Con 7.200 espectadores en las tribunas del Maracaná, Brasil y Argentina jugarán este sábado por la final de la Copa América 2021. El partido será arbitrado por el uruguayo Esteban Ostojich.
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El Alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, confirmó en rueda de prensa que aceptó la solicitud de la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol) para que la final se jugara con un número limitado de espectadores, tras el visto bueno de la secretaría de Salud, por la notoria reducción de casos y muertes por covid-19 en la ciudad.
Brasil es uno de los países más afectados por la pandemia del coronavirus con más de 530.00 muertos y 19 millones de infectados. Solo en Río, ya son más de 30.000 fallecidos y 372.000 positivos por el virus.
La noticia fue publicada en el Diario Oficial de la ciudad y que será de carácter «excepcional y temporal».
La norma determina que las personas que asistan al Maracaná deberán presentar pruebas de diagnóstico contra la covid realizadas hasta 48 horas antes y que haya un espacio mínimo de dos metros entre cada individuo o familia.
El icónico estadio del Maracaná tiene una capacidad para 72.285 personas, por lo que estará permitido el acceso de 7.228 hinchas para la gran final.
La Conmebol ya había autorizado la presencia de aficionados para la final, pero faltaba la autorización de las autoridades municipales y este viernes se dio luz verde a la petición. tras «supuestas».
El partido entre Brasil, vigente campeón, anfitrión y favorito, y Argentina, que creció en los últimos juegos guiada por Lionel Messi, será la primera final de los dos históricos rivales sudamericanos, desde la final de la Copa América de 2007 cuando Brasil se impuso por 3-0.
El partido que se jugará en el Maracaná, comenzará a la hora 21 de nuestro país. Brasil buscará confirmar su gran momento en las Eliminatorias Sudamericanas con la obtención de un nuevo título en su casa. Por su parte para Argentina es la final del mundo. Es cortar con años de frustraciones y al mismo tiempo la oportunidad, al fin, de ver a su ídolo, Lionel Messi, alzando una copa con la camiseta albiceleste.