Para tratar de examinar este “cuerpo”, observemos primero que una República –también la nuestra, sacrosanta y oriental- tiene su Constitución, leyes y principios jurídicos que la rigen y que –válgame Dios- se encuentran por encima de cualquier autoridad política que exista. Los pilares se afirman en la separación de poderes, los que proveen de estabilidad política y jurídica a la Nación.
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Dicho así, surge una nueva fauna en esta era: los “republicanos”. En Uruguay parece crecer la denominación “Coalición Republicana”, así como, en Chile, el dirigente José Antonio Katz lidera su Partido Republicano (parece haber un tic en las derechas del continente: se autodefinen republicanos para tratar de ocultar o diluir su perfume derechoso. No quieren que le llamen la “derecha”. “Mami, llamame republicano”, parecen decir con candor. Un temita comunicacional. Los que dicen ser “republicanos” le dicen a los otros que son “antirrepublicanos”, porque no dicen que son “republicanos”. Retórica de jardín de infantes. Como verás, amada mía, la vida es más compleja.
EL CORRIMIENTO DE EJES
Hay un fenómeno interesante en las democracias occidentales: las derechas y las centroderechas se vuelven ásperas, hostiles y dinamitan con sus acciones y discursos los puentes liberales de las sociedades (son los nuevos “adolescentes” que no se conforman con nada). En ese marco, las izquierdas se mueven de su lugar histórico antisistema, cuestionador de poderes, de la democracia representativa, las libertades liberales y los poderes fácticos. La dinámica instalada con una derecha “republicana” desmelenada, hace que las izquierdas –esa amplia avenida progresista en donde conviven los “partisanos” y los “transaccionistas”- cumplan un rol de tutor del viejo sistema republicano y salgan en defensa de los pilares de la democracia republicana, abandonando el antiguo terreno “insurreccional” de las ideas y el cerco a las “instituciones burguesas”. O sea: las izquierdas juegan el rol de resguardo y respeto de las instituciones. Más todavía: en Uruguay, hasta se defiende la Constitución del 66, una expresión que a todas luces se percibe como decadente. Nada de tocar eso, pese a algunas insinuaciones. “Ahora estamos para defenderla frente a los ataques de los ‘republicanos’”, dicen en voz baja mientras ocultan detrás de la biblioteca los borradores con los textos alternativos a la Constitución actual.
EL DETERIORO PROMOCIONADO POR “REPUBLICANOS”
Con alta frecuencia, quienes se autodefinen “republicanos” incursionan en un discurso que, por ejemplo, apunta a erosionar y dinamitar la credibilidad del sistema judicial, con críticas a fiscales y jueces, sobre todo luego del cambio en el proceso judicial. No es un fenómeno uruguayo, está ocurriendo con intensa frecuencia y gravedad en América Latina.
En un documento presentado en el 1er. Congreso Latinoamericano de Fiscales sobre Independencia y Seguridad, el doctor William Rosa –presidente de la Asociación de Fiscales del Uruguay- detalló lo que está ocurriendo en el continente con la Justicia y los discursos públicos. Nada fácil: han asesinado a cinco fiscales en el último año.
El informe de Rosa dice que la falta en asumir el nuevo rol de los fiscales “hace evidentemente más fácil que quienes están siempre tentados en torcerle el brazo a la Fiscalía y sus miembros apunten sus armas hacía nosotros. Lamentablemente, cuando digo armas, en no pocas ocasiones adquiere un sentido literal”. Ahí aparecen los fiscales asesinados.
Asume Rosa que existe tensión entre distintos actores. “Dentro del Ejecutivo aparece siempre esa tensión entre lo que quiere un gobierno y la necesidad de la Fiscalía de actuar libremente. Sabemos que en la práctica estas tensiones no siempre se resuelven de la forma más conveniente para la República”, escribió.
Tras señalar que hoy existen “falta de recursos suficientes, deficientes condiciones de servicio, carencia de infraestructura”, sostiene que todo eso afecta la “eficiencia”. El fiscal repasó luego elementos de la República como la “libertad de acción para el Ministerio Público (dentro de la Constitución, las leyes y sujeto a responsabilidad por la actuación)”. El Ministerio Público “raquítico” –objeto de fuertes ataques- “es también responsabilidad del sistema político y es allí donde entran a jugar lógicas perniciosas que afectan absolutamente la independencia de los fiscales”.
“Tal vez haya muchos interesados en que se mantenga la debilidad de las Fiscalías, de los Ministerios Públicos en el plano regional, y es evidente que ese interés espurio está destinado a mellar su independencia. Una Fiscalía fuerte va a perseguir con mayor tenacidad y posibilidad de éxito todos los delitos y eso repercute sin dudas en la impunidad que muchos poderosos creen tener asegurada”, agregó.
El fiscal dijo que hay actores que se pronuncian diciendo que hay que “echarle mano al Ministerio Público”. Enumero una serie de afirmaciones de Rosa que describen con prolijidad la ofensiva sobre la Justicia y la República.
1) “Acusaciones indiscriminadas de LAWFARE, pasando por acusaciones de inacción respecto a algunas causas, llegando también al señalamiento por las cifras de inseguridad que siempre acucian a los gobernantes de nuestra región”.
2) “Figuras principales de nuestros Estados, jerarcas institucionales de primer nivel y hasta de instituciones que tienen que colaborar con la Fiscalía en el desempeño de su función. También hay actores de trascendencia pública y mediática que caen constantemente y de forma recurrente en esta dinámica”.
3) “Esas dinámicas a que aludo se centran en querer que los fiscales hagan lo que les conviene a esos actores y no lo que corresponde”.
4) “En contextos regionales de permanente judicialización de la política, no son pocas las veces que los actores políticos buscan dirimir rencillas denunciando a sus adversarios y procurando que el sistema de justicia intervenga. Paradójicamente sea cual sea el resultado, ya sea que la Fiscalía -luego de una investigación acorde- encuentre elementos objetivos suficientes para imputar, o al no haberlos encontrado, decide archivar por falta de mérito, siempre, de un lado y de otro de esta polarización asfixiante que vivimos. Se va a hablar de politización de la justicia como fenómeno. Estos mecanismos afectan de sobremanera la independencia de los miembros del Ministerio Público, pues ponen a los fiscales en medio de controversias de las cuáles deberían estar alejados”.
5) “La mayoría de los actores que emprenden estas acciones son funcionarios públicos, de Estados que han suscrito y ratificado esas normas internacionales que establecen esas preciosas prerrogativas de trabajo de los fiscales, que en la práctica desoyen; entonces debe hacerse un llamado a la RESPONSABILIDAD DE ESOS FUNCIONARIOS”.
6) “No son pocos los ejemplos en que esos actores belicosos contra la Fiscalía, lo que procuran es asegurarse o asegurar a otro IMPUNIDAD”.
7) “Esto es un flagelo muy perjudicial para el buen funcionamiento de nuestros sistemas. Pues la IMPUNIDAD en clave de independencia no solo AFECTA a los funcionarios, afecta al ESTADO DE DERECHO, a la DEMOCRACIA y a las REPÚBLICAS, pues la INDEPENDENCIA es una GARANTÍA de que: sea cual sea el hecho delictivo que se denuncia, sea cual sea la persona denunciada o el denunciante, va a haber un funcionario del Estado que de forma independiente va a investigar y actuar de conformidad a lo que establecen las normas”.
UNA CONCLUSIÓN
Después de leer esto, me avisan con tiempo dónde están los verdaderos “republicanos” y los falsos “republicanos”.
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