Madonna regresó a los escenarios tras su reciente internación y le dio inicio desde el 02 Arena de Londres a su postergada gira mundial The Celebration Tour.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
La reina del pop había tenido que suspender el comienzo del tour tras ser hospitalizada de urgencia y en terapia intensiva por una "infección bacteriana grave" que puso en riesgo su vida.
Ya recuperada, comenzó este sábado con la primera escala de una gira que celebra sus 40 años en la música y que en su tramo europeo también pasará por otras ciudades como Barcelona, París y Estocolmo.
Producida por Live Nation, también pasará por Estados Unidos con funciones en Detroit, Chicago, Miami, Los Ángeles y Nueva York, ciudad que inspiró el armado de su escenario, que toma el trazado urbano de Manhattan y las cuatro divisiones de sus barrios y la conjuga con tecnología de avanzada.
El concierto abrió con “Nothing Really Matters”, una canción que no tocaba en vivo desde 1999, que inauguró el primero de los cinco actos en el que estructuró su lista de temas.
Además de cantar algunos de sus clásicos como "Into the groove", "Like a virgin", "Hung up" y "Vogue", Madonna rememoró su paso por Buenos Aires en "Don't Cry for Me Argentina", la canción compuesta por Andrew Lloyd Webber y que ella versionó para la película Evita bajo la dirección de Alan Parker.
La noticia, sin duda, agita las pasiones del mundo de fanáticos, el de los curiosos consumidores de la vidriera pop-famosos-mediáticos, que alimentan sus interacciones en rede sociales y otros foros virtuales con la dieta diaria de espectacularidad que el mundo pop necesita.
Al mismo tiempo, los escuchas que intentan escapar -ejerciendo quizás algo del pensamiento crítico- de esa atmósfera fan quizás también celebren este regreso. Madonna reina en ese mundo no solo con descaro, sino también con eso que los reseñadores de oficio llaman "riesgo estético". Aunque ese concepto no siempre está claro, las distintas fases que son ejemplo de cómo sostener un planteo musical y escénico surtido de buenas ideas, a partir de una inteligente sensibilidad para captar talentos que sumen a la propuesta. "Vogue", la vieja y amada "Vogue", es uno de los casos paradigmáticos. Bailable, seductora, inquietante, la canción reúne lo mejor de la ya veterana creadora e intérprete para lograr una alquimia de sonidos de mucha potencia, de mucho swing, en un esquema formal sencillo pero muy bien resuelto. Las nuevas versiones, como la que se escucha en esta gira The Celebration Tour, dan testimonio, además, de cómo es material puede generar nuevos sentidos y preservar así su vigencia.
El mito y la celebridad siguen ahí. Madonna tiene asegurado su reinado para un buen rato más.