Finalmente el que pintaba mejor fue el que salió campeón, Biguá había jugado muy bien a lo largo de todo el torneo y como casi todos tuvo problemas en la pandemia.
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Pero llegó a las finales y parecía que llegaba más armado que Nacional, y sin embargo perdió a una de sus principales figura «Pepo» Vidal, Donald Sims que fue la gran figura en el año agarró la manija y fue el conductor, muy bien acompañado por Victor Rudd y el siempre eficiente Hatila Passos.


Finales en la que el Pato arrancó ganando, pero se empató y hasta pasó a perder cuando sintió la ausencia de Vidal, pero se levantaron y al día siguiente fue aplastante para llegar al quinto partido.
Encuentro que Biguá comenzó ganando y haciendo diferencia, pero que Nacional supo controlar y ponerse a tiro, el Pato pasó tres minutos sin marcar un punto, pero pudo llevarse el cuarto 18 a 16.
Nacional llegó a pasar en el marcador, pero el elemental tiro exterior con el que trabajó toda la temporada lo salvó, apareció Diego Pena García como al comienzo lo hizo Iván Loriente y allí volvieron a sacar diferencia llendose al descanso largo ganando 41 a 36.
Tan parejo fue el tercer período que terminó con un parcial de 21 a 21, pero se comenzó a sentir la carga en las faltas y el cansancio, entraron al último y definitivo cuarto 62 a 57.
Donald Sims mostró en el inicio del último cuarto porque fue el mejor extranjero, abrió el libro y sacó todo el repertorio, terminó agrandando la diferencia, Biguá se puso a once y manejo la diferencia hasta el final.
Biguá fue un merecido campeón