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Las Américas

La cumbre en el llano

Como es ya costumbre, nuestro gobierno concurre a la cumbre desinformando, y hasta mintiendo, a la opinión pública.

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Ya podemos hablar de un fracaso de la cumbre al escribir el día de su inicio. Aportaremos información de la escasa que se da a la presencia entusiasta de Uruguay en la misma. Sin el presidente.

Comencemos por el nombre: se dice que es la IX y que fue instaurada por el presidente Clinton en 1994. Desde aquella celebrada en Miami, se convoca regularmente, cada cuatro o cinco años. Chile en el 98, Quebec en 2001, Mar del Plata en 2005, Trinidad y Tobago en 2009, Cartagena en 2012, Panamá en 2015 y Lima en 2018.

Pero se reconoce que la primera fue la de Punta del Este en 1967, poco antes de la muerte del presidente Gestido, siendo canciller Héctor Luisi. En la de Miami de 1994, cuando se decidió darle continuidad regular, adoptaron como normas las de Punta del Este para regir las futuras. Estas establecen que “las Cumbres de las Américas no pertenecen a ningún organismo multilateral preexistente”.

O sea, la OEA es ajena al proceso. Los países anfitriones son eso, dueños de casa de una reunión de todos, no se les reconoce “derecho de veto”. Aun así, a EEUU le urgía llamarla. Los conflictos migratorios con México, la pandemia, la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones con China por los intentos de Taiwán de independizarse obligaban a Biden a exhibir algún triunfo diplomático. Había prometido: “América Latina no será más el patio trasero de EEUU”.

Pero, como la fábula del alacrán y la rana, no pueden con su condición. No invitó, sin consultar a los demás Estados, a Nicaragua y Cuba. Si realmente cree EEUU que estos países se han alejado del patrón de libertades que considera aceptable, caben dos preguntas: 1) Cuánto más profunda sean las diferencias, ¿no se impone más el diálogo? 2) ¿No carece de facultad para decidir qué países participan?

La sede principal de la ONU (Asamblea General, Secretaría General y Consejo de Seguridad) es en Nueva York. ¿Daría ello a EEUU derecho a decidir qué países participan de dichos órganos internacionales? Pero el continente reaccionó y se sembró la semilla del fracaso. Ni México ni los países del Caribe angloparlante (Caricom) aceptaron las exclusiones. Argentina también protestó.

Aunque ya había dicho que no iría en esas condiciones, México, el país más importante de América Latina, el día antes de iniciarse la cumbre confirmó que no asistiría. El propio presidente López Obrador (AMLO), el domingo en que ganó 4 de las 6 elecciones estatales de su país dio una lección sobre el tema. Dijo el jefe de Estado: “Quiero cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos: la exclusión […] para conseguir dominar sin razón alguna ni respetar la soberanía de los países”.

Brasil dijo que dudó de ir, pero nadie le creyó. Quería cotizarse mejor. El enojo de Brasil venía del otro lado. Estaba molesto porque el director de la CIA, William Joseph Burns, había rezongado a Bolsonaro por desacreditar el proceso electoral de su país. No sé qué me genera más vergüenza ajena: las declaraciones del mandatario o el rezongo de su patrón.

En cuanto a nuestro pequeño gran país, otra vez cipayismo y engaño a la gente. El 26 de mayo llegó a Uruguay el coordinador de la cumbre, el exsenador Christopher Dodd. Veamos en qué consistió su misión según los informes del Departamento de Estado.

La información americana no surge de documentos desclasificados que obtuvimos. No. Simplemente proviene de sus comunicados de prensa y de la web de la diplomacia americana. Dice que EEUU mandó emisarios a todos los países miembros según su importancia: la vicepresidenta Harris, el secretario de Estado Blinken y el exsenador Dodd. Le conozco mucho, de mis años en EEUU. Su hermano fue embajador en Uruguay. No existió la misión que difundieron nuestras autoridades.

Se anunció dicha misión como muy especial para hablar con Lacalle Pou, agregándose el interés de Biden de hablar con Lacalle. Pero de regreso de su misión, en el comunicado de prensa del Departamento de Estado Dodd afirma que Biden le pidió que en su “rol de asesor especial para la Cumbre de las Américas, se reuniera con líderes de toda la región”.

Tras haber informado de la importancia que Biden daba a su encuentro con nuestro presidente, el día de su partida la prensa uruguaya titula que siguen las gestiones para lograr que haya entrevista “en virtud de su liderazgo en la región” (¿Ante Fernández y Bolsonaro?)”.

Finalmente el viaje de Lacalle se suspende el mismo día porque tenía covid. A lo mejor, el contraste de sus informes con la realidad hizo que le bajaran las defensas.

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