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Mentiras y relatos

Harto

De algunas cosas se habla poco, pero este gobierno tiene récord de homicidios y suicidios en las cárceles; mientras Heber canta su hit "volvieron las carteras"

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Caras y Caretas Diario

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Los principales dirigentes del Frente Amplio están obligados a ser diplomáticos; porque siempre es bueno tener los caminos del diálogo abiertos y no volar puentes. Comprendo y comparto; pero cuando la contraparte insiste en engañar a la gente llega el momento de llamar pan al pan y vino al vino.

Toda la coalición practicó y practica la mentira de manera sistemática: no aumentar combustibles, no aumentar edad jubilatoria, presentarse ante la Justicia renunciando a los fueros, eliminar asentamientos, construir 50.000 viviendas, construir 136 liceos, mudar el Mides a Casavalle, no tener gente en ambos lados del mostrador, cuidar cada peso, eliminar la inseguridad, no aumentar los impuestos, “hacerse cargo”, darnos los cinco mejores años de nuestras vidas, etcétera. El “se terminó” de Luis Lacalle hoy es usado como una de las frases que más risas provoca en ZIN TV.

Los medios hegemónicos hacen lo que pueden; pero no pueden tapar todas las irregularidades. El senador Juan Sartori está luchando con uñas y dientes para evitar declarar sobre los bienes de su esposa y nadie del Partido Nacional (ni siquiera aquellos que hablaban tan mal de él durante las elecciones internas) ha dicho ni una palabra sobre el caso del legislador más millonario de toda la historia de Uruguay. Creo que si llega a abrir la boca el suegro, lo quema a fuego lento.

De algunas cosas se habla poco; lo menos posible. Este gobierno tiene el récord de homicidios y suicidios en las cárceles; y, mientras Heber canta su hit “volvieron las carteras”, llegaron los descuartizamientos.

El intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, ha sido denunciado penalmente por Abuso de Funciones y Fraude; pero no es noticia. Silencio en los grandes medios. La denuncia la presentó el edil colorado Edgardo Lerena, quien también acusa al contador Sebastián Erviti, director de Hacienda, y al abogado Diego Ávila como coautores de tales delitos. Vidalín habría gastado todo el superávit de la intendencia pasando por arriba a la Junta Departamental, al Tribunal de Cuentas y a la mismísima Constitución de la República.

La noticia sigue siendo Charles Carrera.

Parece que está mal que hace diez años el Ministerio del Interior se encargara de la atención médica y alimentación de una persona que quedó discapacitada por una bala que habría salido de la casa de un oficial de Policía; pero no está mal que el intendente de Rocha le dé trabajo en forma directa, casualmente, por los mismos días en que hizo una denuncia mediática contra una relevante figura del Frente Amplio por algo ocurrido hace una década. El exdiputado blanco José Carlos Cardoso ha tenido la grandeza de reconocer que él fue una de las personas que intercedió para que Bonomi ayudara a la víctima de aquel hecho. “Por supuesto, yo pedí a Bonomi apoyo para la persona baleada”. “Estuvo muy bien [darle] tickets de alimentación y asistencia en el Hospital Policial”.

Tampoco es noticia que Marcos Algorta Adami y Marcos Algorta Antía tengan una prohibición judicial de vender ganado en cualquier feria del país, además de quedar embargados. Si fueran parientes de Charles Carrera, sería la principal noticia en todos los grandes medios; pero como se trata del esposo e hijo de Mercedes Antía, funcionaria de confianza del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y hermana del Intendente de Maldonado, Enrique Antía...

Por otra parte, la angustia aumenta en la derecha, que busca desesperadamente motivos para enlodar a referentes del Frente Amplio para minimizar las noticias sobre miembros de la coalición gobernante que se cuelan pese al cerco mediático. El fiscal de Delitos Económicos y Complejos Gilberto Rodríguez archivó la denuncia por compras y contratos de publicidad en el Ministerio de Turismo bajo la administración de Liliam Kechichian y Benjamín Liberoff. Solo hallaron humo blanco. Estas noticias son las que duelen al poder.

