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Lo que el Gobierno no quiere que digamos sobre Arbeleche y Bonomi

Por Enrique Ortega Salinas.

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La ministra de Economía y Finanzas da pena, porque tiene que salir a dar la cara por los desastrosos resultados de las decisiones tomadas por Luis Lacalle Pou, sopladas al oído por el ministro de Economía en las sombras, Isaac Alfie.

Nos la puede pintar como quiera, pero la verdad es que el ahorro de que hace gala el gobierno se hizo a costa de:

  • Suba de tarifas. La nafta subió 15,5%, el gasoil 14,5% y los salarios 6,9%.
  • Suba de impuestos de manera indirecta con quita de 2% a devolución de IVA en compras con tarjeta de débito, la cual estaba en 4%. Para los pagos en restaurantes con tarjeta de crédito, el beneficio, que estaba en 9%, bajó a 5%.
  • Recorte de políticas sociales.
  • Quitas en salarios y jubilaciones.

 

Y mientras, el presidente dice que no se han subido los impuestos.

Por otra parte, crecimos gracias al aumento de la demanda internacional y de los precios (lo que antes la derecha llamaba “viento de cola”); pero pese al récord histórico de exportaciones y precios espectaculares, bajaron los salarios y se concentró más la riqueza.

Y sí… hubo derrame… pero se fue para el exterior, porque las familias más ricas del país multiplicaron de manera extraordinaria sus depósitos en bancos del extranjero. Entre los depósitos en la banca nacional e internacional se registran más de 8.000 millones de dólares; más de la mitad de las reservas que el Frente Amplio dejó en el Banco Central. Solo en 2020, los depósitos bancarios de los sectores privilegiados se incrementaron en 4.000 millones de dólares, mientras también crecían los depósitos en el exterior.

Por otra parte, Azucena tendría que revisar sus cifras sobre pobreza infantil, porque hizo un papelón con eso.

Y sí… la pobreza infantil bajó… aunque haya que hacer trampa para exponer los resultados. La ministra comparó el informe anual sobre la pobreza de 2019 con el semestral de 2021, lo que da una caída de 0,9 puntos en los niños de seis años. Lo que no dijo es que la pobreza en niños de edad escolar aumentó 2% y, entre adolescentes de 13 a 17 años, 3,6%.

Y sí… el gobierno ajustó los salarios… pero, tal como informó COFE, la inflación del año 2020 (medida por la evolución del IPC) fue de 9,41%, mientras que el ajuste salarial del 1 de enero de 2021 fue de 4,41%. Pasando raya, la pérdida salarial fue de 5%. Luego, la evolución del IPC del año 2021 fue de 7,96%, mientras que el ajuste salarial del 1 de enero de 2022 fue de 7%, por lo que la pérdida salarial fue de casi un 1%”.

Conclusión: el gobierno cumplió la palabra dada a Un Solo Uruguay, Cámara Industrial y Federación Rural (la cual, obviamente, promueve el NO para el 27 de marzo) y en dos años bajó un 6% los salarios, ahorrando con ello 400 millones de dólares en plena crisis sanitaria y económica. Aquí debemos acotar que la crisis solo afectó a las clases media y baja, porque a la alta le ha ido fabuloso. Y a los políticos también. No olvidemos que, lejos de dar el ejemplo en un momento tan duro, el presidente aumentó su propio sueldo y el de varios cargos de confianza.

El Frente Amplio aumentó durante quince años consecutivos los salarios y jubilaciones por encima de la inflación; mientras que el herrerismo hace lo contrario y nos trata de convencer de que son unos genios.

Como prometió Sanguinetti, están desplumando al pollo pluma por pluma, para que no chille tanto. Ahora, hablando de pollos y considerando las estadísticas que maneja Arbeleche, viene bien recordar la definición de tal palabra: la estadística es la ciencia por la cual, si un hombre come dos pollos y otro hombre ninguno… ¡dos hombres comieron un pollo cada uno!
De todas maneras, cuando te sientas deprimido por tu pobreza, recuerda que le pagaste un pasaje a Dubái, en clase ejecutiva, nada menos que a la esposa del presidente de la República. Te sentirás mejor.

 

Bonomi: cortita y al pie

Se fue febrero y con febrero se fue el Bicho.

Ya se dijo todo de él; menos lo que importa, y lo que importa no tiene una versión diplomática o delicada.

Defendió a los buenos policías y persiguió a los otros. Corrió a centenares de policías corruptos. Varios fueron restituidos por este gobierno y han vuelto a las andadas.

No disfrazó las cifras de los delitos, ni alentó la prepotencia policial, ni tuvo a favor a la prensa hegemónica. Tampoco una pandemia que hizo bajar las cifras de delitos en casi toda América Latina y el Caribe, tal como testifica el informe de InSight Crime.

Los policías vieron mejorados su equipamiento y tecnología, a la vez que el gobierno multiplicó sus sueldos. Humanizó el trato de los oficiales al personal subalterno.

Jamás impidió que los civiles filmaran algún procedimiento policial.

Le puso GPS a los patrulleros, terminando con una cantidad de jodas y ganándose no pocos adversarios en las filas del Ministerio del Interior.

No pasó su gestión culpando a sus antecesores.

No era simpático, pero tampoco demagogo.

También tenía helicópteros; pero se usaban en procedimientos y no se paseaba en ellos para hacer circo.

Tampoco se paseaba en el automóvil de un criminal.

Luchó por la causa popular hasta el último día, literalmente.

Se tenía que decir. Queda dicho.

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