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Editorial

Las confesiones de san Ignacio de Posadas

Cómo será el ajuste fiscal si gana Lacalle Pou

Por Alberto Grille.

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Pero no se dan de cuenta,

que es corazón amarrao

Cuando le sueltan la rienda,

es caballo desbocao

 

Todos sabemos que en la actividad política, algunos discursos de la derecha reciben maquillajes que distorsionan y ocultan sus verdaderos objetivos para hacerlos potables incluso a los sectores a los que perjudican.

Para eso están los Durán Barba y se han inventado conceptos tramposos  como la llamada “posverdad” o las  anglosajonas fake news, que son como hacerle gambetas a la verdad, pero en inglés.

Es el tiempo de la falsedad en muchos discursos políticos que ocultan las verdaderas intenciones, haciéndoles reverencias a los saberes de las encuestas y a su majestad, la mediocridad del  “sentido común”.

Así, triunfó Donald Trump hablando de defender los intereses de los más pobres, para luego intentar quitarles su cobertura sanitaria y practicar el ajuste fiscal más salvaje de Estados Unidos en beneficio del 1% más rico de la población.

Más cerca de nosotros, Mauricio Macri, ha utilizado toda suerte de engaños para ganar las elecciones y después instrumentar un ajuste fiscal implacable que ha empobrecido a un tercio de la población de Argentina y que se va llevando puestas la ley, la justicia y las instituciones para imponer un plan redistributivo de signo negativo impulsado por el Fondo Monetario Internacional.

En nuestro país, el principal candidato desafiante, Luis Lacalle Pou (hombre que estudió en British Schools, se graduó en una universidad privada, vivió siempre en Carrasco y hoy en el exclusivo barrio privado de La Tahona, pertenece a la oligarquía agropecuaria y declarado representante de la misma), ha propuesto un vago programa que habla de “un gobierno para evolucionar” y dice que no practicará recortes en las conquistas sociales obtenidas en estos últimos 15 años. También ha declarado que no realizará un ajuste fiscal, sino “modificaciones”.

Es más, se cambió el nombre, y para que no le digan Pompita, se llama Luis a secas.

 

Espejito, espejito, dime que soy el más bonito

Como si fuera un espejo negro que dice la verdad, el exministro de Economía de su papá, el doctor Ignacio de Posadas, reconocido hombre fuerte del pensamiento económico del Partido Nacional, se encarga de expresar semanalmente sus ideas en artículos que publica el diario El País.

El publicado el sábado 8 de diciembre no tiene desperdicio y nos brinda una clase magistral sobre cómo ve el “ajuste fiscal” que se debe practicar, y que sin duda el Partido Nacional, en su totalidad, practicará si gana las elecciones de noviembre de 2019.

Hay que agradecer esos artículos de Ignacio de Posadas. Con ellos, la verdad resplandece.

 

El ajuste que hará el Partido Nacional

Antes de entrar en el “el programa De Posadas para el gobierno de Luis”, recordemos que Caras y Caretas ha dedicado dos extensos artículos al “ajuste fiscal” que reclamaban los medios de difusión de la derecha como Búsqueda, El Observador y El País, por boca de analistas económicos de orientación neoliberal. Insistimos dos veces en que no hay necesidad de practicar un ajuste fiscal (medida que provoca contracción y miseria) en nuestro país, donde hoy el déficit fiscal se sitúa en 2,9% del Producto Interno Bruto según los manuales de uso internacional, y no hubo una sola voz, una sola línea, que contestara los postulados y las cifras que dimos, congruentes con lo expresado por Danilo Astori y por el expresidente del Banco Central Mario Bergara.

Cabría hacer un sólo agregado: un ajuste fiscal siempre implica una transferencia de ingresos entre clases o sectores económicos y, como regla general, ha perjudicado a los más débiles, a los trabajadores y a los jubilados.

 

Ortiba: dícese del que delata las intenciones ocultas del otro

Dicho esto, entremos en el análisis del artículo ‘Le etsuja’ (que, como notará el lector, refiere a la expresión ‘el ajuste’, puesto al revés), en que revela sus planes el doctor Ignacio de Posadas.

