los últimos años, empezar a achicar el gasto del Estado como se hizo a partir del decreto de marzo”, cuestionando la “ortodoxia” del equipo económico de gobierno. Añadió que “hay que tener mucho más dinamismo en el apoyo a determinados sectores” que generan empleo, señaló que “es preferible subir el déficit fiscal y no que un tendal de empresarios nacionales queden por el camino”.

Como si él no fuera parte del gobierno, Manini dijo que “los gobernantes tienen claro que no se puede ser ortodoxo a rajatabla y creo que hay ciertas violaciones a la ortodoxia. La propia ministra (Azucena) Arbeleche alguna vez habló de Keynes. Aunque ella dice que hay varios Keynes, todos sabemos lo que queremos decir cuando hablamos de Keynes”, enfatizó el líder de CA. Está claro que Manini y Arbeleche deben haber leído distintas versiones de Keynes.

 

Sartori también

El senador oficialista Juan Sartori discutió con la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, según el semanario Búsqueda, sobre la evaluación de riesgo asignada a la deuda pública uruguaya por las agencias calificadoras. Para el dirigente blanco, en el contexto actual, que Uruguay mantenga el grado de inversión no especulativa (investment grade) carece de relevancia y podría perderlo sin mayores consecuencias.

El presidente Lacalle Pou comentó en algunas conversaciones con integrantes del Poder Ejecutivo su visión de que este debería ser un año donde se podría habilitar cierta expansión del gasto, siempre que la situación fiscal lo permita y sin perder de vista el propósito de abatir gradualmente el desequilibrio en las cuentas públicas, según Búsqueda. Algunos integrantes del equipo económico comparten esa visión, aunque otros son partidarios de mantener la austeridad a rajatabla, informó el mismo semanario.

Un plan denominado “Fondo de Infraestructura coronavirus”, diseñado junto a CPA/Ferrere, CSI Ingenieros y el estudio Jiménez de Aréchaga, le fue entregado al gobierno el año pasado por empresarios del sector de la construcción y es visto con agrado por algunos jerarcas. La inversión en centros educativos, hospitales, viviendas y obras viales propuesta es de US$ 1.950 millones y generaría 11.200 empleos directos durante tres años.

 

Últimos datos

Según los últimos datos disponibles informados por el Ministerio de Economía, el déficit fiscal se ubicó en US$ 1.769 millones en los 12 meses cerrados en diciembre, equivalente a 5,3% del PIB. Pero eso incluye ingresos por los llamados “cincuentones” que dejaron su AFAP y volvieron a aportar solo al Banco de Previsión Social (BPS). Si se los excluye, el desequilibrio rondó los US$ 2.000 millones, es decir 6,0% del PIB.

El ministro de Trabajo, Pablo Mieres, reconoció, el 8 de febrero, que la última cifra de desempleo publicada en noviembre no refleja la situación del país en materia laboral.

“Lo que hoy tenemos es una cifra de desempleo del 10 u 11%, si fuera todo el desempleo ese sería un número que sorprende porque en relación a la cifra de desempleo pre pandemia es prácticamente medio punto de incremento, pero nosotros tenemos la impresión de que hay una especie de desempleo oculto”, señaló. El jerarca consideró que el desempleo probablemente ronde el 13%.

Este “desempleo oculto” no se detecta porque, según indicó, “hay mucha gente que no ha salido a buscar trabajo”.

 

Stiglitz: “las consecuencias de 40 años de neoliberalismo”

El 21 de enero pasado, el Premio Nobel de Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz, en el Congreso Futuro 2021, el principal encuentro de científicos e intelectuales de Chile, llamó a modificar no solo las políticas, sino el marco “dentro del cual hacemos esas políticas” para enfrentar la pandemia. “Lo que hoy necesitamos es mejores marcos de presupuesto o mejores marcos para pensar políticas monetarias. Necesitamos espacio para políticas más consideradas, de libre disposición, que respondan necesidades a medida que se van revelando”, afirmó.

Stiglitz dijo que “la pandemia ha demostrado las consecuencias de 40 años de neoliberalismo”.

Han sido “40 años de denigrar la importancia del gobierno, la importancia de la acción colectiva. El resultado de estos 40 años de denigrar el rol del gobierno es que el gobierno estaba menos preparado para lidiar con la pandemia, y (antes) menos preparado para otras crisis”, como la financiera de 2008.

 

Biden copiando a Roosevelt

El flamante presidente estadounidense Joe Biden aplicará un paquete de ayuda para el coronavirus de 1,9 billones de dólares (9% del PIB), al viejo estilo keynesiano.

En las semanas previas a su asunción, Biden y sus asistentes pasaron tiempo investigando libros sobre Franklin D. Roosevelt, tanto biografías como volúmenes explorando sus icónicos primeros 100 días, con la teoría de que ningún presidente desde entonces ha asumido el cargo en el país en una crisis tan grave.

 

El Plan Marshall
El Plan Marshall fue una iniciativa de Estados Unidos (EEUU) para ayudar a Europa occidental, en la que los estadounidenses otorgaron ayudas económicas por valor de unos US$ 12.000 millones de la época para la reconstrucción de aquellos países de Europa devastados tras la Segunda Guerra Mundial. El plan estuvo en funcionamiento durante cuatro años desde 1948. Los objetivos de Estados Unidos eran reconstruir aquellas zonas destruidas por la guerra, eliminar barreras al comercio, modernizar la industria europea y hacer próspero de nuevo al continente. Todos estos objetivos estaban destinados a evitar la propagación del comunismo, que tenía una gran y creciente influencia en la Europa de posguerra. El Plan Marshall requirió de una disminución de las barreras interestatales, una menor regulación de los negocios y alentó un aumento de la productividad, la afiliación sindical y nuevos modelos de negocio “modernos”.

 

 

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