La mano no viene bien para Peñarol para el partido clásico del próximo domingo cuando visite a Nacional en el Parque Central. Sin embargo el carbonero se aferra a los números su técnico, Leonardo Ramos, para llevarse un triunfo de la casa tricolor.
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Cuando Ramos tiene enfrente a Nacional se transforma y también se agiganta y muestra que confianza le sobra. Pasa de ser un entrenador con casi un 55% de saldo positivo en toda su carrera, que en el medio sufrió un descenso, a ser aquel que calza perfecto en un cuadro grande. Porque, si de enfrentamientos contra Nacional se trata, los números lo avalan de principio a fin.
Ramos, con Peñarol, jugó seis veces contra Nacional: le ganó tres clásicos, empató dos y perdió solo uno, que fue amistoso, por lo que se fue sin perder en el 83,3% de los casos. De estos registros también se desprende que es el mejor de los últimos siete técnicos que pasaron por la institución y dirigieron clásicos.
Su especialidad se extiende también a Danubio, equipo al que dirigió 10 veces frente a los tricolores. En la mayoría de esos cruces (70%) se llevó una victoria mientras que en los tres restantes perdió.
Con Progreso no corrió con la misma suerte y cayó 6-1 tras haber ascendido a la Primera División en 2012. Esa fue la primera vez que visitó el Gran Parque Central al mando de un plantel.
De todas maneras, Peñarol sabe que entre sus filas hay un técnico con recorrido positivo, que tiene la espalda necesaria para ajustar piezas al momento justo y borrar, al término de 90 minutos, varias de las falencias que presenta hoy el equipo, como, por ejemplo, la falta de gol de sus centrodelanteros.
Ramos tendrá, eso sí, una prueba de fuego en el Gran Parque Central el próximo domingo. En caso de perder, Nacional le sacará siete puntos de ventaja en el Clausura y 17 en la Tabla Anual. Pero si gana, las aguas se calman y el aurinegro vuelve a colarse en la pelea.