Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Editorial

El planeta de los simios

Las dos caras de la derecha uruguaya

Por Alberto Grille.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Aunque parezca imposible, en tiempos de robótica e innovación, el pasado nos acecha. La derecha avanza en todo el mundo para derogar las conquistas sociales, económicas y políticas.

Y lo hacen a sangre y fuego. Son feroces y, como se puede imaginar, van por todo.

Van con dos discursos, una mano por aquí y otra por allá. Te dicen que van a terminar con la pobreza, pero recurren a enormes ajustes fiscales para transferir masivamente ingresos de los pobres a los ricos, eliminar los programas sociales y privatizar lo que puedan de las empresas y bancos públicos para venderlos a sus amigos y socios del extranjero.

El primer manotazo es para destruir las instituciones que protegen a los trabajadores, jubilados y sectores vulnerables.

Por eso, el primer acto de gobierno de Jair Bolsonaro fue eliminar el Ministerio de Trabajo.

En Uruguay, el principal candidato electoral desafiante, Pompita Lacalle Pou, conocido como “Llamame Luis”, presentó seis meses atrás su programa, denominado Un gobierno para evolucionar.

En él, dijo que su gobierno mantendría los Consejos de Salarios, pero esta misma semana, en Río Negro, anunció que desea hacer cambios en la negociación colectiva.

Lacalle Herrera, Licandro, Pompita y los Consejos de Salarios

Uno de los gustos que el gobierno declaradamente oligárquico de Luis Alberto Lacalle Herrera, el orgulloso papá de “Luis”, pudo darse fue eliminar los Consejos de Salarios (organismos de integración tripartita, conquista social refrendada por la Ley 10.449, que establece categorías laborales, remuneraciones mínimas y variados beneficios y salvaguardas para los trabajadores y mecanismos democráticos de negociación), política que fue mantenida, digámoslo, en el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti y en el de Jorge Batlle.

Tuvo que venir el Frente Amplio para que trabajadores, empresarios y Estado se sentaran en un ámbito formal a negociar nada menos que las condiciones laborales, entre ellas, las retribuciones. Pasaron casi 15 años sin negociación salarial colectiva.

Como bien se sabe, el sueño de la derecha consiste en atomizar las negociaciones laborales de forma que el trabajador, aislado de los suyos, deba enfrentar al poder de las empresas. Por eso los trabajadores quieren las negociaciones colectivas, mientras que los empresarios quieren negociación por sindicato, por empresa y por trabajador y, si es posible, eliminar todo tipo de negociación.

Es gracioso cuando se habla de “conciliación social”, “cultura de cooperación” o de que no existe la lucha de clases.

La oligarquía con sus políticas lo desmiente porque opera siempre según los intereses de los ricos y a veces de los más ricos.

Como dice un amigo: son marxistas de derecha.

¿Qué propone el oligarca “Luis”?

“Luis” quiere cambios en los Consejos de Salarios. Pompita, su otra personalidad, hablando en Río Negro, “se mostró partidario de flexibilizar los Consejos de Salarios y adaptarlos al mundo que se vive, y anunció que si llega al gobierno, cambiará la cultura del conflicto por la cultura de la cooperación”. Unos días después, en Mercedes, sostuvo que no parece lógico mantener un Consejo de Salarios en igualdad de condiciones geográficas: “No es lo mismo trabajar en un supermercado en Montevideo que en Santa Catalina que hacerlo en cualquier punto del interior del país”.

El mecanismo que está proponiendo, al fragmentar las negociaciones, lo que busca lograr es que aquellos sindicatos o empresas deban negociar en soledad, muchas veces sin asesoramiento ninguno, y sin el respaldo de la central obrera, Pit-Cnt, con el empresario, dueño del medio de producción y del despido.

Imagine el lector lo que le espera al trabajador del interior del país y sobre todo al del Uruguay profundo y al del campo si tienen que negociar con el patrón del pueblo, uno contra uno.

Más adelante, Pompita, volvió a hablar del tema “productividad”, que los trabajadores asociamos a más horas de trabajo o a lo que siempre llamamos “tasa de explotación”.

Pompita desnudó a orillas del Hum lo mejor de su pensamiento y nos recordó que “Productividad es que se trabaje más y se gane más. ¿Y eso qué es? Que el empleado sea un buen trabajador para la empresa y que el dueño de la empresa sea un buen patrón. Si la empresa tiene más números, más rédito, que el empleado se beneficie”, terminó el estadista filósofo.

Eso sí, que nadie controle esas relaciones laborales, que nadie regule y que todo quede librado al criterio del “buen patrón”.

Pompita en el litoral se desnudó del todo, pero su perfil British se le nota mucho. Sanguinetti se lo va a cobrar, estemos seguros, porque no se puede pasear tanta pituquería impunemente.

No puede engañar a ningún trabajador, a ningún pobre, a ningún pequeño productor sobre sus verdaderas intenciones de oligarca nato, hecho y derecho.

Son marxistas de derecha, creen en la lucha de clases, siempre del lado de los ricos y poderosos.

Lo que dicen y lo que realmente harían

Ya vimos que el discurso que elaboraron para él sus asesores es la reafirmación un poco tonta de que en un eventual gobierno, no se tocará nada de lo bueno y todo se hará mejor.

