Blinken denunció que en Xinjiang varios grupos étnicos minoritarios son víctimas de genocidio y crímenes contra la humanidad, agregando que el gobierno chino puso condiciones, restricciones y manipulaciones a la visita de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
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La respuesta no se hizo esperar. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian, fue el encargado de poner las cosas en su lugar, bajando al imperio del estrado y colocándolo en el banquillo de los acusados. Durante una conferencia de prensa realizada el 30 de mayo, Lijian calificó a Estados Unidos como "el mayor destructor del orden internacional" y "la mayor fuente de caos en la paz y estabilidad internacionales y no está capacitado para hablar de normas en absoluto".
Sobre la acusación de Blinken de que China está llevando a cabo un genocidio, Lijian respondió: "El discurso de Blinken sobre la política de China está lleno de mentiras e invierte el blanco y el negro, y la base de su ataque a China es precisamente lo que hace hoy EEUU. Ellos son los mejores situados para llevar el sombrero de plantear el desafío más serio y a largo plazo al orden internacional".
Zhao Lijian resaltó que la Casa Blanca difunde información falsa, exagera la llamada amenaza china e interviene en los asuntos internos; no respeta el orden internacional basado en la Carta de la ONU y el derecho internacional. “EEUU se disfraza de árbitro de las normas internacionales, utilizando la llamada antorcha de las normas para iluminar a los demás, ignorando su propia oscuridad", añadió.
Para fundamentar sus palabras, Lijián citó un informe de una de las universidades más prestigiosas del mundo, la Universidad de Brown, de Rhode Island, el cual señala que solo desde 2001, las guerras y operaciones militares llevadas a cabo por EEUU en nombre de la presunta lucha contra grupos subversivos se han cobrado más de 800.000 vidas y han creado más de 20 millones de refugiados solo en Afganistán, Irak, Siria y otros países víctimas.
Lijián agregó que Washington siempre ha mantenido las normas internacionales subordinadas a sus propios intereses, a su hegemonía y a los intereses de los países que le sirven. También puntualizó que Washington es el "maestro de la diplomacia coercitiva" y "ha colocado el derecho interno por encima del derecho y las normas internacionales, imponiendo sanciones unilaterales ilegales y jurisdicción de largo alcance de forma indiscriminada".
“Fue la Casa Blanca la que insistió en la visita de Bachelet a China, y fueron ellos los que pusieron varias condiciones para la visita de Bachelet a China. “Ahora es Washington el que ataca y desacredita la visita de Bachelet". “A Washington no le importa en absoluto la situación de los derechos humanos, solo quiere usar los derechos humanos como un pretexto para calumniar, reprimir y contener a China".
¿Qué hay de cierto en las acusaciones de ambas partes y cuál de las dos potencias representa un peligro para la paz mundial? La respuesta está en hechos históricos que no admiten doble lectura; pero el formidable aparato propagandístico del imperio ha logrado imponer una versión hollywoodense que no resiste el menor análisis.
Desde el nacimiento del país del norte, en 1776, esta nación ha pasado el 95% de su existencia implicado en guerras por todo el planeta. Efectivamente, es muy difícil hallar, entre sus 246 años de vida, algún año en que no estuviera involucrado de manera directa o indirecta en alguna guerra.
La primera década del siglo XX fue marcada por la aprobación, en 1901, de la enmienda Platt, por la cual este país se reservó el derecho de intervenir en Cuba cada vez que lo estimara conveniente. A eso sumó múltiples intervenciones e invasiones: Panamá, en 1903, Marruecos y la península de Corea, en 1904, el control de las aduanas dominicanas y su participación en el conflicto de Nicaragua y Honduras, en 1907, y su apoyo a los golpistas de Nicaragua en 1908.
En 1911 dio su apoyo a los golpistas de Honduras y al año siguiente invadió Nicaragua. En 1915 ocupó Haití y en 1916 República Dominicana. En 1918 se involucró en la guerra civil de Rusia, en el mismo año que sus marines ocupaban la provincia Chiriquí, en Panamá. En 1924 invadió Honduras y en 1925 ocupó la ciudad de Panamá. Entre 1950 y 1953 participó en la Guerra de Corea. Entre 1953 y 1975 se metió en la Guerra Civil laosiana. En 1954 y luego en 1958 se trenzó contra China por el Estrecho de Taiwán.
¿Y cómo olvidar el infame bombardeo contra la población civil de Hiroshima y Nagasaki? Japón ya estaba a punto de rendirse y la conclusión de la Segunda Guerra Mundial era inminente. Dicho bombardeo se hizo solo para demostrar el poderío letal de la potencia del norte, un poder que fue hecho trizas entre 1955 y 1975 con la Guerra de Vietnam, la que le costó al imperio casi 60.000 bajas.
