No es la primera vez que los casos de abusos de funciones y prácticas que pueden tipificarse de corrupción tienen como protagonistas a las autoridades militares de Cantinas Militares.
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Tampoco es la primera vez que una auditoría realizada bajo los distintos gobiernos advierte a las autoridades políticas y civiles del Ministerio de Defensa de la necesidad de poner coto en esa suerte de ente autónomo en el cual se convierte el servicio de Cantinas, gobernado por los caprichos del director de turno.
Bajo la última administración frenteamplista fue escandalosa la gestión del coronel Arturo Astudillo, denunciado por prácticas que iban desde casos de acoso laboral y sexual, hasta manejos inescrupulosos de las finanzas y los contratos con proveedores en su provecho.
El coronel Astudillo fue sancionado por el entonces ministro frenteamplista José Bayardi.
Removidas las autoridades de Cantinas Militares, en el medio de los cambios en el gobierno nacional y las autoridades del Ministerio de Defensa, una nueva denuncia se vuelve a presentar contras las autoridades del servicio, de la cuál informó oportunamente Caras y Caretas en el artículo «Huele fétido en Cantinas Militares» en setiembre del año pasado.
Actos de corrupción, abuso de poder y de funciones, acosos laborales e irregularidades administrativas y financieras, son algunos de los elementos que la Fiscalía de Delitos Económicos, a cargo del Fiscal Enrique Rodríguez, sigue investigando.
Desde setiembre del año pasado a mayo de 2021, varias cosas pasaron en Cantinas. La auditoría realizada confirmó algunas de las denuncias presentadas a Fiscalía, pero no necesariamente las más importantes.
Muchos contratos del personal civil no fueron renovados o los que estaban aún vigentes sufrieron algún tipo de medida sancionatoria por la vía de traslados y designación de funciones muy por debajo de las capacidades.
El ministro Javier García removió a alguna de las autoridades de Cantinas Militares, pero también fueron removidos funcionarios militares, casualmente testigos de las denuncias presentadas.
Una de las tenientes que presentó denuncia fue primero traslada al Servicio de Material y Armamento y luego se le asignó como destino una unidad en Minas, Lavalleja, una forma elegante de obligarla a solicitar retiro voluntario.
El mayor Miguel Conti, jefe de adquisiciones de Cantinas Militares y uno de los principales denunciados, fue discretamente trasladado al Comando de Apoyo Logístico del Ejército.
Los escasos sumarios administrativos llevados adelante por el Ministerio de Defensa, a pesar de seguir en curso la denuncia penal, no hallaron méritos sobre algunas denuncias de acoso laboral, encontrando en el salomónico cambio de destino la justicia necesaria.
Fuentes del Ejército informaron a Caras y Caretas que hay un malestar generalizado con la actuación de las autoridades del Ministerio con respecto al manejo sobre las denuncias presentadas.
Tomando una sugerencia de la auditoría, en enero de este año se conformó una comisión presidida por el subsecretario del ministerio, el coronel retirado Rivera Elgue, y tres profesionales de la cartera, a fin de determinar las funciones de Cantinas Militares y definir el marco jurídico del servicio con respecto al resto de la estructura del ministerio, marco jurídico que curiosamente no existía.
A pesar de que la comisión todavía no se expidió, nuestras fuentes adelantan que parte de las resoluciones de la comisión seguramente apunten a eliminar varios puestos de ventas de Cantinas Militares y hacer desaparecer el personal civil, personal que por desprolijidades en los contratos y en la forma de vínculo ha ganado varios juicios laborales presentados contra el ministerio.
«La vuelta a García está pagada», nos reveló una fuente. «Cantinas militares es la maniobra diversionista que se presentará como una de las grandes transformaciones de gestión de un ministro que desconoce la tormenta que se está armando dentro del Ejército a sus espaldas».
Jugando con fuego
En todas las ramas de las Fuerzas Armadas hay un convencimiento de que Javier García está utilizando el Ministerio de Defensa para su carrera política y algunos hasta sospechan de que ambiciona una futura candidatura presidencial.
Si bien reconocen que está dentro de las reglas de juego que una nueva autoridad renueve los cuadros ministeriales con su personal de confianza, alertan que la imposición en lugares claves de la estructura militar de militantes del Partido Nacional está desequilibrando arriesgadamente los distintos grupos de poder, particularmente dentro del Ejército.
