Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Columnas de opinión | Lula |

Referentes

Nuestros cinco herejes

Padecieron derrocamientos, cárcel, exilio, torturas, calumnias y atentados; pero jamás se rindieron.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Fueron y son cinco faros que aún alumbran a toda América Latina. No solo despertaron a sus respectivos pueblos; sus palabras y acciones volaron como misiles por todo el mundo y ejercieron la docencia política predicando con el ejemplo. No solo cambiaron la historia del país que gobernaba cada uno, sino que sembraron conciencia por todo el planeta.

Padecieron derrocamientos, cárcel, exilio, torturas, calumnias y atentados; pero jamás se rindieron. Lo dieron todo por muchos, aunque no todos comprendieran ni lo merecieran. No es fácil la tarea de andar despertando siervos.

Pese a sus limitaciones económicas, Rafael Correa se recibió de economista en Guayaquil y alcanzó dos maestrías y un doctorado en Estados Unidos y Bélgica, país que le dio diploma y esposa. Habla inglés, francés, español y kichwa. Lengua indígena que aprendió al trabajar como activista social en la sierra andina.

Su ascenso a la presidencia llegó como una consecuencia lógica. Los ecuatorianos ya no soportaban los abusos del poder. Abdalá Bucaram (por citar un hecho paradigmático) que fue destituido en 1997, pagó con fondos estatales un tratamiento en los Estados Unidos para uno de sus hijos, el cual sufría de... obesidad.

A Bucaram le sucedió Rosalía Arteaga, sustituida dos días después por Fabián Alarcón, que asumió el interinato hasta 1998. Alarcón creó una Comisión Anticorrupción; pero terminó en prisión por desviar 6.200.000 dólares en contrataciones falsas de funcionarios públicos.

Jamil Mahuad fue derribado en menos de dos años y se exilió en Estados Unidos para eludir un juicio por desvío de 10 millones de dólares para su campaña electoral. Le siguió Gustavo Noboa, quien en 2003 fue sucedido por Lucio Gutiérrez, que resultó destituido dos años más tarde y reemplazado por su vicepresidente, Alfredo Palacio.

Las cosas no parecían fáciles para Correa. Rafael adhirió a la corriente de líderes que llamaban a las cosas por su nombre. Se enfrentó a George W. Bush y Álvaro Uribe, al TLC y al neoliberalismo. Condenó la injerencia de organismos internacionales en asuntos internos de la nación y a los oligarcas les llamaba “pelucones”.

Correa realizó una inversión histórica en salud y educación, se sacó de encima la deuda externa ilegítima y utilizó las reservas para invertir en el país y no como antes, cuando el Banco Central las depositaba en el Primer Mundo para financiar el desarrollo de las grandes potencias en lugar de hacerlo en la propia región.

Impulsó la creación de un banco regional de desarrollo, un fondo común de reservas y una divisa electrónica común. Las ideas de Rafael coincidieron plenamente con las de Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI, por lo que el ALBA sustituyó al ALCA. Correa negó la renovación del permiso a una base militar en Ecuador, provocando la ira en la Casa Blanca.

Cuando llegó a presidente, todos se preguntaban si terminaría su mandato; pues bien, fue reelecto dos veces y gobernó por diez años, cuatro meses y nueve días, desde el 15 de enero de 2007 hasta el 24 de mayo de 2017. Desde la traición de Lenín Moreno, reside en Bélgica como asilado político.

Evo conoce la miseria. La ha sufrido en carne propia desde niño. Aún recuerda a su madre llorando todo aquel día de 1980, cuando el fenómeno climático El Niño les quitó la cosecha de papas y la mitad de los animales. De nada valieron los rezos. La familia tuvo que emigrar para comenzar de cero en el oriente boliviano.

Evo conoce la injusticia. Como líder de la Federación del Trópico, terminó en la cárcel por defender a los campesinos, mientras muchos de sus compañeros eran ejecutados por el régimen. En 1989 Evo Morales estaba rindiendo homenaje a quienes cayeron acribillados por el Ejército, cuando los gorilas oficialistas de Umopar se lo llevaron a la fuerza.

La Umopar es la Unidad Móvil de Policía Rural, fuerza creada y financiada por Washington. Golpearon a Evo hasta que dejó de moverse y, creyéndolo muerto, lo tiraron en un monte de Villa Tunari. Sus compañeros lo hallaron, lo salvaron y fue presidente desde 2006 hasta 2019.

