El precio de dólar no es todo, pero para Uruguay es importante a la vez que muestra una importante debilidad en la gestión macroeconómica que necesariamente tiene múltiples objetivos, variables y mercados que atender y que, por lo tanto, requiere de una coordinación y coherencia con una perspectiva que implica tendencias relevantes y no solo el corto plazo.
Nuevamente han salido demandas por parte de las empresas y gremiales empresariales vinculadas al sector exportador que, entre el deterioro de tanto tiempo y profundidad, deben aportar a los temas de campaña electoral. De hecho, los propios precandidatos de la colación y del herrerismo en el Partido Nacional levantan el tema, pero en vez de aportar una mirada crítica lo usan como argumento para redoblar la apuesta de seguir buscando opciones para reducir el Estado, profundizando la flexibilización, la desregulación y el desmantelamiento de los servicios públicos.
Esconder resultados fiscales
En este contexto, se debería preguntar al Gobierno qué piensan hacer con el dólar. Mientras se le deja tremenda herencia a la próxima administración, se vienen afectando enormemente actividades de alto impacto y necesidad en la economía. Además de dificultades en la gestión macroeconómica que muestran claramente la falta de estrategia y rumbo en materia de crecimiento, se esconde otra realidad. Los números fiscales aprietan, pero nadie hace referencia a como este dólar bajo le conviene al equipo económico para seguir escondiendo resultados fiscales cada vez más complejos.