Nuestra fuente pretende tranquilizarnos cuando dice que por el momento no hay ningún aventurero que ponga en riesgo la institucionalidad, pero no deben confundirse el acatamiento y subordinación a la constitucionalidad con la lealtad al ministro político de turno, y subraya que en la jerga militar “el político” tiene un cierto sentido peyorativo y Javier García es visto por la oficialidad como el prototipo “del político profesional”
Es la economía, estúpido
Cierta parte de la oficialidad de la Armada está molesta con García por el tratamiento que este le dio a esa fuerza en lo presupuestal.
En la Fuerza Aérea, la oficialidad se divide entre quienes vieron jerarquizadas su función por los vuelos humanitarios hasta quienes sintieron vergüenza ajena por el manejo en la compra de los aviones Hércules y los fletes de las congeladoras para las vacunas contra la covid-19.
En el Ejército tienen la sensación de que García camina perdido sobre una alfombra de huevos.
Fuego cruzado
Las denuncias de acomodo de familiares dentro del Ejército por parte de algunos oficiales y denuncias de gestión corren como reguero de pólvora vía WhatsApp.
Alguna de esas denuncias son parte de silenciosos tiroteos entre distintas fracciones del arma, otras son probablemente maniobras de contrainteligencia.
Es verdad que García heredó el «tablero de ajedrez» dejado por Manini Ríos dentro del Ejército, lo que a veces se asemeja a un campo minado.
Un primer gran grupo dentro del arma son los oficiales maninistas en actividad, que encuentran en Cabildo Abierto su marco de referencia política y, al igual que en otras instituciones del Estado (ASSE), tienen sus tensiones con los cuadros fieles al Partido Nacional.
Dentro de estos, la logia Tenientes de Artigas es su fracción más dura y en permanente actividad, con recobrada autonomía dentro del Ejército a partir de la desvinculación del arma del actual senador Guido Manini.
Enfrentado claramente a este grupo, muchos militares que recientemente pasaron a retiro pero que conservan influencia dentro de la oficialidad, se encuentran los que sienten que Manini Ríos les soltó la mano dejándolos literalmente de a pie, lo que en términos militares implica sentirse traicionados.
Estos son los que tienen una visión más crítica sobre la gestión del actual comandante en jefe, el general Gerardo Fregosi, al que acusan de hacer la vista gorda ante varias irregularidades por parte de sus subordinados.
Jugando su partido y tratando de mantenerse al margen con un perfil muy bajo, pero consolidando su influencia, los integrantes de la logia masónica Caballeros Orientales contemplan los distintos movimientos de los distintos grupos en sus disputas de poder.
Los “cuquistas”, como se les denomina a los militares militantes del Partido Nacional, recuperan rápidamente los espacios perdidos en los últimos 20 años.
Entre ellos, la dirección de la Escuela Militar es uno de los botines de guerra más disputados.
Las estrechas relaciones retomadas por el gobierno de Luis Lacalle con el Comando Sur de Estados Unidos reorientan a las Fuerzas Armadas dentro de la estrategia geopolítica del Pentágono, que busca aislar la mayor cantidad de naciones de la «Ruta de la seda» y alinearlas contra la expansión de China.
Esta mirada es importante y explica una diferencia sustancial entre el nacionalismo conservador posfranquista, muy permeado por el neoliberalismo económico de los blancos, y el nacionalismo de los Tenientes de Artigas y el discurso de varios dirigentes de Cabildo Abierto y el propio Manini, que han realizado críticas a las políticas que abren las puertas a las multinacionales y al sistema financiero internacional.
Los de la gorra
No responden a ninguna logia. Ni tenientes, ni masones ni cuquitos, aunque todos medio mezclados. Hay otros que adhieren a los partidos tradicionales, pero con independencia orgánica de todos ellos y que enarbolan un discurso anticomunista e incluyen un rechazo al manejo político dentro de la fuerza.
Son coroneles y capitanes que están capitalizando varios descontentos y que dicen “que todos son los mismo”, antesala de “que se vayan todos”.
Son muchos que fueron sancionados por intentar sumarse a los juicios presentados por otros oficiales de la Armada y la Fuerza Aérea contra la nueva Ley Orgánica y que como un gesto de disconformidad están solicitando los pases voluntarios a retiro.
Su fuerza, sumando los militares en actividad y en retiro, no es cuantificable, pero son los que están dispuestos, si Javier García sigue pisando huevos tapándose los ojos con la bandera del Partido Nacional como una venda, a buscar la remoción, como primer movimiento, del General Fregosi, y si no se termina de entender el mensaje, del propio ministro.
