Los diálogos revelados ayer fueron sacados del grupo de Telegram exclusivo de los fiscales de Lava Jato, y muestran que ellos discutían entre sí sobre los resultados del primer testimonio de Pinheiro, cuando este dijo que ofreció el departamento de tres pisos en Guarujá, el que la sentencia apunta como beneficio obtenido por los contratos en Petrobras como un regalo “sin pedir nada a cambio”, y que Lula no habría aceptado la oferta, versión que no agradó a los fiscales.
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En la conversación, realizada en agosto de 2016, tras ese primer testimonio, la fiscal Anna Carolina Garcia pregunta a los colegas si “¿hay una cuenta clandestina de Lula?” entre las informaciones entregadas por Pinheiro y abogados de OAS, y recibe tres respuestas negativas de Jerusa Viecili, Ronaldo de Queiroz e Sérgio Bruno Cabral , aunque el jefe del equipo, Deltan Dallagnol no quedó satisfecho, y congeló la negociación de la llamada “delación premiada”.
En su tercer testimonio, en abril de 2017, Pinheiro finalmente dijo que el departamento habría sufrido reparaciones realizadas para ser luego entregado a Lula, garantizando que él recibiría la propiedad del inmueble cuando las obras fuesen finalizadas. También dijo que poseía una cuenta informal donde reunía la plata que era de las coimas destinadas al PT, aunque las investigaciones apuntan a que la cuenta no registra giros a personas ligadas al partido o al expresidente y que no poseía pruebas para sostener lo que decía porque el propio Lula le habría dado instrucciones de cómo destruirlas.