Por Meri Parrado
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A los cinco años decidió que sería pediatra y a los ocho debió exiliarse junto a su familia en Cuba, donde vivió hasta los 20 años. En 1995 se recibió de médica y en 2001, de pediatra. En sus primeros años de profesión trabajó en Salud Pública en barrios como La Paloma en el Cerro y Jardines del Hipódromo, hasta que pasó a ser referente de pediatría en el Ministerio de Salud Pública en el año 2005. Fue coordinadora del programa “Uruguay Crece Contigo” y en 2017 fue designada por Tabaré Vázquez como viceministra de Salud. Su vida parlamentaria comenzó en el año 2017 cuando asumió como diputada, pero el interés y preocupación por niñas y niños lo llevó siempre consigo y desde entonces trabaja para que la primera infancia sea una prioridad en Uruguay.
Desde el año pasado, Lustemberg lidera el sector Participar, Articular y Redoblar (PAR), al cual define como un espacio de izquierda, paritario, diverso, antipatriarcal y feminista. En agosto su agrupación conformó una alianza electoral con Álvaro García, director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y líder de Plataforma, conformando una lista única al senado, la 982.
Progresistas
El 22 de agosto la alianza de Lustemberg y García celebraba un nuevo acuerdo electoral que sumaba a Fuerza Renovadora del economista Mario Bergara, la Vertiente Antiguista e Impulso Progresista de Fernando Amado. Esta nueva expresión política se conforma bajo el sublema Progresistas y tiene como objetivo sumar esfuerzos, miradas y experiencia en pos de la renovación del Frente Amplio (FA).
Lustemberg contó que la alianza refleja una visión compartida de sus integrantes que valora los logros de 14 años de gobierno frenteamplista, pero entiende que la fuerza política necesita una renovación. “Entendemos que es muy importante tener equilibrios dentro del FA, como existieron en el origen de nuestra fuerza política, en el año 71. Es muy importante que los votantes tengan muchas opciones electorales dentro de nuestra fuerza política”, comentó.
Según la diputada, la coyuntura política actual de la región, y observar lo que pasa en Brasil, Argentina o Ecuador, nos tiene que interpelar y plantear un desafío electoral en octubre. “En países donde la socialdemocracia podría estar consolidada, han permeado opciones electorales con concepción fascista. Esto nos alerta del cuidado que tenemos que tener en Uruguay de proteger la democracia”. Al hablar de democracia, fue inevitable hacer mención a los desaparecidos en la dictadura cívico militar y el reciente hallazgo de los restos de Eduardo Bleier en el Batallón Nº 13. “La situación de Bleier nos desafía a tener claro lo que significa la opción electoral de Manini Ríos con Cabildo Abierto. Esta propuesta que encabeza el excomandante de las Fuerzas Armadas, con la concepción militar de olvidar lo que pasó en la dictadura, es inviable en un país donde la democracia ha sido un pilar fundamental”, expresó.
Para Lustemberg, este tipo de propuestas son las que desafían a su sector a generar opciones electorales claras y enfocadas en “no volver a vivir en un país sin democracia, en un país de privilegios en que las leyes de mercado condicionen las oportunidades que tenga la gente”.
Otra visión compartida por quienes integran el sublema Progresistas es defender lo hecho en estos 14 años de gobierno del FA y darle difusión en el entendido de que se está transitando una etapa de “desmemoria”. Para Lustemberg, no se puede negar cómo creció Uruguay logrando una mejor distribución de la riqueza, la mejor cobertura social en América Latina, un crecimiento de salarios de 55,5%, jubilaciones que crecieron por encima de la inflación, reducción de los niveles de pobreza de 40% a 8%, inversiones en infraestructura y desarrollo de obras, inversión y descentralización en la educación, el crecimiento histórico de la transferencia del gobierno nacional a gobiernos departamentales, entre otros. “Todos estos logros son muy importantes, más cuando tenemos cerca las decisiones económicas que se han tomado en Argentina, donde siempre pierden la clase trabajadora y los más vulnerables”, valoró.
“Tenemos muchos logros y nos une defender lo hecho más que nunca, pero también tenemos autocrítica y muchos desafíos. Al estar mucho tiempo en el poder, podemos correr el riesgo de tener soberbia y alejarnos de nuestras bases sociales y de las personas que más necesitan. Por eso, cuando le pido el voto a la gente, me comprometo a recorrer el país y escuchar a la gente. Nuestro sector, PAR, se conformó visitando casas de familia y está conformado en 80% por frenteamplistas que no tenían experiencia en militancia”, agregó.
Renovar para transformar
Por otro lado, la diputada explicó que desde Progresistas se comparte un objetivo que plantea la renovación de la fuerza política. “Desde 2005 el FA comenzó a implementar un programa nacional de gobierno que reestructuró la matriz de protección social para quebrar desigualdades económicas y sociales muy duras que veníamos viviendo en Uruguay. Desde ahí no podemos retroceder y dentro de Progresistas entendemos que formamos parte de una renovación que tiene respeto por la historia y por los líderes más importantes, como José Mujica, Tabaré Vázquez y Danilo Astori, así como muchos otros dirigentes que consolidaron al FA, pero estamos convencidos de que debemos entrar en un proceso de renovación y queremos formar parte de ella”, aseguró.
