Luis Lacalle Pou no podía no saber lo que hacía Carlos Albisu en Salto Grande.
Luis Lacalle Pou no podía no saber lo que hacía Pablo Caram en la Intendencia de Artigas.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que Roberto Lafluf destruyó el acta que debía haber llegado al Parlamento y a la Justicia.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que Francisco Bustillo inducía a Carolina Ache a tapar todo.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que Gabriela Fossati omitía investigarlo a fondo para así congraciarse con el Partido Nacional.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que Pablo Iturralde celebraba a otra fiscal por no ir más allá cuando había un blanco en la vuelta.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que terminaría incumpliendo su principal promesa de campaña electoral, la de no tocar la edad jubilatoria.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que terminaría incumpliendo la promesa de volcar 550 millones de dólares a la educación y que, por el contrario, le quitaría 130 millones en los dos primeros años.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que, al hacerse público que Casa de Galicia tenía dificultades financieras, le estaban cortando la cabeza definitivamente para que otros empresarios de la salud se repartieran sus restos a precios viles.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que Azucena Arbeleche había aprobado beneficios para las empresas de Isaac Alfie y su propio esposo.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que la Fundación A Ganar haría que la Jutep y el TCR pusieran el grito en el cielo tras varias licitaciones ganadas sospechosa y exclusivamente con intendencias blancas, con pliegos calcados de un departamento a otro.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que su política carcelaria llevaría a récords históricos de homicidios y suicidios de reclusos.
Luis Lacalle Pou no podía no saber que la no ejecución por parte de sus jerarcas de partidas presupuestales (o sea, no usar el dinero aprobado para ciertos planes) aumentaría la pobreza infantil haciendo que tales recursos volvieran a rentas generales.
Siendo extremadamente cautelosos, podríamos llegar a aceptar que desconocía las prácticas sexuales del senador Gustavo Penadés con menores, pese a conocerlo desde hace varias décadas.
En este pequeño país no se mueve una mosca sin que el presidente lo sepa o autorice.
Lacalle Pou le declara la Guerra a Antel
Luis Lacalle Pou no podía no saber que la gestión del ingeniero Gabriel Gurméndez debilitaría a Antel frente a las competidoras privadas Claro y Movistar, perdiendo a 50.000 clientes de banda ancha fija y 10.000 clientes de telefonía fija en el segundo semestre de 2023, lo que representa más del 5 % del total de abonados.
Luis Lacalle Pou no puede no saber que la Ley de Medios recientemente aprobada es inconstitucional y traerá graves implicancias para la libertad de expresión y la pluralidad de voces en los medios de comunicación.
Tal como explicó en la Cámara de Representantes el diputado frenteamplista Gabriel Mazzarovich (lista 1001), esta legislación representa un retroceso significativo en la democratización de los medios y en la protección de los derechos de los ciudadanos a estar informados de manera imparcial y plural. La Ley de Medios favorece la concentración de la propiedad mediática en pocas manos, lo que derivará en una disminución de la diversidad de opiniones y en un control centralizado de la información. "Estamos ante una norma que, en lugar de promover la pluralidad y la independencia de los medios, consolida el poder de unos pocos grupos económicos sobre el espectro informativo del país", afirmó el diputado.
Para ilustrar su punto, Mazzarovich afirmó que “esto es como llevar a Antel a un ring y ponerle en frente un boxeador de peso mayor, que además puede ser auxiliado por otros boxeadores más pesados, incluso extranjeros, pero además decirle a Antel que los otros pueden pegarle con las dos manos pero Antel no, solo puede usar una mano. Y después se habla de facilitar la competencia”.
Luis Lacalle Pou no puede no saber que la Ley de Medios busca el beneficio máximo para los grandes empresarios; pero deja sin atender la precarización laboral de los trabajadores de la prensa. Esta ley promueve la concentración y la extranjerización de la propiedad de los medios e impone la pérdida de transparencia y controles en la adjudicación de frecuencias.
