Se conocieron los datos de crecimiento del segundo trimestre, los que causaron sorpresa en la mayoría de los analistas ya que el mismo fue mayor al esperado. Un dato que es sumamente positivo se da en un contexto particularmente raro en el cual el contexto internacional es de grandes complejidades y a nivel interno existe una importante presión inflacionaria que se mantiene por encima de las metas que plantea el gobierno, el mercado de trabajo da señales poco claras y el salario real sigue a la baja.
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Más de lo esperado
El BCU dio a conocer el pasado viernes 16 de setiembre el dato de PIB donde se concretó un aumento mayor a la mayoría de las previsiones. Si se analiza desde el punto de vista del destino el mismo se da a nivel de todos los componentes a excepción del consumo privado que se mantiene en los mismos niveles que el primer trimestre del año. Por otra parte, si se observan desde el origen los diferentes sectores, se observa dinamismo en casi todos menos en administración pública.
El sector agropecuario que subió 17% interanual, lo que se condice con la producción y exportación de cultivos de verano en especial la soja, que fue una muy buena zafra a muy buenos precios, y también de la pecuaria con niveles elevados de faena.
Respecto al mismo período del año anterior podemos decir que “Energía eléctrica, gas y agua” mostró una suba de 11,2%; “Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones” aumentó 9,5%; el agregado “Comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas” aumentó 6,1% (destacándose un mayor dinamismo asociado a rubros mayoristas y a la actividad turística) y la Construcción subió 4,9% (vinculado a las obras del Ferrocarril Central y mayores obras de vialidad, de líneas de comunicación y de viviendas residenciales).
Respecto a 2021, desde la perspectiva de la demanda, el crecimiento se explicó fundamentalmente por un aumento muy importante de las exportaciones que alcanzó un 16%, seguido de la inversión, que fue de 8%, y de las exportaciones (que subieron 16,3% en esa misma comparación). Por el contrario, si bien el consumo privado se incrementó 5,6% en términos interanuales, según nuestra extracción desestacionalizada permaneció estable frente a enero-marzo (contrastando con la trayectoria alcista vista en los tres trimestres previos). Esto es consistente con el deterioro del mercado laboral en lo que va de este año y con la caída de los salarios en términos reales.
¿Tipo de cambio en alza?
El valor del dólar se mantiene sin cambios, pero se espera que tienda a subir dado su fortalecimiento a nivel global. Existe una realidad que son los importantes niveles de exportación; vienen trayendo un importante ingreso de divisas que explica el dólar bajo. Los valores a nivel mundial del tipo de cambio, que con la política de la Reserva Federal plantea seguir fortaleciéndose, estarían marcando que Uruguay podría no ser la excepción. Las consultoras y la encuesta de expectativa de Actividad del Banco Central pronostica un dólar en el entorno de $U 42 para fin de este año y en el entorno de $U 45 para fines de 2023. Pero de acuerdo con los acontecimientos de las últimas semanas podría darse un dólar aun un poco más alto, lo que puede implicar algunos riesgos adicionales.
Resultado fiscal
El déficit del sector público consolidado pasó de 4,1% a 2,8% del PIB en el año móvil a julio, mejorando un 1,3% sin considerar el efecto de los “cincuentones”, que es habitual separarlo para disponer de un dato comparable. La mejora en el déficit se da en algunas mejoras en la recaudación asociadas al crecimiento de la actividad, pero fundamentalmente a una caída en los niveles de gasto público con niveles de 1,4% en gasto primario del gobierno central y el BPS. En los ingresos se destacó el aumento de BPS mientras que el resto de los componentes fue estable en el sentido que subieron en proporción a la suba del PIB.
La meta fiscal estaría siendo priorizada a la mejora salarial, ya que mientras mejora el producto, sigue alta la inflación y mejoran la recaudación y los resultados fiscales, una vez más la recuperación del salario real se postergó por parte del gobierno y se condicionó al desempeño económico de los próximos años.
Inflación persiste alta
Los niveles inflacionarios se mantienen altos pisando los dos dígitos y por fuera del rango meta, sin indicios de que existan condiciones para que se den a la baja. La inflación anual sigue igual, en 9,53%, según el último dato que publica el INE. El gobierno sigue manteniendo las metas y el resultado de inflación esperada justificado, según el último informe del Comité de Política Monetaria, en reforzar la política monetaria contractiva con una suba de la tasa de interés para contener las presiones inflacionarias. Estas medidas, pueden tener consecuencia a futuro en los niveles de crecimiento más considerando un contexto mundial en dificultades.
Un aspecto para resaltar es que la inflación viene siendo particularmente preocupante en los alimentos. Y también se explica por factores internos como externos.
Rango meta 3%-6%.
Expectativas de inflación 6,90%.
Inflación 9,53%.
En este contexto los salarios siguen comprometidos y el aumento que se dio en entre junio y julio no compensó la pérdida y se sigue postergando la recuperación.
A modo de reflexión
A muchos nos ha resultado llamativo que se vuelva a hablar de la “teoría del derrame”, según la cual lo importante en términos de política económica era potenciar el crecimiento y dejar a la economía actuar por sí sola, que se generaría un efecto goteo o derrame a través del cual los beneficios del crecimiento llegarían a todos los sectores. La base teórica fueron los aportes de S. Kuznets durante los años 50, según los cuales se debía esperar el crecimiento del producto per cápita en países en desarrollo era la base primera para luego generar distribución. La década del 90 fue un claro ejemplo de falla de la economía del derrame y muchos de los impulsores de esta, incluyendo organismos internacionales como el Banco Mundial, dieron marcha atrás en muchos de sus postulados y recomendaciones. Esta teoría que resultó insuficiente en diferentes realidades ahora vuelve al ruedo y en un escenario donde cabe mencionar dos elementos. Mientras se ve que el producto crece, no se da ninguna señal en términos de distribución y quienes hicieron los mayores esfuerzos en los tiempos de pandemia siguen esperando; en un contexto internacional muy complejo, ¿cuál es el tiempo de espera para probar la teoría del derrame ya fallida? Por otra parte, no existen apoyos concretos y la propia necesidad de buscar potenciar el dinamismo de actividades hace que se generen beneficios e incentivos.
Más de lo esperado funciona en dos aspectos: por un lado, un crecimiento del Producto por encima de las expectativas; por otro, una realidad, que a pesar del aumento del PIB per cápita, el crecimiento no llega por sí solo.
Textos: Ec. María Noel Sanguinetti