Esa renovación tiene que ver, entre otras cosas, con una participación paritaria y joven. “Tenemos muchas mujeres y jóvenes liderando en nuestra opción electoral y queremos muchas más en el sistema político. Yo con, 53 años, formo parte de ese proceso de renovación, pero me preocupa cada vez más darles voz, voto y participación en la construcción de nuestro sector político a aquellos más jóvenes”, afirmó.
Lustemberg aseguró que lo que más desvela a su sector actualmente es aquello que falta por hacer y que defender lo hecho no implica una postura conformista. “Tenemos muchos desafíos basados en continuar quebrando desigualdades. Debemos orientarnos cada vez más hacia una reforma del Estado que sostenga todos los avances que hemos tenido y crear una nueva agenda de derechos. Tenemos que convencer a los ciudadanos de que el mejor programa para seguir transformando el país, generar empleo y mejores niveles de educación e inserción de Uruguay en el mundo es con el FA”.
“Para nosotros, la agenda de derechos es de vital importancia, y entendemos la ley trans, la ley de salud sexual y reproductiva, la interrupción voluntaria del embarazo y el matrimonio igualitario como derechos y no con la concepción ideológica que tienen los partidos de la oposición, para los cuales se trata de privilegios. Son simplemente derechos”, sentenció.
Desde Progresistas, se plantea un abordaje multidimensional de las políticas sociales en el entendido que no se puede seguir generando políticas sectoriales y fragmentadas. “Para seguir avanzando es necesario hacer transformaciones y abordar un diseño diferente de las políticas sociales. Entrando en un próximo gobierno vamos a hacer cosas mejores y distintas porque el país no es el mismo de 2004, porque no estamos en la misma situación de 2009 y por suerte tenemos mejores indicadores que en 2014. En Uruguay ya no es viable que existan niños por debajo de la línea de pobreza. Si bien se experimentó una reducción de 74% a 17% cuando desagregamos cada indicador, observamos que Uruguay continúa presentando inequidades”.
Lustemberg expresó que cada niño que muere en el país de forma evitable le duele, al igual que cada femicidio. “Considero que se debe fortalecer la Ley de Violencia Basada en Género y las políticas de infancia y adolescencia con políticas de vivienda y equipos de salud mental que fortalezcan a las familias; de lo contrario, no sirve de nada”, reflexionó.
Lograr una gestión pública eficiente es otra de las grandes preocupaciones de Lustemberg y que considera fundamental para que la gente acceda a mejores políticas públicas, mejores servicios de salud, etc. “Y eso no significa que tenga una concepción neoliberal, nada más alejado de eso, pero creo que cuando las leyes se reglamentan y se sostienen, les cambian la vida a la gente y es lo que hace que la utopía se traduzca en algo concreto. Para lograr esa concreción y efectividad, hay que saber gestionar basándose en el modelo ideológico de nuestra fuerza política, que es el de quebrar desigualdades”. Para cerrar esta idea, parafraseó una frase de Raúl Scalabrini Ortiz, que pegó en su escritorio y siempre tiene presente: “Todo lo que no se legisla explícita y taxativamente en favor del más débil queda implícitamente legislado en favor del más fuerte”.
Hacia el cuarto gobierno
Ante un eventual cuarto gobierno, la diputada enfatizó en la idea de transformar el Estado y colocar a las personas mas capacitadas en las áreas cruciales para el desarrollo del país. “Nuestra fuerza política tiene que poner a los mejores ciudadanos liderando procesos y trabajando en esos procesos. Las leyes tienen que existir y además garantizar derechos, un país con mejor convivencia y políticas públicas eficientes para que esos derechos tengan sostenibilidad”.
Al concluir, Lustemberg se mostró positiva con respecto a las elecciones electorales de octubre y alertó sobre el peligro y retroceso que significaría el avance de la derecha. “Hoy más que nunca debemos defender y garantizar un próximo gobierno del FA con autocrítica y compromiso de quienes ocupamos lugares de responsabilidad política. Debemos colocar la transparencia, la ética y la unidad en función de mejorar la vida de la gente y no para que cada uno defienda su chacra”, sostuvo.
Para Lustemberg, un debilitamiento del Estado es peligroso y atenta contra lo que resta por hacer en función de seguir quebrando desigualdades y luchando por los trabajadores y los más vulnerables. “Apostamos a continuar transformando el país y vamos hacia un próximo gobierno en el cual no se nos escape ningún voto. Que el desencanto se transforme en propuestas para seguir transformando y avanzando, siendo conscientes de lo que significaría perder el gobierno y los derechos conquistados”, concluyó.