El Programa de Apoyo a Instituciones Públicas y Privadas (AIPP) se creó en 1974 y, actualmente, es ejecutado por el Instituto Nacional de Alimentación (INDA) que depende del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
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Según información recabada de la página de la cartera, el objetivo de este programa es “contribuir con un apoyo alimentario y brindar asesoramiento técnico en el área nutricional y social a Instituciones públicas y privadas sin fines de lucro que realizan asistencia alimentaria y otras actividades (educativas, sociales y recreativas) a grupos biológica y socialmente vulnerables”.
Este apoyo está orientado a “instituciones con capacidad de organización y gestión que prioricen la atención de niños, adolescentes, embarazadas, hogares estudiantiles, adultos mayores y discapacitados que se encuentren por debajo de la línea de pobreza”.
De acuerdo a los últimos relevamientos publicados, la cantidad de usuarios del programa, entre 2010 y 2018, era de 30.196 en todo el país (9.068 en Montevideo y 21.058 en el interior). El apoyo alimentario se distribuye en los departamentos de Artigas, Canelones, Cerro Largo, Colonia, Durazno, Flores, Florida, Lavalleja, Maldonado, Montevideo, Paysandú, Río Negro, Rivera, Rocha, Salto, San José, Soriano, Tacuarembó, Treinta y Tres.
Mediante este programa, también conocido como “Alimentando Derechos”, el INDA realiza entregas periódicas de alimentos (actualmente cada 3 meses), que las organizaciones se encargan de retirar en los centros de distribución a nivel departamental o en el depósito central de INDA en Montevideo.
Sin stock
Actualmente, numerosas instituciones vienen experimentando atrasos en la distribución de estos alimentos. Caras y Caretas Portal se comunicó con varias organizaciones beneficiarias de este programa para confirmar la situación, para saber cuánto tiempo hace que no reciben el apoyo alimentario y para consultar cómo se las están arreglando para que no falte la comida.
El Hogar Don Bosco, ubicado en La Tablada, fue una de las organizaciones que confirmó que “desde hace meses” no reciben alimentos. Una auxiliar de cocina, explicó que el hogar le brinda las cuatro comidas diarias a 23 personas y que la falta del apoyo de INDA “se está sintiendo”. “La asociación civil se está haciendo cargo. No sé si INAU le está dando algo de dinero o si es mismo de la asociación, pero se está haciendo difícil conseguir las cosas, nos está faltando. A veces tenemos que hacer un pedido al almacén con la plata del hogar”. Este año recibieron los alimentos una sola vez, en enero, y desde entonces siguen esperando. “No han hablado con nosotros, solo nos avisaron que por el momento no íbamos a recibir los alimentos, pero no nos explicaron los motivos”.
En el Hogar San Gabriel, en Cerro Norte, desde abril que no reciben los alimentos del programa. “Nos hemos comunicado con INDA y nos dicen que no hay víveres para nadie”, contaron desde la administración.
La situación se repite en el Hogar Margarita Uriarte de Herrera, ubicado en Colón, donde ratificaron la falta de alimentos. “Estamos llamando todas las semanas, dos veces por semana, y siempre nos dicen lo mismo: que están sin stock de alimentos y que no tienen fecha prevista para dar cumplimiento a la distribución”. “Como tenemos convenio con INAU nos estamos arreglando, pero se nota la falta porque ellos proporcionaban una gran cantidad de alimentos y esa falta está alterando el presupuesto. Acá viven 70 internas y es complicado”. La persona que nos atendió contó que trabaja en el lugar desde hace 20 años y que nunca había vivenciado algo similar. “Es la primera vez que pasa esto, esta situación es de ahora. Es lamentable que dejen a los chiquilines sin los alimentos, es una situación muy triste”.
En el club de niños Las Hormiguitas, Piedras Blancas, también confirmaron que no reciben la entrega de alimentos desde comienzo de año. “Nosotros somos un convenio con INAU que brinda merienda a 70 escolares. INDA nos debería hacer una entrega de alimentos, entre ellos leche en polvo, cada tres meses. Ante la falta de esos alimentos nos abastecemos con la partida que nos brinda INAU. Hemos reclamado, pero nos dicen que nos tenemos que fijar en la página la fecha de entrega de los alimentos y nos fijamos todas las semanas, pero nunca aparece la fecha”.
