“En la era del Covid todo se desarrolla a velocidad warp”, dijo Roach al diario MarketWatch, aseveración difundida por diversas agencias especializadas. La referencia a la velocidad warp tiene que ver con una forma teórica de moverse más rápido que la velocidad de la luz, popularizada en la serie de televisión Star Trek.
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Contradicción: falta de ahorros y déficit de cuenta corriente
Roach, quien trabajó como investigador de la Junta de la Reserva Federal en Washington DC desde 1972 hasta 1979, recordó que el dólar, como cualquier tipo de cambio, tiene un precio relativo que refleja la situación económica, financiera, social y política de una nación vista frente a características comparables de otras naciones.
El economista advirtió que Estados Unidos (EEUU) está perdiendo sus privilegios globales y, por tanto, la era del “exorbitante privilegio” del dólar estadounidense como moneda de reserva primaria del mundo está llegando a su fin.
Debido a la pandemia y la consiguiente recesión, se agranda la contradicción entre la falta de ahorros y el creciente déficit de cuenta corriente de EEUU, dijo Roach.
Estimó que la moneda estadounidense puede depreciarse en un 35% para el año 2021.
Durante casi 60 años, EEUU recurrió libremente al resto del mundo para sostener su nivel de vida por encima de sus medios; el mundo se quejó pero no hizo nada al respecto.
“Las monedas establecen el equilibrio entre estas dos fuerzas: los fundamentos económicos internos y las percepciones extranjeras de la fortaleza o debilidad de una nación. El balance está cambiando y una caída del dólar bien podría estar a la vista”, escribió Roach para la agencia Bloomberg.
La causa de este problema radica, según Roach y otros analistas, en un profundo déficit en el ahorro interno de EEUU. Ya antes de la pandemia fue evidente. En el primer trimestre de 2020, el ahorro nacional neto, que incluye el ahorro ajustado por la depreciación de los hogares, las empresas y el sector gubernamental, cayó al 1,4% del ingreso nacional. Esta fue la lectura más baja desde finales de 2011 y una quinta parte del promedio del 7% entre 1960 y 2005.
Al carecer de ahorro interno y con el deseo de invertir y crecer, EEUU ha aprovechado el papel del dólar como la principal moneda de reserva mundial y se ha basado en gran medida en los ahorros excedentes del exterior. Pero, para atraer capital extranjero, EEUU ha tenido un déficit en su cuenta corriente, que es la medida más amplia del comercio porque incluye inversión, todos los años desde 1982.
Mientras tanto, se produce la explosión del déficit presupuestario del gobierno. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, es probable que el déficit del presupuesto federal se dispare a un récord en tiempo de paz del 17,9% del Producto Interno Bruto en 2020 antes de retroceder al 9,8% en 2021.
Durante la crisis financiera mundial de 2008, el ahorro interno fue un negativo neto por primera vez en el registro, con un promedio de -1,8% del ingreso nacional desde el tercer trimestre de 2008 hasta el segundo trimestre de 2010. Ahora es probable que se hunda en la inaudita zona de -5% a -10%.
Por el momento, el dólar es fuerte, beneficiándose de la demanda típica de refugio seguro durante mucho tiempo como suele suceder durante los períodos de crisis. El dólar subió casi un 7% durante el período de enero a abril en términos ponderados por el comercio, ajustados a la inflación, a un nivel que se sitúa en un 33% por encima de su mínimo de julio de 2011.
Ahora se estima que habrá una fuerte ampliación del déficit en cuenta corriente, probablemente llevándolo más allá del récord anterior de -6,3% del PIB que alcanzó a fines de 2005.
En tanto, el dólar podría alcanzar fácilmente sus mínimos de julio de 2011, debilitándose hasta en un 35% en términos generales, ajustados a la inflación y ponderados por el comercio.
Además, las presiones proteccionistas sobre la parte más grande del déficit multilateral de EEUU con 102 naciones, es decir, el desequilibrio bilateral chino, fracasarán y desviarán el comercio a otros productores de mayor costo, gravando efectivamente a los consumidores estadounidenses asediados.
Finalmente, frente al mal momento de Washington y China, ¿quién financiará el déficit de ahorro de una nación que finalmente ha perdido su exorbitante privilegio? ¿Y qué términos, a saber, las tasas de interés, requerirán ahora esos fondos?, se pregunta Roach
El euro y el yuan
Un mayor uso del euro y el yuan otorgaría a los gobiernos de la Unión Europea (UE) y de China una mayor autonomía monetaria, financiera y política, al tiempo que fomentaría un sistema financiero internacional más estable capaz de ofrecer alternativas creíbles al dólar.
El dólar ha dominado estas áreas durante varios decenios, confiriendo ventajas considerables a EEUU en términos de sostenibilidad de la deuda pública, así como de influencia económica y política, y provocando una inercia frente a la posible adopción de monedas alternativas.
El euro es, quizás, el rival más claro del dólar, dado el peso de los países de la eurozona en el PIB mundial (15%) y en el comercio (25%), así como el creciente protagonismo de los Estados miembros en los mercados mundiales de capital.
De hecho, varios acontecimientos ya apuntan a una mayor dependencia del euro, como son la mejora de la infraestructura de los sistemas de pago del Banco Central Europeo (BCE); la decisión de Rosneft y Novatek (los mayores productores rusos de petróleo y gas líquido) de pasar al euro desde el dólar para todas las exportaciones; y la labor de la Comisión Europea encaminada a fortalecer el papel internacional de su moneda, que incluye la celebración de consultas activas con los participantes en los mercados privados y públicos.
Otros alegan que “no se puede reemplazar algo con nada”. Con esto quieren decir que a pesar de que a China, Rusia y otros países de mercados emergentes (así como a algunas naciones ricas como Alemania) les encantaría alejarse del dominio del dólar, no tienen alternativas reales. Este deseo es especialmente intenso en un mundo de finanzas que se utiliza cada vez más como un arma. Sin embargo, el euro, que representa alrededor del 20 por ciento de las reservas mundiales, no puede compararse en términos de liquidez y todavía hay grandes interrogantes sobre el futuro de la eurozona. El mercado del oro es demasiado restringido, como lo demuestra el hecho de que ahora es prácticamente imposible comprar el metal físico.
¿Qué pasa si cae el precio del dólar?
El valor del dólar tiene tanto impacto en los precios de los productos básicos por varias razones. La principal es que las materias primas cotizan en dólares. Por lo tanto, cuando el valor del dólar cae, se necesitan más dólares para comprar los mismos productos básicos que antes.
Un dólar débil impacta el comercio internacional, la inflación y el clima político de EEUU en diversos niveles.
En nuestro país los consumidores y los importadores se verán beneficiados. Cuando el dólar baja, las compras aumentan.
El sector agroexportador se verá perjudicado porque tiene la mayoría de sus ingresos en dólares y verá cómo se encarecen sus costos de producción con precios en pesos. Por cada dólar, recibirá menos pesos.
Probablemente sería muy beneficioso para las perspectivas de rentabilidad de la deuda de mercados emergentes denominada en dólares. Igualmente los capitales se volcarían a los países emergentes.