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Internacionales | Rodrigo Paz | elecciones | Bolivia

Rodrigo Paz será el próximo presidente de Bolivia

El balotaje entre el ultra derechista Tuto Quiroga y el populismo de derecha de Rodrigo Paz, determinó Paz será el próximo gobierno en Bolivia. Por LID Bolivia

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Luego de una jornada electoral tranquila y sin incidentes, finalmente las elecciones de Bolivia entre el ultra derechista Tuto Quiroga y el populismo de derecha de Rodrigo Paz, determinó que el binomio Paz-Lara será el próximo gobierno de una Bolivia en crisis e impredecible.

El Partido Demócrata Cristiano (PDC) llegó a superar en más de 10 puntos a su rival Tuto Quiroga de Alianza Libre. El índice de participación electoral rondó entre el 87% y el 89%, y el voto nulo representó casi el 5%. El nuevo gobierno asumirá el 8 de noviembre.

Con casi el 10% de diferencia, en la segunda vuelta ganó el PDC con la dupla Paz-Lara. El PDC, un populismo de derecha que logró canalizar un voto antineoliberal y antirracista, contra la dupla de Libre del binomio Quiroga-Velasco, por lo menos en los amplios sectores populares del campesinado y de los trabajadores y sectores populares. Quiroga y Velasco realizaron una campaña electoral en la que no pudieron disimular su racismo y clasismo. “A los collas hay q matarlos a todos”, “mascacocas hediondos” y expresiones propias de las clases dominantes blanco-mestizas.

El populismo de derecha de Paz y Lara será el próximo gobierno de una Bolivia en crisis e impredecible

El voto a Paz y Lara, contradictoriamente al proyecto de estos nuevos gobernantes - que prometieron un “capitalismo para todos”-, tiene un contenido conservador y defensivo. Conservador en el sentido de querer mantener en la medida de lo posible las conquistas sociales y simbólicas que fueron impresas durante el ciclo político del MAS y que hoy se ven amenazadas por un giro a la derecha de todo el sistema político.

Esta contradicción entre la intención del voto popular y el proyecto de “capitalismo para todos” necesariamente deberá resolverse en la medida que el nuevo gobierno se vea empujado a golpear con un plan de ajuste que será cualitativamente superior al que ya se viene aplicando. Esto condiciona en gran medida al nuevo gobierno a tratar de ir imponiendo, paulatinamente, un plan de ajuste neoliberal y evitando que las contrarreformas provoquen una resistencia generalizada que amenace al conjunto del gobierno. Esto supone un problema estratégico para la derecha que aunque tiene en sus manos la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) tiene poco margen en la realidad social donde la relación de fuerzas entre las clases no está resuelta. Que el MAS haya desaparecido e implosionado como formación política no es sinónimo de que las y los trabajadores y el pueblo estén derrotados. Recordemos que el triunfo de Paz – Lara es en gran medida gracias al voto evista. Sin embargo, el voto que da la victoria a Paz y Lara no es un cheque en blanco.

El retorno de los pactos de gobernabilidad

El nuevo gobierno asumirá el 8 de noviembre y tendrá el desafío de sortear una delicada situación económica cuya expresión más irritante es la crónica escasez de hidrocarburos motivada por una prolongada especulación financiera que agroindustriales y mineros han venido realizando. Diversos analistas coinciden en afirmar que, aunque rivales electorales, Paz y Quiroga se necesitan mutuamente si quieren llevar adelante las contrarreformas sociales y constitucionales, que, aunque con matices, han coincidido.

Esta necesidad de acuerdos y pactos de gobernabilidad, se les hace urgente debido a la debilidad no solo del nuevo gobierno sino del conjunto de las instituciones estatales, profundamente deslegitimadas, y sobre todo de una profunda crisis económica que empuja a un mayor endeudamiento externo y a la entrega de los bienes comunes naturales a la voracidad de los capitalistas privados y extranjeros. Necesitan que el congreso valide este endeudamiento.

La composición de la ALP se dará de la siguiente manera. El senado estará compuesto por 15 escaños para el PDC, 12 para Libre y 8 para Alianza Unidad. En diputados el PDC cuenta con 46 escaños; Libre con 37; Alianza Unidad 26, Súmate 5 diputados y el MAS con todas sus fracciones retuvo 8 escaños. Tanto para llevar adelante las reformas constitucionales que quieren, así como para validar algunos créditos internacionales la derecha necesita obtener 2/3 de la Asamblea Legislativa Plurinacional, lo que empujará muy probablemente al retorno del cuoteo político de instituciones y espacios de poder, como fue durante el régimen de la “democracia pactada”.

Retorno de las relaciones con EE.UU. y un ajuste con discurso de unidad y reconciliación

El PDC llegó a las elecciones tras presentar su plan de gobierno en Washington y con la venia del establishment imperialista, lo que llevó a que Trump expresara su entusiasmo con el restablecimiento de relaciones diplomáticas y de “cooperación” con Bolivia.

En esto, aunque Paz ha manifestado su voluntad y disposición de retornar al área de influencia norteamericana lo ha hecho con el cuidado de no perjudicar, y menos arriesgar o amenazar, las buenas relaciones con China y de conjunto con los BRICS de la cual es muy dependiente la economía del país. En este sentido Paz se inclinará por el pragmatismo antes que por una adscripción ideológica firme. Esta ubicación que se expresará en el terreno internacional en cierta forma también es expresión de la política nacional. En su primera intervención pública, apenas que se conocía su victoria, el nuevo vicepresidente Edman Lara se dirigió a los medios manifestando que a partir de ahora todos los colores políticos debían terminarse, que hay que trabajar por todos y por la patria, y que es momento de empezar a trabajar por la reconciliación y por la paz. Con esto intenta difundir un mensaje de unidad nacional ante la crisis.

Como sabemos, cuando las clases dominantes hablan de “unidad y paz” es siempre a costa de los intereses y de los derechos de las y los trabajadores y el pueblo. Frente a esta situación es necesario estar alertas y empezar a preparar la resistencia ante los ataques que ya vienen anunciando. Es fundamental empezar por un balance del pasado ciclo del MAS y extraer las lecciones revolucionarias del fracaso de ese proyecto reformista.

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