Es muy difícil abstraerse de los temas de hoy para escribir sobre los 21 años de Caras y Caretas. Tampoco es que vayamos a reescribir la historia de estos mil y tantos de ejemplares que todos los viernes podemos encontrar en el quiosco desde hace dos décadas, lo que para una revista es una eternidad.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Uno no podría olvidarse ni por un minuto de lo que está pasando en estos días, máxime que estamos ante un escándalo de proporciones mayores como el que han protagonizado el ministro Luis Alberto Heber y tal vez el ministro Francisco Bustillo al haber entregado un pasaporte a un conocido narcotraficante preso en Dubái, precisamente por haber intentado ingresar a ese emirato con un pasaporte falso paraguayo.
La secuencia de hechos que rodean ese episodio es como para escribir una historia y para hacer preguntas incómodas.
¿Por qué el propio presidente Lacalle dispuso extender la misión en Dubái a la cónsul que entró a la cárcel a tomar las huellas dactilares del narco? ¿La función del abogado defensor Alejandro Balbi incluye la de gestionar un pasaporte a su defendido para que logre eludir a la Justicia que lo requería? ¿Qué empresarios y funcionarios acompañaron a Lorena Ponce de León en el viaje a Abu Dabi entre el 18 de diciembre y el 21 de diciembre de 2021, coincidiendo con el momento en que se tomaron las huellas dactilares y la fotografía del narcotraficante preso? ¿Cómo y quién pagó el pasaje de la esposa del presidente, al menos el tramo en que se informó que no se pagó con rubros de Presidencia? ¿Quién acompañó al presidente en su viaje a Dubái entre el 19 y el 23 de febrero y en que avión viajó? ¿No resulta curioso que el narcotraficante Marset haya sido liberado de su prisión en Dubái el 21 de febrero, mientras el Presidente Lacalle estaba en aquel emirato?
No hay como no pensar mal ante semejante preguntas que aún no tienen respuestas, pero a las que se podrían agregar otras.
¿Quién firmó la orden de dar el pasaporte? ¿Quién respondió a las consultas que se hicieran desde la misión en Dubái a la cancillería? ¿Por qué se entregó el pasaporte al Dr. Balbi? ¿La Dirección de Identificación Civil hizo las consultas pertinentes a otras dependencias policiales tratándose de un exconvicto con antecedentes y una persona investigada por la Policía de varios países y preso en ese momento por uso de documentos falsos? ¿Por qué se envió el pasaporte de la manera que se hizo y no por la vía diplomática, como es usual?
Es imposible no pensar que semejante decisión puede haber tenido un precio y que deben investigarse todos los extremos por tratarse de un tema tan sensible como que roza altas esferas del gobierno.
No hay que engañarse ni dejarse confundir. Esto no es la deplorable fuga de Rocco Morabito en que presumiblemente estén involucrados uno o varios policías subalternos. Para entregar un pasaporte en esas condiciones -pasaporte que le permitió a Marset recuperar la libertad y huir de la extradición y de la Justicia y fugar a un destino desconocido- fue necesario una autorización ministerial y por lo menos Luis Alberto Heber debería renunciar.
Me temo que estamos mucho peor que en la crisis de principios de este siglo, cuando terminamos de imprimir el número uno de esta revista, porque tenemos un gobierno mucho más desfachatado, intolerante, antipopular y conservador que el que teníamos cuando a Jorge Batlle la economía se le fue de las manos.
Así estamos hoy, en los peores años de nuestra vida, conduciendo esta tribuna semanal. Peludeando para sobrevivir, pero muy firmes en nuestras convicciones y muy seguros de que nacimos para ayudar a construir un país mejor con una prensa más auténtica, veraz y comprometida para servir al pueblo y contribuir a que los hechos que ocurren se conozcan más y se entiendan mejor.
Estos días no son fáciles para nosotros, pero las premoniciones de que con este gobierno íbamos a desaparecer o nos iban a hacer desaparecer se demostraron falsas.
Por el contrario, hemos encontrado respuestas a las dificultades y nos hemos multiplicado para ser cada vez mejores, responder a las necesidades de información de quienes nos siguen, descubrir lo que se quiere ocultar y procurar quebrar el blindaje informativo que los medios hegemónicos imponen para impedir ver y entender la realidad y crear una realidad falsa que responde a un relato torcido que quiere cegarnos, engañarnos e inmovilizarnos.
Caras y Caretas revista, el portal web con noticias online durante las 24 horas, Legítima Defensa en sus dos dosis semanales, El último bondi y Macondo en el canal de Caras y Caretas TV y su retrasmisión en las redes y en Cardinal TV para todo el país y los incipientes podcast demuestran que se puede.
Por eso nos alegra tanto cumplir años y compartir la alegría con lectores, avisadores, colaboradores, periodistas, camarógrafos, iluminadores, editores, suscriptores, diseñadores y fotógrafos. Por eso y porque sabemos que vamos a seguir adelante, porque hay miles de amigos que nos apoyan y que nos impulsan a no aflojar.
Tal vez hoy tendría que escribir de la carestía, de la pérdida del salario, de los sindicatos, de los jubilados, de los trabajadores y las trabajadoras, de las y los estudiantes que ocupan los institutos. Tal vez habría que escribir de los que reclaman un presupuesto más justo para la Universidad, de los jóvenes desocupados y de las pymes. Tal vez habría que llamar la atención de la gente con la manera que engordan los depósitos de los más ricos y se vacían los bolsillos de los más pobres.
Tal vez sí, habría que hablar de ello. Pero de eso hablarán otros en estas mismas páginas. Yo, hoy, voy a recordar que cumplimos años, que estamos felices de estar y que se equivocaron feo los que no se dieron cuenta de que tenemos cuerda para rato.