Pero para entender la política actual de los precandidatos de la oligarquía, además de ver su pasado, incluyendo si amerita el genealógico, el votante debe ver qué dicen sus operadores principales, los que verdaderamente van a tomar medidas de gobierno.

Vamos a ver enseguida qué dijo el economista Gustavo Licandro, que fue hombre de Ramón Díaz en el Banco Central del Uruguay (BCU), subsecretario de Economía en el gobierno de Luis Alberto Lacalle de Herrera, presidente del Nuevo Banco Comercial, vicepresidente de la Cámara de Comercio y Servicios y hombre del establishment aguerrondo-lacallista.

Pero antes vamos a refrescar lo que dijeron el doctor Ignacio de Posadas (que nadie puede pensar que estaría ajeno a un gobierno blanco) en El País y el propio Pompita en El Observador.

El ajuste fiscal según Posadas y según Pompita

El primero que empezó a decir la verdad del plan del lacallismo si llegan al gobierno fue Ignacio de Posadas, hombre fuerte del herrero-aguerrondo-lacallismo en el campo económico.

El gran vendedor de SAFI y beneficiario de exoneraciones millonarias de gobiernos frenteamplistas dijo: “La elección que se viene es de enorme importancia y es tiempo de pensar en enfocarla con seriedad. Empezando por los candidatos. Tienen que prepararse y preparar a la gente para la realidad que habrá que enfrentar, un ajuste fiscal, cuando eso será la menos dura de las decisiones que la realidad nos impondrá”.

Dijo lo que quería decir. Al fin y al cabo, está claro que el lacallismo quiere un ajuste fiscal.

Pompita quiere hacer un ajustazo fiscal y va por el lado dela reducción del Estado y el abatimiento de los derechos y los salarios de los trabajadores, activos y pasivos.

Y para que no queden dudas, Lacalle se parece a De Posadas. Dicta doctrina diciendo que “el gradualismo, aplicado de determinadas maneras, termina siendo inerte, no sirve, no genera consecuencias ni resultados”, y preguntado sobre si busca un shock, declara, majestuoso: “Un shock de austeridad. De una. Si no lo hacés rápido, los efectos negativos se extienden en el tiempo. Por ejemplo, si hablás de medidas sindicales: ¿para qué las vas a extender en el tiempo si sabés que las vas a tomar? Cuanto más demores, su efecto va a ser mucho más lento”.

Acá está la madre del borrego. La austeridad, el ajuste, el apriete, y con ellos la represión, es el destino que nos espera si gana la derecha.

El “factor Licandro” y la obsesión por los Consejos

El miércoles 27, en un desayuno organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), el exsubsecretario de Economía del gobierno de Luis Alberto Lacalle de Herrera, el economista Gustavo Licandro, hombre ingresado al gobierno por el Dr. Ramón Díaz y que fue presidente del Nuevo Banco Comercial y de la Cámara de Comercio y Servicios, afirmó que se debe “volver a eliminar el funcionamiento de los Consejos de Salarios” y también el salario mínimo.

Sostuvo que los salarios los “debe fijar el mercado”, que ya sabemos que es la jungla en la que mandan los poderosos. Lacalle Pou intentó tomar distancia de sus dichos afirmando por Twitter que Licandro, hombre de siempre del herrerismo, no pertenece a su equipo económico.

El precandidato frenteamplista, exministro de Economía y expresidente del Banco Central doctor Mario Bergara, publicó en redes que “la mejora del bienestar de miles y miles de trabajadores y la reducción sustancial de la pobreza se deben en buena medida a la negociación colectiva y al aumento del salario mínimo. En estas cosas es que quedan claras las distancias ideológicas”.

Agregó que “los desafíos del empleo no se resuelven con rebajar salarios ni desmantelar derechos laborales”.

El secretario general del Pit-Cnt, Marcelo Abdala, declaró a la prensa que “Muchos piensan igual que él [Licandro], pero no se animan a decirlo. Él es parte del elenco gobernado por Lacalle Herrera, liquidó los Consejos de salarios, y siempre tuvo esa opinión, con la que yo discrepo de cabo a rabo».

Una vez más, y vista esta obsesión en eliminar o «adecuar» al gusto de los patrones los Consejos de Salarios, queda muy clara la alternativa para los uruguayos.

Si gana la fórmula virtual Lacalle Pou-Sanguinetti o Sanguinetti-Lacalle, según quién vaya a disputar el balotaje con el candidato del Frente Amplio, ya sabemos qué suerte correrán los Consejos de Salarios y que habrá un durísimo ajuste fiscal: eso lo dicen sus operadores más expertos.

Si, por el contrario, triunfa el Frente Amplio, Uruguay continuará creciendo como desde hace 15 años y promoviendo la inclusión y los valores.

Nadie puede no darse por enterado. El problema es pasado o futuro. El riesgo que nos espera es como si cayera la bomba atómica, es volver a épocas en que reinaban las cucarachas.

Aunque usted no lo crea y le parezca una exageración. Basta mirarse en el espejo de la Argentina de Macri para ver lo que son los pitucos en el gobierno .

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO

Te puede interesar