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Empresariales Vita Terra | gestión sustentable | empresa

Proceso de expansión

Vita Terra, una iniciativa por la gestión sustentable

Desde 2016 Vita Terra industrializa compost para la producción agrícola y se encuentra en plena expansión con una gestión sustentable.

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La empresa Vita Terra se dedica desde 2016 a la gestión sustentable de residuos orgánicos y a su transformación en compost, el cual se vende en diversos sectores. En los últimos tiempos ha experimentado un importante crecimiento y se encuentra en proceso de expansión a nivel nacional.

“Vita Terra empezó en 2016. Fue un proyecto que presentamos a Biovalor para hacer una planta de compostaje y valorizar residuos agroindustriales propios”, explicó su director, Luis Menchaca. Agregó que la idea fue gestionar residuos propios de la empresa avícola familiar.

“Se trataba de gestionar el abono de las aves, que era bastante, 500 toneladas por año. Entonces nos dijimos: bueno, vamos a montar esta empresa. Le presentamos el proyecto a Biovalor, una institución gestionada por el Ministerio de Ganadería que estaba intentando apoyar proyectos de este tipo. Nuestro proyecto es elegido, montamos la empresa y cuando ya estaba operativa, nos damos cuenta de que hay un montón de empresas en la zona que precisaban de un servicio como el que nosotros nos brindábamos a nosotros mismos”.

“Ahí fue que empezamos a abrir el abanico y a atender los residuos de otras líneas industriales. De una fábrica de cerveza, una de jugos, frigoríficos, plantas de faena de pollo. Nos dimos cuenta de que había toneladas de residuos por día que no tenían un lugar amigable con el medio ambiente para poder gestionar”, precisó.

En este sentido recordó que “muchas empresas lo que hacían era remitir a la intendencia, a los vertederos. Pero esto ya era otra cosa. Acá se valorizaba el residuo. Se transformaba en algo que era orgánico. Nosotros recibimos residuos orgánicos categoría 2 y los transformamos en compost. Eso luego vuelve a la tierra, mejorando los suelos, recuperando un montón de suelos que hoy por hoy están bastante degradados por la agricultura tan intensiva que se está llevando a cabo en el país. Con los años, fuimos aprendiendo del negocio, y ahora estamos embarcados en la expansión de la empresa para que pueda brindar estos servicios en otros lugares, en otros departamentos”.

Destacó que “hay muchas agroindustrias que precisan de un servicio de este tipo para que puedan remitir los residuos y cumplir con la normativa vigente”.

“El compost se vende luego a la horticultura, se vende a la agricultura, para el paisajismo, para la jardinería, para el cannabis. El compost tiene un abanico muy amplio de líneas en las que puede aportar valor”, subrayó.

“Diría que el mercado en Uruguay se está desarrollando, no es un mercado que esté plenamente desarrollado. Hay que informar mucho de los beneficios del compost”, sostuvo. Y agregó que se trata de un mercado “bastante bastardeado, digamos, porque cualquiera agarra una pala y mezcla tierra con un poco de abono y se pone un negocio. Nuestro producto está registrado en el Ministerio de Ganadería, cumple con las normativas, respeta ciertos rangos de PH, de nitrógeno, de fósforo, de potasio”.

“Nosotros llegamos a un productor hortícola, hacemos las pruebas, se le da muestra. Al tener certeza de que que el producto es bueno, no tenemos problema de dar alguna muestra”, agregó.

En cuanto a las perspectivas para el emprendimiento, Menchaca destacó que “son buenas” y precisó: “Nosotros creemos que hoy en Uruguay hay muchas toneladas por día de residuos orgánicos que no se están gestionando de manera sustentable y de acuerdo a la norma, entonces creemos que es un momento apropiado para expandir la empresa y montar distintas plantas de compostaje en todo el país, en los lugares que tengan problemas con la gestión de sus residuos orgánicos”.

“Valorizamos los residuos y los devolvemos al suelo en forma de fertilizante orgánico”, sentenció.

Menchaca precisó que de esta manera se están “liberando recursos municipales de la gestión de esos mismos residuos que, si no, irían a los vertederos. Es la economía circular a la máxima expresión. Nosotros transformamos algo que contamina en fertilizante orgánico. Y a su vez, en ese proceso, evitamos gases de efecto invernadero. O sea, es bueno por todos lados. Realmente es algo en lo que yo creo, y estoy muy contento y muy entusiasmado. Las perspectivas, entonces, son de ir abriendo plantas en distintos departamentos”.

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