Antes de que podamos sentir el olor a lluvia, el aroma previo a la tormenta lo produce el ozono. Es un olor metálico y característico que proviene de esta molécula, presente siempre en la atmósfera. Su concentración aumenta los días de tormenta, cuando los rayos favorecen a su formación.
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El ozono contiene tres átomos de oxígeno y se forma a partir de las moléculas de oxígeno presentes en el ambiente. En las capas bajas de la atmósfera predomina el oxígeno (formado en parejas de átomos). Cuando las descargas eléctricas de los rayos inciden sobre estas moléculas, los átomos se separan y se unen entre ellos dando lugar a moléculas de ozono, las cuáles podemos oler.
¿Qué es lo que produce el olor a lluvia?
Cuando comienza a llover dejamos de percibir este olor y apreciamos otro aroma, el producido por la geosmina.
Es la responsable de esa frase que solemos decir: "Huele a tierra mojada". La geosmina, que en griego significa aroma de la tierra, es la responsable de este característico olor a tierra mojada. Todo es debido a una bacteria: el Streptomyces coelicor o bacteria de Albert. Al llover, estos microorganismos se hidratan, hinchándose y liberando esa sustancia que nosotros percibimos.
El ser humano es altamente sensible a esta molécula, tanto que es capaz de detectar una de sus moléculas diluida en 200.000 moléculas de aire.
Por otro lado, la geosmina es inestable frente a los ácidos que la descomponen y estos destruyen su aroma, como ocurre en las ciudades debido a la lluvia ácida.
La geosmina, además, presenta grandes beneficios para la salud, ya que actúa como fuente de muchos antibióticos. Tampoco se debe olvidar el papel que juega en la evolución. Y es que esta bacteria resulta esencial para la supervivencia de los animales en el desierto, principalmente los camellos. Al percibir su olor, los camellos pueden tener la seguridad de encontrar agua en poco tiempo.
Los insectos también sacan partido a este elemento, pues al captarlo se dirigen hacia las zonas más húmedas.
Sin embargo, también representa un enemigo para los aficionados al vino. Cuando la uva ha sido atacada por algún hongo que la produce, en el vino se pueden presentar aromas terrosos.
Algunos hongos filamentosos como el Penicilium expansumo y algunas cionobacterias contenidas en el suelo también producen esta molécula, de olor fuertemente terroso y mohoso. Por ejemplo, se puede encontrar en las manchas marrones de una manzana que se pudre.
Olor a Petricor
En 1964, en la revista Nature, Bear & Thomas publicaron el artículo Nature of Argillaceous Odour. Allí describían el petricor como un olor único derivado de rocas y que se liberaba con la lluvia al mismo tiempo que la geosmina.
Pero el aroma del petricor es más fresco, más dulce, etéreo y difuso. En general se describe como un olor agradable. El petricor es un compuesto químico contenido en el aceite que Thomas destiló de los vapores de roca. Al igual que la geosmina, se libera de su sustrato por acción de la lluvia o en situaciones de alta humedad.