Comienza con una de esas chirigotas (sandeces) pitucas que los pitucos como él confunden con humor, diciendo que “los periodistas encontraron un filón con esto del ajuste. En una campaña que por ahora pinta medio chauchona, lo único que tienen para entretenerse y apretar un poco a los precandidatos es preguntarles si habrá ajuste”.

De Posadas tiene la gracia de hacerse el ingenioso, pero sabe muy bien la verdad. La verdad verdadera es que los medios que su clase domina han colocado el tema del ajuste para asustar a la población y crear el clima de pánico que necesita la derecha para imponerse.

Pero como con su gracia no alcanza y como alguien le soplo al oído que gracias, verdaderamente graciosas, sólo las hacen los monos, De Posadas nos suelta una mentirita maledicente diciendo: “Todos los economistas (y también quienes pueblan el Cuesta Duarte) saben que por el camino en que vamos no nos salvamos de un robusto ajuste fiscal (impuestos incluidos)”.

No es verdad, sólo unos pocos economistas (los mismos de siempre, Caumont, De Haedo y algún otro) hablan de ajuste; los demás no se animan y tanto los economistas del instituto Cuesta Duarte como los del gobierno, empezando por Astori y Bergara, han dicho claramente que no es necesario. Hasta la señora Arbeleche y el profesor Da Silveira (no el Toto) se juegan por la evolución (faltaba más).

Enseguida Posadas hace uno de sus malabares: dice que “si bien no todo ajuste fiscal es el fin del mundo, mejor evitarlo, si es posible” y enumera las condiciones que tiene que haber para evitarlo, que son dos.

“¿Es posible (evitarlo)? Creo que sí. Con dos condiciones: 1) Que el gobierno se concentre en no agravar más las cosas y no se limite a la política de correr la arruga de la alfombra para que la cosa le reviente en la cara al próximo (aunque sea pelado); 2) que todos los políticos acepten arriesgar un poco de popularidad y pensando en su lugar acerca del bienestar de la gente, se avengan a algunas medidas de realismo y sinceramiento fiscal”.

Se pregunta y se contesta: “¿Dolerán? Pues, algunas un poco. Pero ni cerca de lo que dolería aquello que te dije”.

Y entonces, por fin, enumera las medidas a tomar y se pone serio como corresponde a un futuro ministro que nos prepara para el día de duelo.

Veamos.

1.“Aprobar por ley una regla fiscal estricta, (hay modelos y proyectos)”.

Esto de “regla fiscal” es una caja negra que usan los economistas para ocultar lo que piensan o lo que no saben. En este caso es simplemente fijar un límite al crecimiento de la masa monetaria (como hizo la Argentina de Macri) o, lo que es lo mismo, a los rubros presupuestales.

Es decir, amputarse las posibilidades de utilizar una política monetaria y presupuestal expansiva como siempre pretenden los economistas neoliberales de los cuales, en nuestro país, Ramón Díaz era pope, quien, para ser sincero, pidió durante su vida que elimináramos el peso, sustituyéndolo por el dólar.

No, no queremos una regla fiscal. Cada elección, como es usual en la repúblicas, el soberano elige un gobierno y ese gobierno es soberano. Olvida De Posadas que su recontrabisabuelo tuvo que entregarle la espada a Artigas en la Batalla de Las Piedras, poniendo punto final a la monarquía.

La segunda medida es: “2. Compromiso formal y escrito de todos los partidos de que el próximo presupuesto quinquenal será inferior en egresos que el actual, medidos ambos como porcentajes del PIB. Por ejemplo, en 10%”. ¿Cómo se entiende esto? ¿Bajar la masa salarial del Estado, bajar los funcionarios públicos, disminuir los maestros, los policías, las enfermeras, los médicos, los profesores? ¿Qué se propone san Ignacio? ¿Disminuir las transferencias a los organismos de previsión social, bajar las jubilaciones o las prestaciones de la seguridad social? ¿Suprimir el Fonasa, el Ministerio de Desarrollo Social, el de Trabajo o el de Salud Pública como hicieron  Macri, Temer o Bolsonaro?

