El politólogo Daniel Buquet, consultado por Caras y Caretas, analiza las repercusiones en el sistema político a raíz de la formalización del juicio contra el exsenador Gustavo Penadés, y concluye que, si bien en los resultados electorales estos temas no serán decisivos, se le agota al presidente Lacalle el discurso de la ingenuidad.
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Aún con las primeras repercusiones de la formalización de Penadés, ¿Qué impactos crees que tendrá en el sistema político?
Lo primero es que descubrimos que un político destacado, en su vida privada es un delincuente; es decir, comete delitos que no tienen relación con la política, delitos que no son de corrupción, porque los delitos de corrupción tienen impactos muy conocidos en el sistema político.
Creo que en ese caso, si se tratara de un hecho aislado, es decir, aparece uno y no aparece más nadie y nadie sabía que el tipo era un delincuente, podría ser un hecho de poca relevancia sin impacto en general en el sistema político, y del que hasta su propio grupo podría apartarse, que es un poco lo que dicen algunos ahora de Penadés: “ahora lo desconozco, nunca hemos imaginado algo así”, ese tipo de cosas.
Es una persona que comete delitos en su vida privada, en principio sin relación con su actividad política, pero tiene relación con la política dada su posición que le permite cometer delitos con cierta facilidad o impunidad en la vida privada, y de acuerdo a su posición política.
Que le genera una posición de poder…
Le podría generar una ventaja. Estoy ya pensando en el delito específico, no es cualquiera el que presiona o retribuye o, en fin, lo que sea, sino que es alguien importante.
Algunos políticos aprovechan su posición para obtener ventajas en otros terrenos. Casos típicos que han aparecido en infracciones de tránsito y apelando a su rol de legisladores, como le pasó a Mieres, pretenden no ser multados. Claro que por una infracción de tránsito nadie va a hacer un escándalo.
Asociar este tipo de conductas delictivas (en caso de Penadés de muchas gravedad) con que la posición política favorece este tipo de cosas es un aspecto negativo para el sistema político, porque la gente lo asocia en el terreno de la corrupción, de que
los políticos aprovechan sus posiciones para beneficiarse personalmente.
Yo no digo que sea el caso de Penadés; es decir, tal vez si Penadés hubiera sido carpintero, capaz que hacía exactamente lo mismo. Yo no estoy diciendo que Penadés aprovechaba su posición política, pero, para mí, hay una consecuencia política más seria y es la acusación de desacato que se le incluyó en el expediente.
Acá lo más grave es que, una vez que es acusado, intenta usar sus vínculos políticos para desacreditar las acusaciones. Yo creo que desde el punto de vista del impacto político es peor, porque al final me estás confirmando que los políticos se aprovechan de su posición para obtener beneficios y, en este caso, para evitar un perjuicio más que para obtener un beneficio.
En ese sentido, ¿Cómo oficiaron las declaraciones públicas del presidente Lacalle y el ministro del Interior Luis Heber?
Yo creo que se lo pueden cobrar (políticamente), se lo están cobrando, o están intentando cobrarle.
Fue muy inconveniente en su momento partir de la base de que Penadés era inocente, porque en alguna parte de estas cuestiones oscuras y legales del gobierno, hay una especie de reiteración de la ingenuidad, del discurso de la ingenuidad diciendo:
“Nosotros hacemos todo bien, lo que pasa es que hay gente mala que nosotros no sabemos que son malos, y bueno, cuando nos damos cuenta aplicamos todo el rigor, pero antes no sabíamos nada”.
Entonces yo creo que ese discurso de ingenuidad puede pasar una vez. Ahora, cuando se reitera, y no sabés de Astesiano, pero tampoco sabías que Marset era un delincuente cuando le diste el pasaporte y no sabías que Albisu contrataba gente de la 404 en la CTM… Nunca sabés nada y además pasan muchas cosas. Hasta cierto punto el presidente logra zafar, pero Heber no. No tiene buena imagen y el presidente sí. Y da la impresión de que, hasta ahora, por lo menos estas cosas al presidente no le habían generado costos, pero ahora pienso que sí.
Porque pienso que si vos sos el presidente la gente te puede creer una vez pensando que te traicionó un amigo. Pero si de tus diez amigos cinco te traicionaron… Sos un presidente, tampoco puede ser tan ingenuo. Una persona puede ser muy ingenua, pero entonces no deberías llegar a presidente.
La denuncia inicial la hizo públicamente la militante nacionalista Romina Celeste. ¿Es señal de que hay un avance en la sociedad uruguaya que desde el primer momento tomó en serio la denuncia?
Hay una nueva situación cultural en el Uruguay que viene dada por los avances del feminismo y las reivindicaciones de las diversidades sexuales que han logrado reconocimiento, respeto y consideraciones específicas a través de leyes como el matrimonio igualitario y la ley trans. Y tal vez una cosa así hace veinte años, Romina Celeste denunciando que Penadés la había abusado a los 13 años, capaz la gente hasta se reiría. Ojo, estas figuras delictivas del abuso infantil tampoco es que se inventaron ahora. En la asimetría de poder, si era una violación ibas a ir preso en el siglo 20 también. Ahora, si vos le has dado plata a un menor a cambio de un favor sexual donde no había violencia, en principio eso seguramente no hubiera sido penado penalmente. Ha habido casos de condenas sociales, de retiro de títulos o imposibilidad de ejercer la profesión, pero no iban presos. Entonces hay un cambio muy grande.
¿Cómo pensás que esto va a impactar políticamente, particularmente en el Partido Nacional?
Esto está perjudicando, sobre todo, al herrerismo, porque Penadés era una figura muy
decisiva en el núcleo principal de conducción de la 71, de la ideología herrerista.
Esto es negativo para el ministro Heber que es el líder de ese grupo, y eventualmente para la candidatura de Laura Raffo. No lo sé, tengo la sensación de que en general el Partido Nacional puede zafar y Delgado no ser golpeado, aunque esto dependerá también de cómo evolucionan las cosas.
En las encuestas aparece como liderando la intención de voto en la interna y me parece que para la gente eso es muy lejano, yo no creo que la gente vaya a decir: “¡Ah bueno!, este Penadés es un delincuente sexual, el Partido Nacional es una porquería”. Me parece que esa traslación no va a ocurrir. Incluso te diría que, desde el punto de vista de una persona común política, le debería parecer peor lo de Astesiano, que tiene más que ver con que “yo pongo a los políticos acá y los políticos aprovechan esto para robar”; y sin embargo, lo de Astesiano no parece haber afectado la intención de voto del Partido Nacional.
¿Y la imagen del Gobierno?
Le afectó el año pasado en el segundo semestre que hubo una caída, pero que después se recuperó. Pienso que acá, en todo caso, podría llegar a pasar algo similar, pero que no va a ser un cambio radical, decisivo, por lo menos porque siguen los niveles altos de aprobación para el presidente y la intención de voto, ahí saca el 30 %, que es lo que viene teniendo el Partido Nacional.