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Economía

debate

Más que apuntes sobre política económica

El compromiso de la política económica es múltiple y va más allá de la inflación. Debe cuidar la competitividad y entender los canales de transmisión.

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En Uruguay el análisis económico viene necesariamente ganando terreno y debe ser priorizado en este 2023. En los diferentes niveles nos debemos un esfuerzo tanto en el plano político, como desde los analistas y las diferentes instituciones sindicales, empresariales y sociales de poner centro en la coyuntura, las perspectivas económicas y debate profundo sobre el modelo de desarrollo y las medidas de política económica.

Desde el análisis económico, hemos destacados temas de relevancia, pero pasan los meses y a pesar de las críticas se sigue con algunos criterios que parecen insostenibles en términos de la realidad del Uruguay. Tanto en lo que hace a sus posibilidades de crecimiento condicionadas y al hecho de ser un país pequeño con una importante matriz de producción de commodities.

La posición de diversos analistas de alto nivel y reconocimiento en relación a la política monetaria, sumado a los planteos que se han realizando desde las asociaciones empresariales y otras organizaciones en relación a la realidad cambiaria muestran una clara preocupación por lo que hace a las consecuencias que puedan tener las política económicas sobre el devenir del crecimiento, de los sectores productivos y del empleo, más si a esto le agregamos la falta de orientaciones y definiciones en términos de atender la distribución del ingreso.

Algunas realidades del contexto internacional

En los últimos meses, y más en esta semana se ha reavivado en el mundo la discusión en lo que hace a las tendencias de política económica en el mundo, en particular ante los datos recientes de inflación en la Unión Europea y las encuestas de expectativas, que llevaron a nuevos anuncios del Banco Central Europeo de nuevos aumentos de la tasa de interés. Ante las preocupaciones por los aumentos de la inflación en la zona euro se prevé seguir subiendo los tipos de interés. Desde las autoridades del BCE se defiende que suba debe ser suficientemente restrictiva de forma de enfriar así la economía como medida para lograr contrarrestar las presiones inflacionistas a medio plazo y evitar que el descontrol de precios que presione en la economía. Para las autoridades monetarias europeas la disminución de la demanda mediante del endurecimiento de la política monetaria significa que los que fijan los precios y los salarios saben que los aumentos excesivos de precios y salarios no serán sostenibles en el tiempo.

El combate a la inflación en el mundo se debate entre las medidas que se han generalizado en la contracción de la política monetaria vía aumentos de las tasas de interés que vienen retroalimentándose y generando consecuencias en los niveles de crecimiento, sumando a los efectos que ha tenido la guerra y con ella la suba de precios de alimentos y energías. A esta situación están quienes se sientan en la vereda de enfrente para defender medidas de tipo diferente con argumentos que explican los efectos sobre la economía y la necesidad de fomentar el crecimiento y contener la inflación. Estos últimos se sientan en la vereda de enfrente defendiendo la importancia de generar incentivos para el crecimiento que permitan el desarrollo de sectores claves y la búsqueda de alternativas de mejora de la competitividad. En este tipo de discusión se analiza los modelos llevados adelante por los EEUU y por otra parte por la Unión Europea.

Ante las reiteradas proyecciones que se fueron dando de baja en los niveles de crecimiento en el mundo, se había más que argumentado sobre las dificultades de aumentos continuos y generalizados de las subas de las tasas de interés como factor que contribuyó a los mayores niveles de recesión mundial.

Uruguay con medidas que deben trascender

En Uruguay se viene reforzando la medida contractiva de política monetaria y el BCU sigue subiendo la tasa de interés teniendo pocos efectos sobre la inflación y generando una revalorización del peso que viene afectando notoriamente la competitividad del país sin tener efectos de impacto sobre la inflación. Aunque el gobierno lo niegue o lo relativice es evidente el impacto de las tasas de interés sobre el tipo de cambio.

La realidad es que las recomendaciones más tradicionales de aplicación de medidas contractivas de tipo monetaria para combatir la inflación tienen condicionantes para su efectividad y Uruguay como ha sido destacado por diversos analistas tiene características que no solo limitan los efectos de estas decisiones, sino que a su vez están afectando el nivel de actividad.

La suba del peso respecto al dólar durante prácticamente todo el 2022 no había generado en el primer semestre del año pasado mayores preocupaciones dado el alto precio de los commodities y los buenos niveles de colocaciones de las exportaciones que Uruguay venía teniendo. Pero al revertirse la tendencia durante el segundo semestre, sumado al hecho de que no todos los rubros se comportaron los planteos se empezaron a sentir. Y hoy en un nuevo escenario internacional y con una realidad de déficit hídrico que viene afectando enormemente a la producción, en particular sectores claves en la canasta de exportaciones, la pérdida de competitividad es un problema central.

La competitividad no es solo un tema cambiario, afirmación en la que existe alto consenso. Pero la realidad de Uruguay como país pequeño nos lleva a que tengamos que buscar ventajas para la colocación de productos en los más diversos planos. Es cierto que Uruguay gana mercados por la calidad de su producción apuntando a nichos y que lo debe sustentar en importantes niveles de rendimiento y valores como inocuidad. Pero se dan dos hechos que también es necesario salvar, por un lado, la mayor dificultad de diferenciarnos en rendimientos y calidad ya que existen competidores que cada vez más vienen acortando la brecha. Por otra parte, la necesidad de avanzar significativamente en procesos de certificación acreditación que cada vez son requisitos más importantes de calidad y de apuntar a mejoras significativas y a reinventar la producción con diseños logísticos que mejoren la ecuación de costos. Pero ninguno de estos factores cuenta con un desequilibrio del tipo de cambio que se estima en el entorno del 13% y que encarece y hace menos competitivo. La realidad cambiaria nos destruye cualquier tipo de competitividad y con ella los efectos sobre todas las cadenas agroexportadora.

Se habla de la falta de dirección de la política económica lo que implica la falta de visión de un modelo de desarrollo que debe considerar el crecimiento, los mejores niveles de bienestar y distribución apuntando a la sostenibilidad. Para ello se requieren medidas que integran nuestra matriz productiva. No es pensable socavar la competitividad de Uruguay con medidas monetarias que no llegan realmente a sus objetivos desconociendo los verdaderos canales de trasmisión de esta. Más allá de los discursos políticos y anuncios, no hay país productivo si se sigue afectando la competitividad.

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