Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Economía atraso cambiario | desarrollo |

Desarrollo insostenible

El atraso cambiario está siendo un freno al crecimiento

La dimensión del atraso cambiario que tiene el país es de tal magnitud que hasta los sectores más condescendientes con el Gobierno de coalición se han plantado con el tema.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

La Agenda para el Desarrollo requiere de una prioridad en aspectos de coyuntura económica donde el tipo de cambio tiene el primer puesto en el ranking de temas a atender. La dimensión del atraso cambiario que tiene el país es de tal magnitud que hasta los sectores más condescendientes con el Gobierno de coalición se han plantado con el tema.

Existen en el plano económico algunas prioridades en las que hay consenso tanto a nivel político, gremial, sindical como en analistas y referentes. En este aspecto hay una realidad indiscutible que tiene que ver con el crecimiento de la economía y la mejora en el bienestar, a lo que se le suma la sustentabilidad ambiental como dimensión también de relevancia. Uruguay tiene que necesariamente, para mejorar los niveles de desarrollo, pegar un salto en términos de crecimiento generando un escalón a nivel de la producción y la generación de ingresos. Pero la discusión empieza a verse cuando se requiere analizar cómo se mejora ese crecimiento, quiénes lo lideran y luego cómo se distribuye para generar mejores niveles de bienestar. A pesar de esto, hay una problemática que es indiscutible y que va a ser una de las herencias para el próximo periodo de gobierno: el atraso cambiario.

La política económica del Gobierno

En estos cuatro años y algo más de gobierno de coalición con una política económica liderada por el herrerismo, lo que se ha visto es no solo problemas a nivel del crecimiento, sino problemas en aspectos como el plano fiscal y la competitividad que siempre habían estado en los titulares de campaña y que en parte hicieron que se llegara al Gobierno. En los primeros tiempos los sectores directamente golpeados fueron los que, sin ningún compromiso de tipo ideológico o partidario, pusieron sobre la mesa los reclamos mientras que la política económica y el discurso siguió para adelante. Desde la oposición se ha planteado con claridad y argumentos las dificultades y la falta de rumbo. Abunda, a pesar de la campaña y medios que justifican al Gobierno, evidencia en relación a los niveles de pobreza, el aumento de la criminalidad, la mayor desigualdad, las dificultades en el plano de empleo y muchas otras dimensiones de la economía y la sociedad que podríamos seguir describiendo.

Pero en todo esto, una cosa que a todos nos ha llamado la atención es la dificultad que ha tenido la política económica, y por tanto el Gobierno, en atender la agenda agroexportadora, y con esto no solamente sectores claves de la economía nacional sino a la vez de los respaldos en el plano electoral que tiene la coalición, y en especial el herrerismo. Sin la intensidad que caracterizó a los sectores rurales y a sus principales instituciones en los gobiernos progresistas, la realidad del tipo de cambio en primer lugar y aspectos claves que hacen a la relevancia del Estado y las políticas públicas para el agro y el desarrollo de estas actividades como es la inserción internacional, las gremiales rurales y muchos referentes de las mismas han entendido que la campaña electoral es la oportunidad para plantear la necesidad de políticas claras de desarrollo que consideren al agro como “motor de desarrollo” y un modelo económico que contemple la relevancia de la competitividad vía tipo de cambio como parte de los equilibrios macroeconómicos necesarios, así como un rol activo en regulaciones, comercio y generación de políticas que permitan agregar valor a la producción. Esto que se ha manifestado en forma más o menos contundente en discursos con oportunidad de los eventos agropecuarios tradicionales se hizo evidente, como podía esperarse, con el Congreso de la Federación Rural del Uruguay, donde se presentó un documento para los precandidatos con 10 ejes temáticos. Del mismo, que puede ameritar un análisis especial y detallado, entendemos que amerita destacar algunos aspectos no menores y que trascienden a la propia Federación Rural. Los 10 ejes temáticos son: atraso cambiario, impuestos nacionales, impuestos municipales, salud animal, infraestructura, logística y comunicaciones, sistema financiero, inserción internacional, capacidades institucionales, funcionamiento del Estado, solicitud de cambios en normativas vigentes o planteos de normativas nuevas y otros temas.

El mayor atraso cambiario de la historia

La primera observación que podemos destacar es que el líder de los ejes temáticos es el atraso cambiario, el mayor que se conoce en la historia, afectando directamente la competitividad agropecuaria y la posibilidad de inserción internacional. Para una economía pequeña, con un potencial productivo enorme, se hace fundamental una relativa competitividad. El problema del atraso cambiario se ha mantenido a lo largo de este periodo de gobierno, luego de un anuncio al inicio en el cual hubo una suba fuerte, desde el 2022 el problema se viene agravando. Afecta la magnitud del mismo y el tiempo, el que solamente se ha podido compensar con los vaivenes positivos de los mercados internacionales. Pero en los hechos los únicos que tienen capacidad de atender este problemas son las grandes empresas trasnacionales con capacidad para mantener la actividad o ajustar en alguna forma precios y trasladar a otros niveles de la cadena, cerrar actividades o desagregar valor. El atraso cambiario afecta a la actividad agropecuaria pero mucho más a los más pequeños, y a los eslabones primarios que no tienen capacidad de negociación, de trasladar costos o de tomar opciones.

Segunda observación, ya no es la primera vez que la Federación Rural ni otras gremiales plantean el tema cambiario. Lo han hecho en forma bastante amable para los niveles que se tienen de precio del dólar y en muchos casos siempre con la frase previa de que están de acuerdo con la política del Gobierno, como para no atacar en forma tan contundente. Pero lo más grave es que de parte del Gobierno, salvo alguna tímida respuesta, nunca se levantó el guante de la preocupación y de tomar medidas contundentes que atiendan la problemática.

En tercer lugar, sin dudas la campaña es una buena oportunidad, pero recordemos que quedan siete meses del año y 9 de gobierno y que la problemática cambiaria no parece tener un giro, salvo que ocurra algo que haga modificarla. Si algo así pasara y nos obligara a un ajuste abrupto, la situación sería dramática por los efectos que un aumento en el precio del dólar pueda ejercer sobre precios, poder adquisitivo de salarios, endeudamiento, entre otros.

Finalmente, el problema del atraso cambiario afecta al agro que siempre es el que primero se manifiesta, pero en la actualidad es un problema que ha generado efectos muy nocivos sobre actividades fundamentales como lo son el turismo, el comercio y la industria nacional, el sector servicios, entre otros. La herencia la va a asumir el próximo Gobierno, y parece que gremiales como la Federación Rural la tienen clara; y al igual que está en la hoja de propuestas o en la lista de temas de las reuniones que estamos viendo publicar en las redes sociales, además de toda la agenda de reclamos, necesidades y propuestas, el primer ítem y destacado es atraso cambiario.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO