Por Víctor Carrato
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Rodríguez instó a buscar mecanismos para que la inversión de UPM no afecte la cotización del dólar. Los exportadores tienen expectativa en que se revierta la tendencia en el tipo de cambio, y recordó que el sector exportador está en caída.
Alberto Graña dijo en Informativo Sarandí que la UE está profundamente equivocada al afirmar que la intervención de la autoridad monetaria es asimétrica con respecto al dólar. Aclaró que desde el 2009 el BCU ha comprado más dólares de los que ha vendido, “por lo que no se sostiene ni un segundo hablar de asimetría”.
El 2 de enero de este año el dólar costaba en Uruguay 31,65, a la compra, y 33,05 a la venta. El 24 de julio, el dólar cotizaba 33,40, a la compra, y 34,90, a la venta. Las quejas de la ec. María Laura Rodríguez no parecían sustentarse.
El viernes 26 de julio se reunieron el BCU y la UE. Acordaron trabajar juntos para contener la caída del dólar y anunciaron la aplicación de nuevos instrumentos para regular el mercado de cambios. Graña dijo en rueda de prensa que una de las herramientas “es la ampliación del mercado de futuro”. Indicó que esa modalidad fue “central para el control de costos en Ancap y el mantenimiento de tarifas anunciado en las últimas horas por autoridades del ente”.
Pero el dólar va a seguir bajando, porque es una política decidida por el presidente Donald Trump. La Reserva Federal bajó este miércoles las tasas de interés, aunque se supone que la FED tiene autonomía.
Pero, ¿qué son los bancos centrales en las distintas economías del mundo?
Sveriges Riksbank
El Banco de Suecia (Sveriges Riksbank) es el banco central del Reino de Suecia. Fundado en 1668, es el banco central más antiguo del mundo. Con sede central en Estocolmo, es la autoridad monetaria de Suecia, está encargado de acuñar las monedas y billetes de la corona sueca. Es miembro del Sistema Europeo de Bancos Centrales.
Su primera nomenclatura fue Stockholms Banco (también conocido como Banco de Palmstruch), que fue fundado por Johan Palmstruch en 1656. A pesar de que el banco era privado, fue el rey de Suecia quien eligió a su director: en una carta a Palmstruch le dio permiso para operar de acuerdo a las normas estatales.
En 1968, en el tricentenario de su creación, se creó el Premio del Banco de Suecia de ciencias económicas en memoria de Alfred Nobel, erróneamente llamado Nobel de Economía.
Tras el declive natural en el uso de efectivo por parte de la población sueca, el Banco de Suecia introdujo la idea de una divisa digital regulada por ley: la e-krona, o corona digital. Las propiedades de la divisa serían esencialmente las mismas que las de su equivalente en efectivo, con la salvedad de que serían distribuidas en formato digital.
Bank of England
El Banco de Inglaterra (Bank of England) es el banco central del Reino Unido y es el encargado de dictar la política monetaria del país a través de su Comité de Política Monetaria. Entre otras, su función es la de emitir y controlar la circulación de la libra esterlina.
El Banco de Inglaterra, al igual que el banco de Francia y Alemania, no comenzó -como usualmente se piensa- como banco estatal ni como empresa de la corona, sino como banco privado, controlado en buena medida por la dinastía banquera europea que se había instalado en forma familiar en Inglaterra, Francia, Alemania, Austria e Italia: la familia Rothschild, junto con sus asociadas Kuhn, Loeb, Lehman, Warburg, etc. El clan Rothschild poseía un enorme poder financiero en toda Europa, pero deseaban aumentarlo y así establecer las políticas financieras en los principales países europeos. El Banco fue fundado en 1694, seis años después de la Revolución Gloriosa, y fue nacionalizado el 1 de marzo de 1946 a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Es el segundo Banco Central creado en la historia, después del Banco de Suecia.
Pertenece al Sistema Europeo de Bancos Centrales, si bien, como el Reino Unido no ha adoptado el euro, no ha cedido sus competencias en materia de política monetaria al Banco Central Europeo.
El actual gobernador del Banco de Inglaterra es Mark Carney, quien accedió al cargo con 48 años y es canadiense, convertido por tanto en el primer extranjero en tomar las riendas del banco emisor inglés en los casi 320 años de historia. Mark Carney asombró al mundo cuando se descubrió que acudía a trabajar en el metro en su primer día en el banco.
El 11 de setiembre de 2018, Carney anunció por carta al ministro de Economía del Reino Unido, Philip Hammond, que extendería su mandato hasta enero de 2020 para “promover un brexit suave y una transición efectiva dentro del Banco de Inglaterra”.
El Banco de Francia
El 6 de febrero de 1800 se creó el Banco de Francia, gracias a un formidable tráfico de influencias. Fue la obra de Luis Bonaparte y su imperio, heredado del gran Napoleón. Marx escribió un libro llamado El 18 Brumario de Luis Bonaparte, donde aparece su frase célebre, que quedó para la posteridad. “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa. Caussidière por Dantón, Luis Blanc por Robespierre, la Montaña de 1848 a 1851 por la Montaña de 1793 a 1795, el sobrino por el tío. ¡Y la misma caricatura en las circunstancias que acompañan a la segunda edición del Dieciocho Brumario!”.
El golpe de Luis Bonaparte fue financiado por un grupo de rufianes encabezados por un banquero suizo, Jean-Frédéric Perregaux, a quien no hay que confundir con el creador del reloj Girard Perregaux, que fue creado por el suizo Jean-François Bautte, en 1791.
Llegado Luis Bonaparte al poder, en pago de sus servicios, Perregaux le “sugirió” al primer cónsul la creación de una institución financiera privada, llamada Banco de Francia, única habilitada a emitir moneda, moneda cuya aceptación sería obligatoria.
El Banco de Francia, precisó Perregaux, “libre por su creación, que no le pertenece sino a particulares…no negociará con el Estado francés sino en función de sus propios intereses privados”.
Hasta ese momento usaba la moneda metálica (oro, plata, aleaciones) y el Banco de Francia se deshizo de la obligación de poseer oro y plata imponiendo el uso de la moneda fiduciaria, o sea, la circulación de trozos de papel impreso, puros papeles.
El Banco de Francia, que de francés no tenía sino el nombre, pudo así inventar, crear, emitir a partir de la nada, todo el dinero que le pareció oportuno para enriquecer a sus propietarios.
Perregaux o Perrégaux
Jean-Frédéric Perregaux (o Perrégaux) fue un francés que nació en Neuchâtel, el 4 de setiembre de 1744, y murió en Viry-Châtillon, el 17 de febrero de 1808. Fue un banquero con sede en París.
Fue el mayor de siete hijos (tres niños y cuatro niñas) de François-Frédéric Perregaux, teniente coronel que, nacido en 1716, había sido hasta 1740 oficial al servicio de Francia. Aprendió el comercio y las finanzas en Mulhouse, donde aprendió alemán en Ámsterdam y Londres, luego se trasladó a París en 1765.
En 1781, con la ayuda de su compatriota Isaac Panchaud , fundó su propio banco al asociarse con el banquero Jean-Albert Gumpelzhaimer, excorresponsal en París de varios banqueros europeos. Se convierte en un hombre rico, jugando al patrón iluminado, con una predilección por el teatro, la ópera y las mujeres bonitas.
Perregaux es el banquero de los viajeros franceses o extranjeros que vienen a París, constituyendo, a lo largo de los años, una clientela de lujo.
El 7 de mayo de 1786, el general Henry Dalrymple le escribió desde Londres para recomendarle al banquero Robert Herries, quien se convirtió en su mano derecha durante la Revolución y el Terror, para crear, en la Comuna de París, las condiciones de violencia en la Francia de los jacobinos. Pero en ese momento, aún se estaba hablando del tratado comercial entre Francia e Inglaterra, en el que Perregaux participó: Sir Robert Herries escribió: “Tiene un gran conocimiento útil sobre el tema de los acuerdos comerciales propuestos y es, como usted, un partidario cordial de cualquier medida que se considere suficiente para poner fin a estas pequeñas hostilidades comerciales durante tanto tiempo”. Por la presente, vemos que Perregaux tiene relaciones con dos verdaderos amigos de la libertad, a saber, el marqués de Lafayette y Thomas Jefferson, ministro plenipotenciario en París, a quien Dalrymple le pidió al banquero suizo transmitir la expresión de su sentimientos respetuosos.
Oficialmente asociado con el alemán Gumpelsheimer, nacido en Fráncfort, a partir del 1° de enero de 1787, Perregaux convoca al joven vasco Jacques Laffitte, quien es empleado como “tenedor de libros” para convertirse en un de los más grandes financistas del siglo XIX.
Revolución y corrupción
En 1789, Perregaux se involucra en los acontecimientos revolucionarios. Llega a ser capitán y luego comandante de un batallón desde al 1° de abril de 1791. Apoya a la monarquía constitucional hasta la fuga del rey Luis XVI hacia Varennes. Partidario del liberalismo aristocrático, su modelo de gobierno es el de la oligarquía inglesa. Desde el inicio del Imperio napoleónico, Perregaux se hace llamar “barón de Perregaux”. Era hostil a la reunión de los Estados Generales y mantuvo relaciones con los representantes de la banca británica en París, especialmente con William Auguste Miles, uno de los principales agentes ingleses de Mirabeau para obtener la no intervención de los franceses en los Países Bajos y la ruptura del pacto de familia, acuerdo de solidaridad que ligó a Francia con España durante la guerra con América.
Tanto Perregaux como la banca inglesa financiaron a los comuneros de París hasta su pérdida de influencia en marzo de 1794. El objetivo era crear condiciones de desorden e inestabilidad política para neutralizar el impulso de de la corriente política de esencia popular liderada por Robespierre.
Apoya el golpe de Estado del 18 Brumario de Luis Bonaparte, como agente del gobierno británico.
Bajo el consulado y el imperio
El 26 de diciembre de 1799, Napoleón lo nombra senador. Luego, regente del Banco de Francia desde el 13 de febrero de 1800, hasta su muerte el 17 de febrero de 1808.