La vuelta servida sobre el mostrador ya se la dejaron pagada.
Granadas de fragmentación
Esta es la historia de Alejandra Fernández, la hija del general Ricardo Fernández, y Agustín Montaner, hijo del general Ricardo Montaner.
No sería importante si sus padres no hubieran usado sus influencias para abusar de su autoridad y conseguirles no solo trabajo a sus hijos, sino también armarles la carrera como oficiales del escalafón de apoyo.
Empezó todo en el año 2018, cuando expulsan de la Escuela Naval a Agustín Montaner por problemas de consumo de marihuana. Después “papá” le consigue trabajo en la “caja militar” del Ministerio de Defensa y lo manda a trabajar al Instituto Militar de Armas y Especialidades.
Por otro lado, Alejandra Fernández, le pide a “papá” que le consiga trabajo, siendo profesora de natación, entonces al padre se le ocurre la idea de hacerla ingresar en el Instituto Militar de Armas y Especialidades en el año 2019, ordenándole a su “amigo”, el director de entonces, coronel Luis Prat, que la ingresara como soldado para que ese mismo año pudiese dar el concurso para oficial de apoyo.
También el general Ricardo Fernández (papá) habla con el general Montaner (papá), que estaba en el Comando del Ejército y entre los dos arman la jugada para que los “nenitos de papá” sean oficiales de apoyo.
El ministro debe saber que las vacantes para oficiales de apoyo se ganan por concurso acorde a las vacantes que haya en ese momento, debiendo poseer un título terciario para poder presentarse.
El que relata disputaba una de las vacantes disponibles para informática, la cual conseguiría sin problemas dado que alcanzaban para todos lo que nos habíamos presentado.
Pero ese año solo había una vacante de oficial de apoyo para educación física, por lo que necesitaba más vacantes para los dos “nenes de papá”. Encima se presentó una mujer a la vacante de educación física, que, pese a los esfuerzos para que renunciara, lo hizo igual, siendo entonces tres personas para una sola vacante de educación física.
Para mejor, el general Montaner tuvo que conseguir un “diploma” para su “nene”, Agustín Montaner, para que pudiera concursar, por supuesto uno trucho, de un curso de fitness que duró un mes y que obviamente no era de nivel terciario. Para ello otra vez el coronel Luis Prat autorizó esta grave irregularidad.
Estando en el concurso que se realizó en el Instituto Militar de Armas y Especialidades, la misma Alejandra Fernández nos decía a todos: “Mi padre me consiguió la vacante y yo voy a salir primera”, pero esta “nena”, aparte de mala persona, es una gran burra y salía última en las pruebas.
Cuando le daban la nota, llamaba a “papá” y este presionaba al tribunal, como nos diría el teniente coronel Gutiérrez, excusándose sobre lo que estaba pasando cuando le pedimos explicaciones.
“No puedo hacer nada, estos están acomodados y esta Alejandra Fernández ya me cagó a manazos con el padre y nos tiene meta informes, mi jefe, el coronel Aranco, no aguanta nada y encima si no le ponemos buena nota, nos mata”.
Para colmo de males, la mujer les ganó a los dos “nenes de papá”, por lo que los “papás generales” abusaron de su autoridad para sacar dos vacantes disponibles para informática para cambiarlas por educación física, para que los “nenes” pudieran obtenerlas, pero de eso nos enteraríamos mucho después.
Así nomás se consumó el robo de las dos vacantes y se las dieron directamente a los “nenes de papá”. Y nos dejaron impotentes ante tanta corrupción y desidia.
A esta altura ya deben ser oficiales de apoyo los dos, pero en el camino cagaron a buenas personas sin importarles nada, viendo que en el Ejército campean la corrupción y el abuso de funciones.
Un día veo en la noticias que al general Ricardo Fernández lo dan de baja por acosador y golpeador de su amante, la capitana de apoyo Gabriela Hospital, y claro, si era una mala persona, un gran corrupto, y nadie hacía nada ni hizo. ¿Dónde están los tribunales de ética o como se llamen para estos señores?
Lo único que le pedimos, señor ministro, es que investigue lo que decimos y que cuando se dé cuenta, corrija esta corrupción que ensucia al Ejercito.
Nosotros, lo perjudicados, no queremos nada, pero si callamos, estos señores seguirán perjudicando a más gente y nosotros seremos cómplices de estos corruptos malnacidos».
(Uno de los mensajes que circulan por las redes)