Dos palabras nuevas quedaron incorporadas en el diccionario político uruguayo en esta campaña: «el astoribergarismo», expresión acuñada por Guido Manini Ríos en el debate con Óscar Andrade, y «el alfiearbelechismo», creada por los militantes por el «Sí» en las redes sociales, con los memes del día siguiente.
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Podría decirse que el ingenio popular le ganó al debate que, pese a las expectativas, no pasó de un frío cruce de estrategias. Con un excomandante más preocupado por ajustarse al riguroso libreto que le impuso su equipo, y un Andrade que no tuvo rival para mostrar sus reconocidas dotes de orador.
Lo más destacado de Manini quedó en el invento del «astoribergarismo» que algún «ingenioso» asesor, patentó entre risas para cumplir con la consigna impuesta por el «lacallismo» de que no hay mejor defensa que un buen ataque. Esa será, otra vez, la estrategia de los multicolores, por eso mandaron a su dirigencia a golpear al Frente Amplio, como si fuera una elección general y no un referéndum por los 134 artículos de la Ley de Urgente Consideración.
Manini Ríos levantó esa bandera y dejó en evidencia la consigna oficialista. Después de todo, es lógico utilizar la misma fórmula que tan buenos resultados electorales les dio en octubre de 2019. ¿Por qué cambiar ahora si llegaron al gobierno gracias a ella?
Lo que no estaba en sus planes, era que inmediatamente la militancia de izquierda encontraría una respuesta ingeniosa al grito de «quiero retruco»: así nació el «el alfiearbelechismo». Los memes acabaron sacando a la luz lo que la coalición no quiere mostrar. La mano oculta del director de la OPP, Isaac Alfie, que se esconde detrás de la LUC.
Aunque ahora lo hayan llamado al silencio para no exponerlo al cuestionamiento frenteamplista, nadie duda que Alfie es, más que Arbeleche, «la mano que mece la cuna», el autor ideológico de la línea económica de este gobierno. Por eso, traerlo al debate, exponerlo públicamente con el «alfiearbelechismo», fue un gran acierto de los «memes», los auténticos ganadores del primer debate.