Yo pregunto: ¿por qué negarle recursos al presupuesto cuando la economía viene creciendo ininterrumpidamente desde hace 15 años a un promedio de 4,5% anual?

Y me respondo: porque Ignacio de Posadas sólo tiene el libreto del ajuste fiscal y del Fondo Monetario Internacional y porque ya en el gobierno de Lacalle lo ha hecho y sabe cómo hacerlo.

“3. Votar una ley que: a) impida al Legislativo aumentar el gasto total propuesto por el Ejecutivo en presupuesto y rendiciones, pudiendo sólo redistribuirlo entre rubros y, b) sólo permita al Ejecutivo pedir aumento de gastos en la primera rendición. Las otras, gasto cero”.

Y ya que estamos tratando de evitar un ajuste fiscal, ¿porqué no planteamos que todas las ganancias que reciba el sector agropecuario en su 1% más rico, representado en la Asociación Rural del Uruguay, pasen a tributar al 100% por encima de determinado margen de ganancias?

¿Cuándo vamos a hacer un ajuste en los cuantiosos ingresos de los ricos?

¿Cuándo van a pagar más los que tienen más?

¿Qué te parece esta “regla fiscal”, Ignacio?

Vamos a pasársela al Pit-Cnt para que la incluya en su plataforma.

“5. Compromiso formal de todos los partidos de no aumentar el endeudamiento público bruto, medido en términos del PIB”.

Los gobiernos son soberanos y se endeudan, como se endeudan los muy ricos con el Banco de la República, para financiar proyectos que no siempre tienen éxito. Está bien que los gobiernos no aumenten su endeudamiento bruto. No obstante, ya hay mecanismos constitucionales que restringen la capacidad del gobierno de endeudarse sin acuerdo parlamentario, y como en el próximo Parlamento no habrá mayoría del Frente Amplio, según las principales encuestadoras, el problema va a ser al vesre: para endeudarse tendrán que ponerse de acuerdo los partidos políticos. Por lo tanto, me temo que este quinto punto de san Ignacio es puro macaneo de De Posadas para llegar a 12 puntos y demostrar que las sabe todas.

“6. Ley prohibiendo el llenado de vacantes en el Ejecutivo, Legislativo e intendencias por cinco años, con la única excepción de cargos que requieran título habilitante y, en tales casos, con dictamen favorable del Tribunal de Cuentas”.

Esto hizo Sanguinetti en 1985 y lo siguieron practicando los siguientes gobiernos, hasta que llegó el Frente Amplio en 2005 y empezó a llenar las vacantes por concursos que nadie ha impugnado.

El Frente Amplio no hizo como los blancos y colorados que paralizaron la evolución del Estado, envejeciéndolo (lo que querían era volverlo impotente para dominarlo mejor con sus grupos de interés), mientras sus hijos, amigos, entenados y amantes entraban por la ventana, con título habilitante de hijo, nuera, yerno, o incluso wife. Así entraron gente como Javier de Haedo, Gustavo Licandro y Ernesto Talvi, entre otros, al Banco Central. Entraron por la ventana, y era el gobierno de Luis Alberto Lacalle, en el que Ignacio era el ministro.

“7. Ley encomendando a los anteriores a reducir anualmente y por 5 años un 5% de su plantilla, medido como porcentaje del rubro cero”.

Rigen las mismas consideraciones que para el punto anterior, con una salvedad: acá lo que se quiere es directamente reducir el Estado casi 30% (porque los 5% son acumulativos), para debilitarlo bien, y dejarlo en condiciones de caer totalmente bajo el dominio privado, que los amigos de Ignacio lideran sin limitaciones.

Por dónde se empieza el recorte: por el Ejército, la Policía, los guardacárceles, las enfermeras, los cirujanos, los médicos, los trabajadores de la refinería de La Teja, los ingenieros de vialidad, el personal de servicio, los que limpian en las oficinas públicas. O empezamos por las intendencias blancas que tienen el récord de ingresos sin concursos en los últimos cinco años.

