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Coronavirus | coronavirus |

Un test que no llega a todos

Covid-19: un buen lavado de manos

El 13 de marzo se declaró la emergencia sanitaria. Desde entonces, día tras día, Presidencia de la República brinda una conferencia de prensa con el estado de situación. Los números de tests realizados se mantienen estables, mientras aumentan los casos de pacientes confirmados y fallecidos. Caras y Caretas intentó rastrear la causa.

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Caras y Caretas Diario

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Por Isabel Prieto Fernández

Hacer un racconto de todo lo que ha sucedido desde el 13 de marzo hasta este momento -sea el instante en el que escribo o este, en el que usted está leyendo- carece de sentido. Si hay algo cierto de todo lo que hemos escuchado hasta el hartazgo, es que esto es cambiante y que, por lo tanto, la situación puede variar de un momento a otro. Eso no impide que haya mojones en los cuales detenerse.

Por ejemplo, el informe oficial del 1º de abril indicaba 350 casos confirmados de Covid-19 en 4.108 tests procesados (o sea, un promedio de 228 tests por día). También nos recordaba que dos personas habían fallecido -la primera, el 28 de marzo-, sin embargo, el jueves 2 esa cifra se duplicó, pasando a cuatro el número de víctimas letales.

A esta altura todos sabemos que esta pandemia es mortal y que tanto los adultos mayores como las personas inmunodeprimidas son la población vulnerable, aunque también hay porcentajes menores de gente joven que no logró sobrevivir. En líneas generales, conocemos cómo prevenir su contagio; prima el aislamiento, al que se le une la buena higiene, sobre todo de manos. Pero, a nivel macro, en lo que a políticas de salud respecta, suceden hechos preocupantes y en eso es se va a centrar este artículo.

 

Ese test tan escurridizo

Desde el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, pasando por el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, y otros actores gubernamentales, hemos escuchado que se va a incrementar el número de pruebas. Sin embargo, eso que se ha dicho a nivel público no se ha demostrado en los comunicados del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Con fecha 23 de marzo, la División de Epidemiología del MSP estampaba en una circular que se debía notificar la enfermedad tipo influenza (ETI) de “cualquier persona que haya tenido contacto cercano con un caso confirmado de Covid-19 y/o residencia o viaje a zonas de transmisión en los 14 días previos al inicio de los síntomas”, pero no se le realizaría la prueba, sino que quedaría en cuarentena “con confirmación por nexo epidemiológico únicamente”. En otras palabras: si esa persona tenía o no Covid-19, nunca nos enteraríamos y, por lo tanto, tampoco de sus allegados.

¿A quiénes se les realizan los tests diagnósticos entonces? La circular era clara: a quienes presentaran una infección respiratoria aguda grave (IRAG). Hablando en criollo, a los pacientes graves. Punto.

El 25 de marzo, las direcciones técnicas del Sistema Nacional Integrado de Salud, o sea, todos los prestadores, recibieron una comunicación del MSP en que se les daba nuevas directivas: “El Ministerio de Salud Pública ha resuelto la incorporación del diagnóstico por PCR para confirmación de Covid-19 a las prestaciones obligatorias del PIAS (Programa Integral de Atención a la Salud). Los prestadores integrales públicos y privados del Sistema Nacional Integrado de Salud asumirán la realización de los referidos estudios que sean indicados por médico tratante y autorizados por la Dirección Técnica, en aquellos pacientes con diagnóstico clínico presuntivo fundado de Covid-19. A los efectos de orientar el manejo clínico de los pacientes, se entiende conveniente precisar la definición actual de diagnóstico clínico presuntivo de Covid-19: paciente con fiebre y síntomas respiratorios agudos, sin otra causa evidente que lo justifique, haya tenido o no contacto con caso confirmado de Covid-19, y/o retornado de zona de circulación comunitaria del virus; o paciente con Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG)”.

