Decenas de agentes de los Mossos d’Esquadra ingresaron la mañana de este martes al rectorado de la Universidad de Lérida, en Cataluña (España), para detener al rapero Pablo Hasel, un día después de que el cantante se encerrara en el lugar con varios manifestantes que querían evitar su arresto. El pasado viernes, Pablo Hasel había anunciado su negativa a entrar voluntariamente en la cárcel.
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La Policía aseguró que el ingreso a las instalaciones y la detención del cantante se produjo sin «incidentes graves» y tampoco se registraron heridos. Las fuerzas de seguridad pudieron abrirse paso entre las barricadas que habían situado los activistas en las entradas del edificio, quienes permanecían atrincherados junto a Hasel.
Cuando los agentes lograron llegar al cantante de rap consiguieron arrestarlo sin que opusiera resistencia.
Los hechos tienen lugar días después de que se haya cumplido el plazo establecido por la Audiencia Nacional para su ingreso voluntario en prisión, por una condena a nueve meses y un día por el contenido de 64 tuits y una canción de su autoría. La pena aumentará hasta los dos años y cuatro meses de prisión si el condenado no abona la multa de 30.000 euros impuesta, que Hasel ya ha afirmado que no piensa pagar.
El rapero tiene abiertos varios procesos judiciales por diferentes delitos, la mayoría de ellos aún sin sentencia firme. Además, sobre él pesa otra condena a dos años de prisión dictada en 2014, también por enaltecimiento del terrorismo por el contenido de otra de sus canciones, que contenía alusiones supuestamente laudatorias a diversas bandas terroristas. Aunque esta condena se encuentra actualmente en suspenso, ahora entra en prisión por tener antecedentes penales, puesto que en España por lo general no se suele ingresar en la cárcel con condenas inferiores a los dos años.
En el dictamen en el que el Alto tribunal confirmó la sentencia, se argumenta que Hasel fue condenado «por incluir en su perfil en redes sociales comentarios en forma de tuits donde se incorporaban videos que incitaban a la violencia», además de otros mensajes que los magistrados han considerado «enaltecedores del terrorismo y vejatorios para la Corona y otras Instituciones del Estado como las Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado».
La acusación por el delito de injurias contra la Corona que le sentó en el banquillo en 2018 también se fundamenta en la letra de una de sus canciones, el rap ‘Juan Carlos el Bobón’, en la que califica al rey emérito español de «capo mafioso» y le acusa de gastarse el dinero público «en juergas y putas».