Evo redujo su salario 57% y nacionalizó los latifundios y los recursos hidrocarburíferos. Hasta ese momento, las multinacionales tributaban 18% de su producción. Evo revirtió los porcentajes; el 82% quedó para el Estado y el resto para las empresas asociadas.

Entregó títulos de propiedad a campesinos pobres, con la idea de que la tierra fuese para el que la trabajara. El 10 de agosto de 2008, fue sometido a un referendo revocatorio. El aymara fue ratificado con 67% de los votos. En 2010 fue anulado un intento de magnicidio. En 2019 fue derrocado y debió exiliarse; pero el MAS retomó el poder con Luis Arce y Evo pudo regresar.

Desde el 1° de enero de 2003 hasta el 31 de diciembre de 2010, un sindicalista, obrero metalúrgico y de origen humilde, fue presidente de Brasil. El fundador del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Da Silva, venía de ser el organizador de una extensa huelga contra la dictadura militar.

En nueve años transformó a Brasil social y económicamente, triplicando su PIB per cápita y sacando de la pobreza a 30 millones de personas. Cuando abandonó la presidencia, tenía una popularidad de 80% en su país, a la vez que le aplaudían hombres y mujeres en varios puntos del planeta.

En 2017, el juez Sérgio Moro lo condenó a nueve años y medio de prisión, en el marco del escándalo de Petrobras. Lula estuvo 580 días encarcelado e impedido de presentarse a las elecciones de 2018, lo que permitió el triunfo de Jair Bolsonaro, quien premió a Moro nombrándolo ministro.

En 2020, la Justicia declaró inocente a Lula da Silva y señaló que las acusaciones en su contra eran absurdas. Actualmente, se investiga a Moro por colusión con el equipo de fiscales y Lula es el favorito para ganar las próximas elecciones. Moro trabaja ahora para una empresa estadounidense. ¿Un premio por su trabajo sucio?

José Mujica nació en 1935, en Paso de la Arena, en Montevideo. Su padre era un pequeño estanciero que quebró cuando él tenía seis años. De los 13 a los 17 años fue ciclista. En 1964 se integró al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros para enfrentar a una dictadura disfrazada de democracia. Con la Policía tras sus pasos, debió pasar a la clandestinidad.

En los enfrentamientos contra las fuerzas represivas recibió seis balazos, fue apresado cuatro veces y, aunque se fugó en dos ocasiones, pasó 15 años preso. Fue uno de los dirigentes que la dictadura blanquicolorada militar tomó como rehenes. Si los tupamaros resurgían, ellos serían ejecutados.

En 1985 fue liberado, renunció a las armas y adoptó la palabra, y con ella ganó todas las batallas. Fue diputado, senador y ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca del presidente frenteamplista Tabaré Vázquez. En 2009, Mujica derrotó en elecciones presidenciales al derechista Luis Alberto Lacalle.

Más que político, el Pepe es un filósofo admirado y querido por personas de todo el planeta. Como presidente mantuvo un estilo de vida austero, rechazando muchos privilegios a los que tenía derecho y donando su sueldo. Lleva consigo toda la sabiduría que dan las canas y las cicatrices. Predica el amor y la tolerancia y ya no es de Uruguay. Le pertenece al mundo.

Hugo Chávez Frías fue uno de esos hombres que nacen cada 500 años. Nacido en La Sabaneta, estado de Barinas, hijo de maestros de escuela, estudió la carrera militar y en 1992 lideró un alzamiento contra el presidente Carlos Andrés Pérez. Fracasado el intento, asumió toda la responsabilidad y fue enviado a prisión.

Fue liberado en 1994 y fundó el Movimiento Quinta República, abandonando las armas y adoptando, como hiciera Mujica, la palabra, y con ella fue invencible. Ganó las elecciones de 1998 y fue reelegido en 2000. En 2006 volvió a ganar con 60% de los votos, triunfando también en 2012. Solo el cáncer pudo detenerlo, allá, por 2013.

Millones de venezolanos salieron de la miseria y lograron acceso a la universidad y a la salud. Nunca nadie había hecho tanto por los humildes. Por eso, cuando en 2002 fue derrocado, más de 6 millones de hombres y mujeres bajaron del Cerro Ávila para liberarlo.

Venezuela sigue sufriendo la agresión imperial; pero sigue en pie, con su comandante en el corazón. Esa es la razón por la que el imperio no logra doblegarla.

Temas

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO