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Política Mides |

Arismendi: “De jóvenes, Angela Davis era todo lo que uno quería ser como ser humano”

Por Leandro Grille.

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Arismendi ¿Qué te dejó la visita de Angela Davis a Uruguay?

La visita de Angela Davis a Uruguay fue, como dice una amiga, la renovación de los votos. En realidad Angela, para mi generación, es un símbolo, es un ser humano que representa todas las luchas por las cuales nosotros manifestamos en nuestra juventud. Manifestamos contra el racismo, manifestamos por la solidaridad, manifestamos por la libertad de Angela Davis, pintamos muros, hacíamos en planograf -serigrafía- con su cara. Las que teníamos el pelo lacio íbamos a la peluquería a hacernos los rulos para tener el afro. Y realmente fue una lucha muy dura, porque además ella tenía tres delitos por los cuales -cualquiera de los tres- era una condena a muerte. Ella, además, hace un proceso que es bien interesante y que yo creo que tiene mucho que ver con lo que luego escribe de la interseccionalidad, que para nosotros es un aporte teórico muy importante hoy.

Ella empieza su proceso en la lucha contra el racismo, fruto de que ella vivía en un barrio donde los perseguían, los prendían fuego, donde amigos de ella, niños, fueron prendidos fuego. De allí se incorpora al movimiento contra el racismo, al movimiento negro y ahí se da cuenta de que las mujeres, aun dentro de ese movimiento, tenían un rol más de apoyar a los hombres, que eran los dirigentes. Porque ella se empezó a destacar, obviamente, como dirigente, pensadora, porque era una mujer muy estudiosa, una académica, y ahí empieza a entender el problema del feminismo, que no era llamado así en aquel momento, y ahí empieza una búsqueda de algo más amplio que explicara el racismo y el feminismo y se hace miembro del Partido Comunista de Estados Unidos. Entonces, para mí, joven comunista, esta mujer era realmente -con muy pocos años más que nosotros- todo lo que uno deseaba ser, además, como ser humano, es decir, reunía todos los valores de la solidaridad, de la lucha, de la entrega, del estudio, de la comprensión de los fenómenos. No habíamos tenido oportunidad de verla porque nunca había venido a Uruguay, pero finalmente nos encontramos con un ser humano con la esencia intacta, una mujer que creció, que hizo sus doctorados, que escribió libros y que sigue siendo un símbolo para todos nosotros y para todas nosotras. Encontrarse con una persona sencilla, cariñosa, cálida, sensible, con una gran sed por saber, porque a todos lados iba  con una libretita y nos preguntaba cuando no entendía algo, para anotar. Quiso entender, por ejemplo, qué era el 20 de mayo, por qué la Marcha del Silencio, por qué nosotros decíamos que “se autoconvoca”.  También le explicábamos cómo la diversidad dejó de ser un fenómeno para grupos que se manifestaban, y muy bien, para ser una cosa realmente de solidaridad, de apoyo y de bandera del conjunto del pueblo uruguayo, no sólo en Montevideo. Todas esas cosas fue incorporando y preguntando por qué, cómo, con una gran avidez por saber. Y una de las cosas que a mí me emocionó muchísimo, que creo que no lo esperábamos, fue la cantidad de gente joven.

Fue impresionante el día que la Universidad le entregó el doctorado honoris causa, la primera vez que se realizó en la explanada, en la calle. Pero impacta, además, por las varias dimensiones que tiene Angela Davis: hablamos de una militante antirracista, pero de una mujer perseguida, que llegó a ser la persona más buscada por el FBI, y además hablamos de una teórica marxista, que fue pupila de Marcuse, de Adorno, que produjo esa obra teórica que se condensa en Mujer, raza y clase.

Es bien interesante. Ella va a Alemania a estudiar a la escuela de Frankfurt y siente que tiene que volver a Estados Unidos a pelear, y entonces va a la universidad donde Marcuse está dando clase, pero ella vuelve porque siente que su gente está dando la pelea y ella no estaba. Porque ella, si se quiere, tuvo la ventaja de nacer en un hogar de capas medias, medias bajas, en el sentido que sus padres eran maestros, una situación diferente a la de sus vecinos o a amigas, que nacieron en la pobreza total. Ella pudo estudiar, también en una escuela separatista, pero de todas maneras tuvo esa oportunidad que otros no tuvieron. Estando en Alemania -podía haber seguido haciendo su carrera-, elige volver a pelear porque decide que su lugar de lucha está en Estados Unidos, ¡en Estados Unidos!

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