La organización El Abrojo confirmó que hace cuatro meses no reciben el apoyo alimentario. “Primero empezó a venir con menos frecuencia y luego a no venir”, explicó una de las coordinadoras. “Veníamos recibiendo alimentos cada tres meses para poder brindar alimentación dentro de los proyectos. En los tiempos de cierre de los centros utilizamos esos alimentos para poder hacerle llegar igual a los niños y niñas que los necesitaban, más allá de no podían asistir a las actividades”, detalló la fuente. Aseguró que el año pasado hubo demoras o entregaban en dos veces, pero que desde abril de este año no reciben nada. En el caso de esta organización, nos detallaron que utilizan el apoyo alimentario para abastecer a las personas que asisten a cinco proyectos, 3 en Montevideo (Colón, Paso Molino y uno que trabaja de forma itinerante por diferentes lugares) y dos en Canelones (Paso Carrasco y La Piedras). En total, señalaron, asisten a 350 niños, niñas y adolescentes de forma diaria. “Y además hay personas que no están directamente inscriptas, pero participan de las actividades e igual se les brinda apoyo, así como a sus familias. Si consideramos también ese número son como 1.000 personas”. El apoyo que no están recibiendo del Estado, lo cubren con donaciones, pero estas son variables. “Lo que hemos hecho es, por un lado, campañas de donaciones para la leche en polvo, que es un alimento necesario y de alto costo, y, por otro lado, utilizamos los fondos que recibimos del convenio con INAU. Más allá de los pedidos de INDA siempre se destina un parte importante del fondo a la alimentación porque también lo consideramos un derecho fundamental, pero al reducirse el apoyo se utiliza una parte mayor. Como consecuencia, hay otros gastos que se ven reducidos como materiales, recreación o vestimenta. Nosotros, por suerte, conseguimos donaciones porque El Abrojo tiene muchas redes, pero ahora ya se está terminando la leche en polvo y el otro día estábamos en ese debate: si sacar plata de las actividades que hacemos para comprar leche, ya que eso perjudica, de una u otra forma, a niños, niñas y adolescentes, a quienes se les cancelan otras actividades o vestimenta, que también son necesarios. Genera tristeza y enojo que se limite algo tan básico como la comida”.
En el club “Niños Unidos”, Villa Española, la situación es similar al resto: no reciben alimentos desde abril de este año.
En El Achique, Casavalle, nos contaron que les brindan desayuno y almuerzo a 20 personas, de lunes a viernes, y que no reciben el apoyo de INDA desde el año pasado, a pesar de que “se han hecho todos los trámites correspondientes que han pedido”. “El año pasado no nos mandó víveres, pero vinieron dos partidas de 25.000 pesos, una en agosto y otra en noviembre, para gastar en el mes. Se podían comprar víveres secos, pero no artículos de limpieza. Desde ese momento y hasta la fecha no recibimos más nada”. Consultada sobre cómo se las estaban arreglando para sustituir esa falta de alimentos, la referente respondió: “Nos vamos arreglando porque tenemos una huerta y hacemos las compras nosotros, visitamos diferentes supermercados para buscar precios e intentamos con los compañeros de trabajo economizar en todo lo que se pueda en lo referido a las compras. Y, además, en el centro cocinamos casi todo nosotros y tenemos una donación de bizcochos semanal de Plato Lleno, que frezamos para que los chicos los coman en el desayuno. Leche no tenemos hace mucho tiempo porque INDA no trae, por lo que se está tomando solamente té o café, y últimamente estamos comprando avena, que antes no lo hacíamos, para cambiar un poco la alimentación y sustituir la leche por algo sano”.
Las nubes pasan
El incumplimiento del Estado en el apoyo alimentario a estas organizaciones, lo denunció días atrás en redes sociales el sociólogo y exresponsable de la Dirección de Evaluación y Monitoreo del Mides, Juan Pablo Labat. “Hablando de evitar la obesidad, en línea con la directora de Primaria, el Mides cumplirá un mes de atraso en la entrega de comida a todos estos comedores y merenderos. Ampliaremos”, escribió el exjerarca el día 5 de agosto, junto a un listado con algunas de las organizaciones afectadas. Días después, escribió: “Nuevo cambio de director/a general en Mides. El expediente 56/2020 de la comida de ollas y merenderos no se mueve. Las nubes pasan, la comida y la carrera administrativa no pasan”.
En diálogo con este medio, señaló que la problemática actual se explica porque el INDA no tiene mercadería y realizó una licitación pública (expediente 56/2020) a proveedores de alimentos, pero el trámite se encuentra trancado en el Ministerio de Economía desde enero.
Para conocer el motivo del atraso en la distribución de alimentos, intentamos dialogar con las autoridades del INDA, pero se nos sugirió realizar la consulta en el sector de prensa del Mides. En ese departamento nos respondieron que “desde el Mides se hicieron todos los tramites en tiempo y forma”, que “estaban trabajando para abastecer de otra forma” y que “aspiraban a que la semana que viene se pueda efectivizar”. Nos plantearon que debíamos realizar la consulta directo en el Ministerio de Economía y Finanzas, ya que dependía de la Unidad Centralizada de Adquisiciones. Intentamos solicitar información en las oficinas de esta unidad, pero no logramos que nos atiendan ni vía telefónica ni por correo electrónico.
Fuentes consultadas entendidas en procesos de compras públicas manifestaron preocupación ante la posibilidad de “abastecer de otra forma”. “Al no concretarse la licitación pública, que es un mecanismo competitivo, las ‘otras formas’ podrían ser compras discrecionales, a proveedores elegidos por la cartera, sin adecuados procesos competitivos como exigen las compras de altos montos y a las que se debe recurrir solo por excepciones fundadas, que no es el caso porque hubo tiempo suficiente para resolverlo”.
Mientras se resuelve la licitación, hay personas que no acceden a un vaso de leche, y otras, quienes están al frente de las organizaciones, son las que deben decirles que no hay.
*Decidimos preservar las identidades de las fuentes consultadas en cada organización.