Volvamos a pasar en limpio: estamos ante el mismo caso que el anterior, con la diferencia de que ahora quien debe autorizar la prueba es la dirección técnica del prestador.

Caras y Caretas tiene el testimonio de médicos que se quejan de que sus solicitudes son desestimadas.

Sin ir más lejos, Gustavo Grecco, presidente del Sindicato Médico del Uruguay, dijo que “no se hacen tests a personas asintomáticas que hayan tenido contacto con infectados o bajo sospecha de estarlo”. Entonces, eso que los científicos llaman “búsqueda activa”, y que tantas maravillas dicen que consigue en países en los que se logra mantener a cierta raya a la pandemia, en Uruguay no se estaría realizando.

 

La voz de la comunidad

Desde el gobierno se informó que el virus que vio la luz en un selecto círculo carrasqueño ya está en la comunidad. De hecho, la persona que falleció el 1º de abril carecía de contacto con un caso confirmado y no había viajado, a pesar de lo cual se le realizó el examen porque fue ingresado con una enfermedad respiratoria grave. De otra forma, jamás hubiésemos sabido que tenía Covid-19.

Esta revista dialogó con Gustavo Musetti, secretario general de la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria, quien comenzó diciendo que “antes se realizaba el test a los pacientes graves y hoy se le realiza a todos los que tienen síntomas o un contacto directo”.

Ante la consulta de si las pruebas no pasaban por la dirección técnica de las instituciones, Musetti fue claro: “Cada institución lo maneja diferente, pero se espera que el criterio a seguir sea el del médico”, agregando que “también se hacen seguimientos telefónicos a quienes tienen factores de riesgo que puedan conllevar complicaciones”.

El problema es que esa información que daba Musetti en la entrevista, poco servía para lo que Caras y Caretas quería averiguar: sin contar con aquellos que pagan para hacerse el test, ¿a quiénes efectivamente -y solo efectivamente- se hacen las pruebas? Como solo se obtenía la respuesta formal, la pregunta debió ser directa: “¿Usted dice que si yo estoy con un estado febril y llamo al doctor, me realiza el hisopado?”. Musetti contestó: “Claro; eso es lo ideal”. Como insistí con los testimonios de colegas de él que aseguran que no sucede así, Musetti también comenzó a dudar de sus palabras: “Bueno, eso es como muchos cuadros de este tipo. O sea, el criterio es el criterio médico. Hoy no hay una definición clara y eso automáticamente significa que se tenga que hacer el test. El MSP ha aumentado los tests [aquí dejo constancia que eso no se manifiesta en los partes diarios que brinda el gobierno], eso no quiere decir que se le haga a la población general”, sostuvo.

Musetti dijo tener entendido que el MSP está utilizando la estrategia de puestos centinela, lo que significa que en algunos lugares en los que hay mayor cantidad de infectados es donde se testea a la gente: “No se están haciendo al barrer, aunque se dice que se van a aumentar”, indicó e inmediatamente agregó que se está planteando un tipo de prueba que mide rápidamente si es positivo o negativo para definir quién se tiene que hacer el aspirado nasofaríngeo, porque no son tests con nivel de certeza amplios, pero sirven para evaluar en población general la presencia o no del virus”.

Con tantas idas y venidas, este medio preguntó directamente: “Como secretario general de la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria, ¿me puede decir si se está haciendo una búsqueda activa entre las personas que han tenido contacto con los confirmados?”. Acá la respuesta: “Creo que eso hoy está supeditado al criterio médico y, fundamentalmente, buscando a los que tienen síntomas. Se trata de que las personas positivas estén en cuarentena”.

Hace unos días, Grecco, el presidente del SMU, me dijo: “Por cada caso positivo confirmado por laboratorio, hay entre cinco y diez casos más que, por distintas razones, no están confirmados”.

Por ahora las recomendaciones son quedarse en casa y lavarse bien las manos. Si se mira por la ventana, se dará cuenta de que la primera no es tan fácil de cumplir; la segunda la seguimos a pies juntillas.

 

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