En 1954, por medio de la CIA, fue derrocado Jacobo Árbenz, en Guatemala. En 1961, Washington pretendió invadir Cuba con mercenarios; pero fracasaron en las costas de playa Girón. Tras 65 horas de combate, las fuerzas invasoras preparadas, financiadas y armadas por Estados Unidos, tuvieron más de un centenar de bajas y 1.200 mercenarios fueron capturados.
Entre 1965 y 1983 luchó contra la insurgencia comunista en Tailandia. En 1966 los boinas verdes llegaron a Guatemala para luchar contra la contrainsurgencia. En 1973 apoyó el derrocamiento de Salvador Allende en Chile y los golpes en Uruguay (1973) y Argentina (1976). En 1980 militares estadounidenses intervinieron en el desierto de Tabas, en Irak. Al año siguiente promovieron a la contra nicaragüense para derrocar al gobierno sandinista. En 1986, Ronald Reagan ordenó un bombardeo aéreo contra Libia. En 1988 la Armada estadounidense derribó un Airbus A300 con 290 civiles a bordo que sobrevolaba el golfo Pérsico.
En 1989 invadió Panamá para arrestar a su exsocio, el presidente Manuel Noriega. La invasión dejó un saldo de más de 3.000 civiles ejecutados e innumerables personas torturadas por los invasores. En 1991 atacó a Irak durante la Guerra del Golfo Pérsico. En 1998 atacó a Sudán. En 1999 y liderando a la OTAN, atacó a Yugoslavia. En 2001 invadió a Afganistán, en 2003 a Irak, en 2011 a Libia.
Estados Unidos es la nación que tiene más bases militares en otros países y es la que robó a México la mitad de su territorio en 1848.
En 2011 intervino en el conflicto interno en Siria. En 2019 y luego de varios intentos por quitar la vida a Hugo Chávez primero y a Nicolás Maduro después, por medio de sus mercenarios de Colombia, Washington pretendió imponer al golpista Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Actualmente mantiene un bloqueo tan cruel como inútil contra ese país y Cuba.
Al desclasificarse la información reservada del Departamento de Estado, el imperio reconoció decenas de intentos de magnicidio contra el expresidente cubano Fidel Castro. Por otra parte, ha creado numerosos grupos terroristas para combatir a sus enemigos, siendo el caso más notorio el del movimiento talibán.
En Afganistán, la Casa Blanca apoyó a los fundamentalistas islámicos, conocidos como muyahidines, que luchaban contra el gobierno de Babrak Karmal, sostenido por Rusia. Los muyahidines fueron llamados “combatientes de la libertad” en EEUU, mientras que Sylvester Stallone se encargó de glorificarlos en Hollywood por medio de Rambo III. Muchos de los líderes armados por Washington fundaron luego el movimiento talibán.
El profesor Michel Chossudovsky, economista canadiense y director del Centro de Investigación sobre la Globalización, ha dicho que “Washington ha apoyado a Al Qaeda y a sus organizaciones afiliadas durante casi medio siglo, desde el apogeo de la guerra afgano-soviética. La CIA creó campos de entrenamiento para al-Qaeda en Pakistán. Desde 1982 hasta 1992, unos 35.000 yihadistas procedentes de 43 países islámicos fueron reclutados por la CIA para luchar en la yihad afgana contra la Unión Soviética.Osama bin Laden, fundador de Al Qaeda y el hombre más odiado por Washington, fue reclutado por la CIA en 1979 al comienzo de la guerra yihadista de Afganistán contra la Unión Soviética. Bin Laden tenía 22 años y fue entrenado por la CIA. Al Qaeda estuvo detrás de los ataques del 11 de setiembre. De hecho, el ataque de 2001 dio la justificación para atacar a Afganistán, bajo el argumento de que era un estado patrocinador de los actos terroristas de Al Qaeda.
El Estado Islámico o ISIS era originalmente una entidad afiliada a Al-Qaeda, creada por la inteligencia de Washington con el apoyo del MI6 británico, el Mossad israelí, los servicios de Inteligencia de Pakistán y la Presidencia General de Inteligencia de Arabia Saudita.
Y podríamos seguir; pero de ninguna manera pretendemos mostrar el prontuario completo del imperio. Esto ha sido apenas una pincelada.
Hoy por hoy, la Casa Blanca está detrás de la guerra de Ucrania, detrás de la renovación de tensiones entre China y Taiwán y detrás de cada conflicto en cualquier parte del mundo. Los latinoamericanos tendrían que preguntarse: ¿cuál de nuestros países ha sido invadido por China? ¿En qué elección o golpe de Estado ha intervenido? ¿Quién es el verdadero peligro para la paz mundial?