Si ya las últimas dos cumbres resultaron tensas y con recriminaciones cruzadas, el encuentro de presidentes del Mercosur previsto para este viernes no anticipa un clima mejor. Primero, porque las diferencias sobre cuestiones económicas, aunque atenuadas, se mantienen.
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Segundo, la presencia de Luiz Inácio Lula da Silva -el candidato mejor posicionado para las elecciones del año que viene en Brasil- en el reciente acto por el Día de la Democracia en la Plaza de Mayo enojó al presidente Jair Bolsonaro. En cuanto se enteró resolvió que la cumbre fuera virtual, repentinamente cuidadoso por la pandemia. “Nosotros no vamos a levantar olas, es clave que no haya nuevos cortocircuitos entre los presidentes”, adelantaban en Cancillería.
Hubo una cumbre en marzo pasado, en la que el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, utilizó el término “lastre” para definir al bloque, debido a que le impedía a su país cerrar acuerdos de libre comercio que terceros países. “Si somos un lastre, que tomen otro barco”, le respondió Alberto Fernández. En septiembre, el presidente uruguayo anunció sorpresivamente el inicio de conversaciones para firmar un acuerdo TLC con China, lo que en los hechos significaría la ruptura del Mercosur dado que su estatuto prohíbe a uno de sus integrantes tomar una decisión de ese tipo.
Bolsonaro, si bien apoya a Lacalle Pou en su avanzada, en verdad está más interesado en una reducción sustancial del Arancel Externo Común (AEC), un punto clave del Mercosur como unión aduanera. En octubre pasado, el canciller Santiago Cafiero viajó a Itamaraty para encontrarse con su par brasileño Carlos Franca y anunció un acuerdo para reducir en un 10% una gama amplia de productos. El acuerdo debe ser aprobado por el bloque pero surgieron inconvenientes. Paraguay se mostró a favor pero Uruguay dijo que lo respaldaría a cambio de un “waiver”, es decir, un permiso para seguir adelante en sus conversaciones para un TLC con China y otros países.
Lacalle Pou viene utilizando este tema para posicionarse como un referente de la derecha y el libre mercado en la región. “Uruguay es en tanto y cuanto se abra. Y nosotros vamos a abrirnos al mundo. Lo dijimos en campaña y lo estamos haciendo. Ya empezamos con China, pero vendrán otros. Uruguay va a jugar en cancha grande y va a ganar en cancha grande”, dijo días atrás en un encuentro con empresarios españoles.