Estos caraduras deberían recordar que lo que la comisión respectiva proponía gastar en el festejo era la mitad de lo que gastamos por mes para mantener a Luis Lacalle Pou en Suárez y Reyes durante cuatro años, hasta que se mudó a su apartamento. Según datos de la Contraloría General de la Nación, mantener todos los servicios y personal costaba 400.000 dólares mensuales. Eso incluía peluqueras, manicuras, maquilladoras, compras en el mercado y servicio veterinario.
200.000 dólares serían menos de la tercera parte de lo gastado por los blancos en Minas para poner un cartel con el nombre de la ciudad. Costó 650.000 dólares. Menos mal que no se les ocurrió hacer lo mismo en José Batlle y Ordóñez, sino tendríamos que haber pedido un préstamo al FMI.
Sin vergüenza
Ahora… ¿Javier García hablando de austeridad? ¿El mismo que gastó 26 millones de dólares para comprar dos aviones Hércules en España de un lote que estaba destinado a chatarra, que tenían fecha de vencimiento para el mismo año de la compra, que han pasado más tiempo en los talleres que a disposición y que a uno hubo que cambiarle el motor? ¿Es el mismo que encargó las patrullas transoceánicas por 92 millones de dólares a la empresa Cardama (también de España) en medio de irregularidades que deberían terminar en la Justicia? ¿Es el mismo que encargó a Brasil 6 aviones Super Tucano por 100 millones de dólares mientras tenemos a tanta gente pasando penurias?
¿Estos que critican son los mismos que nos dejaron de clavo casi 1000 millones de dólares entre pagos atrasados a proveedores y compras dejadas para pagar por el gobierno actual, además de juicios pendientes de resolución y que, en caso de perderse, nos costarán centenares de millones de dólares?
Sin criterio
Tras conocerse que el precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay falleció varios días después de haber sido baleado en un atentado, tanto el senador colorado Gustavo Zubía como el senador blanco Sebastián Da Silva escupieron su veneno y se dedicaron a calumniar a conciencia, usando también la red X. El exfiscal escribió: “El terrorismo de fiesta… Miguel Uribe, una víctima más de los que ven en el terror el camino al poder. Y lamentablemente en muchos países así ha sido. Acá también. Pero olvidamos… Y penamos a quienes los combatieron, quebrando reglas del derecho, c prueba amañada, manipulando…”.
Que quien ha publicado semejante barbaridad haya sido fiscal es alarmante. Ahora parece que quienes violaron, torturaron y asesinaron dentro y fuera de los calabozos de la dictadura eran pobres víctimas inocentes. Supongo que cada noche se le caerá un lagrimón al recordar a santos varones como José Nino Gavazzo, Manuel Cordero o el Goyo Álvarez. El atentado contra Uribe Turbay fue un hecho repudiable; pero justo es decir que la muerte no santifica, y no podemos más que recordarlo como un sembrador de odio.
En cuanto al energúmeno del Partido Nacional, fue más específico y acusó al presidente Gustavo Petro de estar detrás del homicidio. “Lo mataron. Lo asesinaron. Después hacen una redondilla en Chile para hablar de democracia. Petro es lo que no podemos permitir en Uruguay”.
Parece que ambos senadores ultraderechistas saben cosas que la Justicia colombiana ignora, pero si la Fiscalía les cursara un exhorto para que aporten información que lleve a aclarar el caso, harían un papelón más grande que cuando Graciela Bianchi dijo a un periodista argentino que tenía información ultrasecreta que la Casa Blanca le habría pasado sobre el caso Nisman.
Usando la lógica simplista y perversa de Da Silva (era de derecha, ergo, lo mató la izquierda), entonces nosotros tendríamos derecho a decir que al artista plástico Felipe Cabral (“Plef”) lo mandaron a matar los blancos en 2019, o que, mucho antes, la muerte de Villanueva Saravia fue ordenada por Alberto Lacalle. Obviamente no lo creo, y sería una tremenda irresponsabilidad decirlo sin pruebas ensuciando gratuitamente a otras personas por el solo hecho de estar en una tienda política diferente.
