Los adversos resultados de las elecciones Primarias (PASO) trajeron la primera crisis al gobierno de Alberto Fernández. Ante lo que definció como una crisis de representación la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner dio vuelta al tablero político nacional y pidió a sus colaboradores en el gabinete que ofrezcan su renuncia. El primero en empujar la ficha de dominó y ofrecer su renuncia fue el ministro de Interior, Wado de Pedro. Siguieron sus pasos el de Justicia, Martín Soria, el de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, el de Cultura, Tristán Bauer, y el de Ambiente, Juan Cabandié.
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Otros altos cargos en tomar la misma decisión fueron la directora ejecutiva de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Fernanda Raverta y la directora ejecutiva del Programa de Atención Médica Integral del Estado para jubilados y pensionados (PAMI), Luana Volnovich.
Luego lo hicieron el presidente de la empresa estatal Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, y el titular de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), Martín Sabbatella.
Tras conocerse los planteos el presidente se trasladó a la Casa Rosada para reunirse con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y al menos once funcionarios «albertistas» que no presentaron su renuncia, informó Página/ 12.
La crisis política estalló cuando no habían pasado aún 72 horas de las elecciones primarias que constataron un divorcio de la mayoría de la sociedad con el gobierno.
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Según la lectura de la realidad que hace la vicepresidenta hay una crisis de representación.
Las miradas ahora se dirigen al tercer socio de gobierno que selló la coalición gobernante: el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien ya comenzó por reunirse con los funcionarios que le responden, en la sede del partido que lidera, el Frente Renovador.
Alternativas
Alberto Fernández podría aceptar la renuncia de los ministros y tratar de continuar con su gestión, solo y debilitado, y siempre que Massa no lo traicione.
Otra posibilidad es que rechace la dimisión de sus funcionarios y apueste por encontrar un nuevo equilibrio que contente a la vicepresidenta.
El Movimiento Evita, una de las agrupaciones sociales con más fuerza del país, marchará en las próximas horas en apoyo a Alberto Fernández.
La Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central obrera del país, también ha manifestado su respaldo al Ejecutivo.
(En base a Sputnik, Telam, Página/ 12 y Redacción)