Dice Nacho que el grupo de panelistas que opinan en su programa son periodistas en serio, no como los de otros medios que los critican. Al final de la segunda entrega del Show de Marset, Nacho brinda con ellos por “el programón que hicimos hoy”.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Su deporte preferido es la autocelebración.
Uno de los periodistas que le acompañan, en un intento por dar un toque ético a lo que hacen, comienza a decir que no debemos olvidar que estamos hablando de un narcotraficante, un delincuente… y hasta ahí llega, porque inmediatamente, el conductor lo interrumpe con un “Sí; pero…”. Ya no lo deja seguir con su razonamiento. Nacho desvía el tema a la corrupción de los gobiernos de Bolivia y Paraguay.
El panelista, cuyo nombre desconozco, no llega a hablar ni un minuto en todo el programa; y es que Nacho lo hace todo el tiempo; está particularmente “sacado”. Hasta interrumpe en reiteradas ocasiones a quien tendría que ser la protagonista de la noche, que es su productora, a la vez que periodista, Patricia Martín.
Nacho ataca a todos los enemigos de Marset. A todos, sin excepción.
Nacho da por cierta cada cosa que dice el narcotraficante. No conoce al ministro del Interior boliviano Eduardo del Castillo; pero si Marset dice que es corrupto “por algo será”.
Nacho también acusa a Evo Morales y no pierde oportunidad de usar cada letra de su ídolo y nuevo amigo para atacar a la izquierda (de aquí y de allá) y defender al gobierno uruguayo.
Lo del pasaporte fue solo una cadena de pequeñas boludeces, sin mala intención; grave fue lo de Sendic.
Nacho no solo es vocero de Marset; también de Jorge Gandini, que le recuerda a Yamandú Orsi el decreto del año 2014 gracias al cual el narco quedó libre. Insisten en mentir. Dicho decreto no obligaba a expedir el documento tal como se dio. Se tendría que haber dado con un solo destino que era Uruguay hasta que aclarara su situación. Además, ellos mismos lo modificaron en 2021 y no tocaron ni una letra de lo que luego usarían como excusa para abrir la celda de Marset en Dubái.
Nacho no disimula en lo más mínimo su admiración y simpatía por Sebastián.
Si se tratara de alguien que vende calefones que se queman al mes, lo cocinaría a fuego lento; pero si se trata de un narco multimillonario, se le cae la baba. Le celebra la amenaza: “El próximo año sabrán si soy ángel o demonio”; tanto que la usa como título del programa.
“Me contó un pajarito que sos romántico” -le dice Patricia al criminal, mientras Nacho, que es católico, reza para que no lo capturen o maten; porque se les termina el show. No extraña que lo muestren más ángel que demonio.
Nadie discute que Paraguay tiene uno de los gobiernos más corruptos del planeta. Nunca, jamás, en ninguno de los países en que he vivido, vi tanta corrupción. También es cierto que lo dicho por las autoridades paraguayas sobre la imposibilidad de que la periodista y el abogado volaran en helicópteros, porque no tienen registro oficial de tales vuelos, fue una burrada que le permitió al criminal uruguayo tomarles el pelo, diciendo en un audio que debe “Pedirle disculpas a Paraguay, porque salieron a volar mis helicópteros el día que vino la periodista y el abogado, y no les pedí permiso. La próxima les aviso antes”.
Exceptuando los embarques de cocaína, Nacho lo exculpa de todas las acusaciones que hay en su contra. No es cierto que Sebastián hubiera ordenado la ejecución, en mayo, del fiscal antidrogas del Paraguay Marcelo Pecci, cuando éste se hallaba en Colombia en Luna de Miel. Sebastián sería incapaz de amenazar a la fiscal Mónica Ferrero. No es su estilo, complementa Patricia Martín, la misma que, en el programa anterior, nos explicó que “los delincuentes no tienen por qué ser malas personas”.
Este pobre muchacho, que cree en Dios, extraña el dulce de leche Conaprole y seguramente votaría a Luis, es inocente del asesinato de su amigo Alfredo Rondán. Él no comprende por qué el audio con sus declaraciones sobre el caso desapareció de la carpeta de fiscalía.
Al empresario que le hizo un pasaporte falso de mala calidad a Marset, Nacho no lo nombra; y es que dos días después de haber sido detenido Marset en Dubái, Mauricio Schwartzman fue asesinado, supuestamente, como castigo por no haberse esmerado en hacer un buen trabajo. “Falta de apego”, le habrán dicho mientras lo acribillaban al otro lado de la puerta de donde estaban sus hijas.
Para que comprendamos las ironías y sepamos cuándo celebrar algo del programa, la producción pone grabaciones de risas y aplausos. Detrás del show periodístico hay muertos y familias destrozadas; pero eso es secundario; lo que importa es el rating; que ya no fue tan alto como en la primera parte.
Humildad cero. Reconocer un error, ni de casualidad. No acepta ninguna crítica. Los equivocados somos todos los demás. Nos carcome la envidia porque ellos son los dueños de la nueva estrella. Se vienen libros, documentales, series y películas sobre Marset. Las minas se quieren encamar con él y los adolescentes sueñan con llegar a ser como Marset, que se burla de los gobiernos y de la Policía; porque la vida es un juego.
Afortunadamente, una enorme mariposa que entró a la residencia durante la narcoentrevista los protege a todos.