Paralelamente, llama la atención que ambos mostraran tanto dolor e indignación por la muerte de un político de otro país y que el día anterior no hubieran abierto la boca para condenar al régimen israelí por el asesinato de seis periodistas palestinos. Tampoco abrieron la boca para condenar el asesinato de 11 palestinos en las filas del hambre el pasado domingo, con los que ya suman casi 1400 las personas asesinadas desde mayo mientras circulaban por corredores hechos por alambrados a izquierda y derecha. Tanto mercenarios como soldados israelíes se divierten jugando al tiro al blanco con niños, hombres o mujeres cuyo único crimen es tratar de conseguir algo de alimento para sus familias.
No. No lo condenan por una simple razón: apoyan el genocidio.
Sin neuronas
Tras la noticia de que una banda fuertemente armada asaltó un banco en Colón, Sebastián Da Silva publicó en X: “Cuando gobierna el Frente roban bancos. Son datos y hay que darlos. También revientan cajeros, y otros miles de también”.
Creo que el senador nacionalista, antes de escribir tanta basura, debería hacer un poco de memoria para no pasar vergüenza. Es muy posible que jamás hubiera leído la recopilación realizada por el usuario Grampa en X:
“2021. Explosión en Lagomar: En diciembre, una banda de delincuentes hizo detonar un cajero en Lagomar, pero no se llevaron el dinero porque la caja fuerte no fue afectada”.
“2022. Robo a un cajero en Ciudad de la Costa. A principios de año un delincuente fue a la cárcel por una explosión y robo a un cajero en Giannattasio casi Río Uruguay. Se estima que se llevaron un millón de pesos entintados”.
“2023. Noviembre. Siete delincuentes intentaron explotar un cajero en Avenida Italia y Santa Mónica. Fueron detenidos tras una persecución policial”.
Claro, también es muy posible que jamás haya leído esta noticia: “Lacalle y Julia Pou acusados de cobrar la coima más grande en la historia del país. 3,8 millones de dólares por el negociado del BPA”. De haber podido comprobarse, esta cifra sería mucho más importante que lo robado en Colón.
Cuando gobiernan los blancos
Finalmente, devolvamos la gentileza al senador Sebastián Da Silva. Ya que él dice lo que sucede cuando gobierna el Frente Amplio, le recordaremos lo que sucede cuando gobierna el Partido Nacional.
Cuando gobiernan los blancos hay récord de hechos de corrupción.
Cuando gobiernan los blancos hay presiones a la prensa, a jueces y fiscales. Cuando gobiernan los blancos aumenta la pobreza.
Cuando gobiernan los blancos aumenta el narcotráfico y el lavado de dinero.
Fue con el PN que comenzaron a aparecer cuerpos descuartizados. Sin embargo, no acuso a ese partido de ser el culpable, como haría Da Silva con el Frente si pudiera.
Fue con el PN que alcanzamos un récord de escándalos por abuso sexual de menores.
Cuando gobiernan los blancos aumentan el amiguismo, el nepotismo, los dedazos y los tarjetazos.
Cuando gobiernan los blancos aumenta el tráfico de influencias.
Y ya que estamos en este nivel de maledicencia de Da Silva, yo podría decir que cuando pierden los blancos dejan las intendencias endeudadas y vaciadas y a los entes y empresas públicas comprometidas. Eso sí; las cuentas de sus amigos de “fundaciones” quedan rebosantes.
Cuando gobiernan los blancos sus amigos se benefician con compras directas, como ocurrió cuando el Ministerio del Interior le compró 55 vehículos todo terreno a la empresa Ayax S.A., pese a no cumplir con las condiciones del pliego licitatorio, pero tenía la ventaja de estar dirigida por un amigo de la infancia de Luis Lacalle Pou.
Cuando los blancos pierden las elecciones intentan destruir al país.
Cuando ganan, lo consiguen.
Que pases bien, Sebastián. También te queremos mucho.