El 26 de febrero de 1806 crea la sociedad Perregaux et Cie, con Jacques Laffitte, que es su brazo derecho y principal administrador desde el inicio de la Revolución.
El Banco de Japón
Como la mayoría de instituciones japonesas, el Banco de Japón nació tras la Restauración Meiji.
Esta describe una cadena de eventos que condujeron a un cambio en la estructura política y social de Japón en el período comprendido de 1866 a 1870, que abarca parte del período Edo (también denominado Shogunato Tokugawa tardío) y el comienzo de la Era Meiji. Antes de la Restauración, el sistema feudal tradicional de Japón hacía que cada región controlara su propio dinero, creando un conjunto incompatible, pero el Acta de Nueva Moneda de Meiji (1871) acabó con el viejo sistema y estableció el yen como la nueva divisa decimal. En 1882 obtuvo definitivamente el monopolio del control del suministro de dinero.
El Banco de Japón emitió sus primeros billetes en 1885 y, a pesar de algunos pequeños fallos -por ejemplo, el polvo añadido a los billetes para prevenir su falsificación los convirtió en un manjar para las ratas-, su funcionamiento fue un éxito. En 1897 Japón se unió al Patrón oro y en 1899 se eliminaron los billetes no emitidos por el banco central.
El Banco de Japón ha seguido con su labor desde entonces, con la excepción de la ocupación del archipiélago tras la Segunda Guerra Mundial por los aliados, cuando se emitió moneda militar y se reestructuró el banco hacia un organismo más independiente. Sin embargo, a pesar de la reforma de la Ley del Banco de Japón en 1997, en un intento de restarle dependencia, esta sigue siendo aún hoy insuficiente.
La Reserva Federal de EEUU
A pesar de Thomas Jefferson, la Reserva Federal (FED), Banco Central de los Estados Unidos (EEUU), nació el 2 de diciembre de 1913, como un consorcio público-privado. La participación pública se limita a la Junta de Gobernadores, con sede en Washington D.C.
Convenientemente, la Reserva Federal tiene una estructura dividida en dos partes: una autoridad central, llamada Junta de Gobernadores, con base en Washington D.C., y una red descentralizada de 12 bancos regionales diseminados en el territorio de los EEUU. La política monetaria la define el Comité de Mercado Abierto Federal (FOMC, por su sigla en inglés), que incluye miembros de la Junta de Gobernadores y presidentes de los 12 bancos regionales. Cada año la FED constata, en sus balances, un lucro del cual se habla poco o nada.
Está encargada de custodiar parte de las reservas de los “bancos miembros” estadounidenses: los federales y los estatales asociados voluntariamente.
La Junta de Gobernadores de la FED es una agencia gubernamental independiente, sin embargo, está sujeta a la Ley de Libertad de Información. Como muchas de las agencias independientes, sus decisiones no tienen que ser aprobadas por el presidente o por alguna persona del poder ejecutivo o legislativo: son decisiones de carácter unilateral. La Junta de Gobernadores no recibe dinero del Congreso y su mandato tiene una duración que abarca varias legislaturas. Una vez que el presidente designa a un miembro de la junta, este actúa con “independencia”, aunque puede ser destituido por el presidente, según lo establecido en el Código de EEUU.
Banco Central del Uruguay
El Banco Central del Uruguay (BCU) fue creado por el artículo 196 de la Constitución de 1967. Es un servicio del dominio comercial del Estado, organizado bajo la forma de Ente Autónomo y dotado de autonomía técnica, administrativa y financiera.
Su primera carta orgánica fue una ley del 30 de marzo de 1995, posteriormente modificada por otra del 24 de octubre de 2008. Antes de su creación algunas de sus funciones (como la emisión de moneda) eran cumplidas por el Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU).
Una característica muy particular del BCU la constituyó la asistencia financiera a las entidades bancarias en dificultades. Cada vez que un banco uruguayo corría riesgo de quiebra, era intervenido por el Estado uruguayo con la finalidad de preservar los depósitos de los ahorristas. Esta práctica fue habitual hasta que sobrevino la crisis bancaria de 2002. Tras la misma, se instrumentó un seguro de depósitos bancarios, con distintos montos de cobertura según la moneda del depósito.
Fue el Consenso de Washington que determinó que los Bancos Centrales debían ser “independientes”.
Las políticas del consenso original iban dirigidas hacia los países en vías de desarrollo que estuviesen pasando por crisis financiera. El término Consenso de Washington fue acuñado en 1989 por el economista John Williamson. Su objetivo era describir un conjunto de diez fórmulas relativamente específicas, el cual consideró que constituía el paquete de reformas “estándar” para los países en desarrollo azotados por la crisis, según las instituciones bajo la órbita de Washington D.C., como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los EEUU.
Las fórmulas abarcaban políticas que propugnaban la estabilización macroeconómica, la liberalización económica con respecto tanto al comercio como a la inversión, la reducción del Estado y la expansión de las fuerzas del mercado dentro de la economía interna.
El término de “Consenso de Washington” llegó a ser considerablemente usado para referirse a una orientación más genérica hacia un enfoque descrito normalmente como fundamentalismo de mercado o neoliberalismo.