Parafraseando al diputado de la 1001, esto es grave, porque tiene que ver con derechos fundamentales como el derecho a la Información, a la libertad de expresión, al acceso a internet, y también tiene que ver con el poder y con la forma en que este se ejerce.
De su intervención hemos rescatado estos alarmantes fragmentos:
“La urgencia para aprobar esta nueva ley responde a un insistente reclamo de sectores empresariales históricamente de mucho poder”.
“Este proyecto de ley es regresivo y tiene contenidos antidemocráticos. Permite una mayor concentración de la propiedad de los medios; habilita la extranjerización; golpea a Antel; cristaliza la situación actual de privilegios extendiendo las licencias vigentes automáticamente por 15 años más; elimina las instancias de participación de la sociedad en las adjudicaciones de licencias volviendo a una discrecionalidad casi absoluta del Poder Ejecutivo; elimina a los grandes medios la obligación de pagar un canon anual y desfinancia el Fondo de Promoción de la Producción Audiovisual Nacional; golpea a los medios públicos”.
“Este proyecto de ley no defiende el derecho a la información ni la libertad de expresión. Es un plan de negocios. Habla mucho más de paquetes accionarios, licencias societarias, titularidades y transferencias de acciones que de derechos ciudadanos”.
“En el artículo 16, que establece la cantidad de licencias que se pueden tener para radio y televisión abierta, el proyecto votado en Diputados aumentaba de los 3, que permite la ley actual, a 4 en la Zona Metropolitana y 6 para el resto del país. El Senado insólitamente lo aumentó a 5. Se ve que algún grupo económico hizo un negocio en estos meses o piensa hacerlo y se quedaba afuera, no hay otra explicación posible. Para los cables el límite es de 8. Es decir que casi se duplica la cantidad de frecuencias de radio y televisión abierta que se pueden tener en la Zona Metropolitana y casi se triplica la cantidad de canales por abonados que se puede tener, a los que, además, se les autoriza a vender internet. Lo más grave es que esto favorece a los grandes grupos nacionales y extranjeros, pero también avala o permite que una sola persona sea propietaria, de una u otra manera, de todos los medios de un departamento. ¿Cómo se puede afirmar que eso puede ser positivo?”.
“Hablamos de habilitar a los canales de cable a vender internet golpeando a Antel en una rendición de cuentas; al pago por Antel de 9 millones de dólares para tener la señal de los canales 4, 10 y 12 en Antel TV, que se demostró un mal negocio para la telefónica estatal, asegurarles a los grandes grupos empresariales mediáticos por decreto no pagar el canon establecido en la vigente ley 19.307, y otorgarles, cambiando los términos del llamado en el medio del proceso, la totalidad de los recursos del Fondo de Apoyo a la Producción Audiovisual Nacional Sustentable (FAPANS) a los tres canales privados de Montevideo”.
Los Lacalle, padre e hijo, siempre estuvieron a favor de eliminar las empresas públicas y entregar el mercado a operadores privados. Con la privatización de la transmisión de datos de internet, Luis Lacalle Pou golpea a Antel y beneficia a los grupos trasnacionales DirecTV, Grupo Clarín y Claro.
No pudiendo venderla directamente, el presidente acuchilla a Antel y la entrega atada de pies y manos. No solo habilita a estas grandes empresas a competir con ella vendiendo internet (un negocio de 500 millones de dólares anuales), también se limita a Antel para competir, prohibiéndole que pueda acceder a licencias para comercializar contenidos audiovisuales, tanto en asociaciones con privados como en el sistema público. De paso cañazo, el presidente ordenó recortar las inversiones en nuestra empresa estrella y poner la infraestructura creada por Antel al servicio de sus verdugos.
Nada de esto es desconocido por parte del presidente. Cada detalle forma parte de un plan para volcar centenares de millones de dólares a operadores de derecha nacionales y extranjeros, grupos y medios que, obviamente, lo tratarán con guantes de seda cuando intente ser reelecto en 2029.
Luis Lacalle Pou podrá continuar poniendo cara de “yo no fui”, pero que le quede claro: sabemos lo que hizo, lo que hace y lo que hará.