Están nerviosos; porque cada día surgen más detalles sobre el caso Sebastián Marset. Que organizaba fiestas en Punta del Este y entre los concurrentes figuraban Fernando Cristino y Santiago Aviña Argimón, hijo de la vicepresidenta; que el narco visitaba asiduamente, cuando estaba preso en Campanero, a Francisco Sanabria, financista de la campaña de Germán Cardoso; que la excónsul en Emiratos Árabes pidió en dos ocasiones directivas sobre cómo proceder con la tramitación del pasaporte del criminal, ya que le habían llegado advertencias sobre él... Entre otras cosas, quería saber si debía ir a la cárcel a tomarle las huellas digitales.

No fue la única diplomática que envió advertencias al MRREE. El embajador ante Emiratos Árabes, Álvaro Ceriani, pidió que la cancillería se tomara más tiempo para analizar la situación, ya que el embajador uruguayo en Catar le había compartido las advertencias del embajador paraguayo, Ángel Barchini.

El abogado Alejandro Balbi golpeó puertas en las altas esferas y el pasaporte fue expedido a ritmo vertiginoso antes del 10 de diciembre, fecha en la que sería deportado, y mientras, la Brigada Antidrogas de Uruguay cooperaba con la Policía de Paraguay y la DEA de Estados Unidos investigando al beneficiario de nuestras abnegadas autoridades.

Me pregunto si algún magistrado no puede actuar de oficio e indagar los cruces de llamadas telefónicas entre el entorno del narcotraficante, el estudio de Balbi y los jerarcas del MRREE. También sería interesante (para despejar suspicacias, ¿vio?) levantar el secreto bancario y verificar que el saldo de alguna cuenta de algún funcionario no haya aumentado significativamente en los últimos meses.

Mientras tanto, ni un peso más a la Udelar por parte de quienes prometían apoyo a la investigación científica y reforma educativa. Otra mentira.

Odian a los sindicatos porque no quieren trabajadores organizados con poder de negociación. Lacalle representa a las patronales; no a esos desgraciados que, al decir de Galeano, tienen la mala costumbre de pretender comer todos los días.

En cuanto a Pablo Mieres, es patético ver el fin de su carrera política; traicionando vilmente a la clase trabajadora a cambio de un cargo.

El 11 de agosto publicó en Twitter: “En el mundo, entre 2020 y 2021, el salario cayó un promedio de 6%. Hay países en los que el salario real sigue cayendo hasta hoy, es el caso de varios países de América Latina y del mundo desarrollado. No es honesto atacar por un problema que es mundial”.

Lo que no es honesto es prometer todo lo que prometió la coalición y no cumplir ni una sola cosa; lo que no es honesto es que tengamos récord de exportaciones y de depósitos en la banca nacional y extranjera por parte de los “malla oro” y haya bajado el salario real. Lo que no es honesto es justificar la avaricia de los multimillonarios con lo que pasó en otros países. Mal de muchos, consuelo de tontos. ¿Cuántos de esos países multiplicaron las ganancias de la clase alta mientras empobrecían a los trabajadores? Mieres no solo insulta a los frenteamplistas al decir “La oposición cree que Uruguay vive adentro de un táper”; insulta a todos los trabajadores.

Los derechistas no son bobos. No iban a poner de ministro de Trabajo a alguien que defendiera a los más necesitados.

Odian a TV Ciudad y los trols oficialistas se preguntan en las redes cuánto ahorraríamos si la cerráramos. Sería genial. Así solo quedarían los canales obedientes a la oligarquía y la gente solo se informaría de lo que al gobierno le conviene. A propósito: ¿Cuánto ahorraríamos si el gobierno no regalara tanto a los canales sumisos?

No recuerdo otro gobierno tan mediocre. En uno de los actos de autobombo de Luis Lacalle, entre la multitud había una valiente chica con un cartel que decía “En lugar de venir a reinaugurar obras manden medicamentos”. El presidente la hizo pasar al frente, a su lado. A primera vista, un gesto de alto espíritu democrático. A segunda, la expuso a tal punto que sus perros de la web intentaron humillarla, cambiando en la foto el texto por “Busco hombre”. Así de rastreros son los derechistas; porque hay que arrastrarse al nivel de las cloacas para hacer algo así.

Quiero, mediante esta nota, enviar un abrazo a esta joven y decirle “Perdónalos; no saben lo que hacen”. Ella se mantuvo allí, valiente, firme; sabiendo que una senadora psicópata estaría averiguando de inmediato quién es, dónde vive, en qué trabaja y si tiene algún muerto en la heladera, como se hizo con una docente en San José.

Carolina, Yamandú y Fernando deben ser diplomáticos.

Yo no.

Estoy harto de tanta basura.

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