“8. Leyes pasando los entes autónomos comerciales e industriales al derecho privado, con auditorías privadas y públicas (hay proyectos)”.

Acá está la madre del borrego: pasar Ancap, Antel, UTE, OSE y el BROU al derecho privado y hacer que sus acciones coticen en las bolsas para entrar en las empresas, los bancos y la educación públicos con robustos caballos de Troya y conseguir por este medio lo que el pueblo uruguayo les negó por 73% a 27% en el plebiscito por las empresas públicas de 1992.

Este es el verdadero plan que se oculta detrás de la llamada “Evolución” y de la marca Luis. Privatizar el dominio comercial e industrial del Estado, el dominio bancario y la educación pública, que es el mejor instrumento de democracia y equidad, y que es “acaso el único lugar en el cual los hombres y las mujeres se sienten y son realmente iguales”, como decía Wilson Ferreira.

Acá está el programa que proponen  los “blancos baratos” de Luis, dominados por los Ignacios de Posadas.

No se equivoque el lector. Es Ignacio de Posadas quien escribió esto.

“9. Congelamiento por dos años de los salarios públicos de todas las dependencias del Estado que superen, por ejemplo, los cuatro salarios mínimos”.

No creo necesario comentar este punto. Es muy claro: hacer que la inflación se “coma” los salarios públicos para que se vayan los mejores y más jóvenes y el Estado quede debilitado y vaciado.

“10. Ajustar las tasas de reemplazo de las jubilaciones descontando regresivamente los retiros entre 60 y 70 años, poniendo los 70 como base 100 y premiando progresivamente los retiros posteriores a esa edad”.

Ahora le tocó el turno de reducir las retribuciones de los que trabajaron y aportaron su vida para tener una vejez digna. No quiere funcionarios en el Estado, quiere bajar la plantilla, quiere bajarles los sueldos a los funcionarios públicos; quiere licuar las jubilaciones, aumentar la edad de los retiros hasta los 70 años y bajarles las prestaciones en salud.

Estas dos cláusulas, la 9 y la 10, hablan de la calidad moral de este proyecto que aunque parezca mentira es el que están haciendo nuestros vecinos de Argentina y Brasil. De Posadas no es un genio que las sabe todas, no inventó nada, solamente recita los mandatos del Fondo Monetario Internacional.

Podríamos considerarla, para que nadie diga que no analizamos la propuesta.

“12. Volver a la norma adoptada, por la cual los juicios que pierde el Estado no los paga Rentas Generales, sino la dependencia perdidosa. Van a ver cómo se cuidan más”. La verdad que me gusta.

Estoy viendo una cantidad de juicios que me revuelven la sangre porque entre los abogados que reciben cifras cuantiosas por  actuar en los mismos, hay blancos muy famosos que no quiero nombrar, pero todos conocemos.

Lo que el lector ha leído, aunque le cueste creerlo, puede leerlo en internet.

Fue publicado y firmado por el Dr. De Posadas el sábado 8 de diciembre con el título ‘Le etsuja’.

Tómese el lector unos cuantos minutos para asimilar cuánta voracidad, cuánto odio hacia los pobres, cuánta rapacidad hay en esta propuesta de gobierno formulada por un hombre que hace poco recibió una exoneración multimillonaria del Estado para construir su estudio jurídico con 2.000 metros cuadrados de parque en la calle Mones Roses, en lo mejor del barrio de Carrasco.

Contrariamente a lo que se dice, lo esencial está muchas veces claramente expuesto a la vista de todo el mundo.

Por eso, una vez más alertamos a la población.

Esto es lo que quiere la coalición de partidos y medios partidos que apoya una futura presidencia de Luis Alberto Pompita Lacalle Pou.

Del otro lado, con sus defectos y virtudes, está solamente el Frente Amplio.

Que después nadie venga a arrepentirse o decir que no sabía.

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