Condenaron este jueves en Argentina a un empresario de la localidad bonaerense de Morón, a 50 años de cárcel, pena máxima establecida en el Código Penal de ese país, por violar a sus cuatro hijos desde que iban al jardín de infantes.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
El condenado es Alejandro Rosario Manuel Leguizamón, propietario de una fábrica de membranas, quien también fue denunciado por ejercer violencia física y psicológica contra sus hijas y su esposa. En cuanto a estas denuncias, el hombre dijo en su defensa que a veces “se le iba la mano”.
La sentencia fue dictada de manera unánime por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 de Morón. El acusado no acudió a la audiencia.
Las cuatro hermanas, víctimas del abuso, ahora tienen 27, 29, 30 y 32 años. Al dictarse la sentencia se abrazaron notoriamente emocionadas por el fallo y permanecieron sollozando en silencio por largo rato. Su padre y victimario permanecerá cumpliendo la pena en la Unidad 39 de Ituizangó.
“Esto es empezar a vivir, porque yo no sé lo que es una vida sin violencia. Recién ahora estoy empezando a hacer lo que quiero para mi vida, y es lo que le quiero enseñar a mi hija”, declaró a los medios presentes la mayor de las mujeres.
“Desde que tengo uso de razón fui abusada muchas veces, lo denuncié porque ya era demasiado el acoso. Me costó mucho tiempo tomar esa decisión, pero finalmente lo hice tras hablar con mis hermanas”, agregó.
Narró además que en una ocasión su padre le había escrito una carta en la que le proponía formar una pareja. “Lo mío con vos no es abuso, es incesto. Yo estoy enamorado de vos”, fueron algunas de las palabras que el hombre escribió.
De acuerdo al expediente del caso, las hijas era violadas desde temprana edad, cuando asistían al jardín de infantes, mientras que su madre también era víctima de maltratos y violencia.
La familia además estaba compuesta por tres hijos varones, uno de los cuales también había revelado abusos por parte del padre.
El acusado había negado las denuncias de que era objeto, adjudicándolas a una intención de su familia para quedarse con su fábrica.
Sin embargo, testigos no familiares apoyaron el relato de las hijas. “Una vez me contó que estaba de novio con su hija”, dijo uno de los socios del hombre.
También testificó una empleada de Leguizamón, quien contó que un día una de las hijas rompió en llanto frente a ella y narró con detalles los abusos que sufría.