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Mundo

Elecciones legislativas en Argentina con escenario adverso para el peronismo

La coalición gobernante del Frente de Todos llega a las elecciones legislativas en un panorama complicado e incierto, después del duro revés que sufriera en las elecciones primarias de septiembre.

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Este domingo se desarrollan elecciones parlamentarias en el vecino país, que renovarán la mitad de los escaños de la Cámara de Diputados (127 de 257) y un tercio en la Cámara de Senadores (24 de 72).

Desde las 8:00 de la mañana las puertas de los circuitos de votación están abiertas para que 34,3 millones de argentinos sufraguen.

Así lo hizo temprano en la mañana el presidente argentino, Alberto Fernández, quien emitió su voto en un colegio electoral ubicado en el barrio bonaerense de Puerto Madero.

El mandatario, que votó junto con su esposa y primera dama, Fabiola Yañez, pidió a la ciudadanía que emitiera su voto con fuerza y convicción.

En declaraciones a la prensa, Fernández sostuvo que a la noche escuchará “qué ha dicho” la población.

“Lo que más le pedimos a los argentinos es que vayan y se expresen para que podamos construir el país que queremos”, afirmó.

Se trata de una elección complicada para el peronismo y la coalición gobernante del Frente de Todos, donde se vislumbra un escenario adverso, de extrema dificultad para revertir los malos resultados de las primarias obligatorias del 12 de setiembre.

De mantenerse los porcentajes surgidos en setiembre, el Frente de Todos perderá su amplia mayoría en el Senado y quedaría en una situación de empate en Diputados.

Esto debilitaría enormemente el gobierno de Fernández, quien debería conducir los dos años que le quedan a su mandato, con gran oposición en el parlamento.

El clima político argentino está marcado por un leve crecimiento económico, tras la fuerte recesión que dejó el anterior Ejecutivo, encabezado por Mauricio Macri, y que la pandemia de Covid-19 agudizó.

Con las PASO de fondo

Hace poco más de dos meses, el 12 de septiembre, se llevaron a cabo las elecciones primarias, también denominadas PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias).

Esa instancia significó un duro golpe para el gobernante Frente de Todos. La coalición, en la que conviven distintas ramas del peronismo, fue superada ampliamente por el frente opositor de centroderecha Juntos por el Cambio, que aglutina, entre otros, al anterior mandatario Mauricio Macri y a figuras de la Unión Cívica Radical.

En las últimas elecciones nacionales, en octubre de 2019, el Frente de Todos (con la fórmula Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner) obtuvo un 48% frente a un 40% de la coalición de derecha, con Macri a la cabeza aspirando a la reelección y tratando de defender una gestión que se caracterizó en sus últimos tiempos por el aumento de la pobreza, la inflación, por una enorme fuga de capitales e injerencia en la Justicia Federal, que pervive hasta la actualidad.

Todo auspiciaba un panorama positivo para Alberto Fernández. Sin embargo, la pandemia truncó los planes del peronismo. Las prolongadas medidas de confinamiento impuestas por el Ejecutivo, conllevaron el decaimiento de la economía y parecen haber agotado la paciencia de muchos argentinos que votaron al Frente de Todos.

Además, algunas decisiones de Fernández calificadas como “tibias” por los sectores más volcados a la izquierda dentro del peronismo, caldearon la interna de la coalición gobernante.

Las elecciones primarias, a casi dos años de la elección presidencial, alumbró estas rispideces.

En septiembre pasado, las PASO invirtieron la postura del pueblo argentino de dos años antes. El resultado nacional marcó un 40% para la alianza de derecha, frente a un pobre 31,3% para el frente gobernante.

Esta situación generó una disputa interna entre el presidente y la vicepresidenta, que logró sanjarse con el reemplazo de varias figuras en el gabinete presidencial. Además, provocó un cambio de gestión, caracterizado por más ayudas a la población y políticas de inversión pública.

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