A principios de abril, cuando la sociedad uruguaya atravesaba uno de los peores momentos de la pandemia y sigue atravesando a la salida de esta nota, a los sectores de la sociedad que reclamaban de parte del Poder Ejecutivo medidas para restringir la movilidad y la ayuda económica que la hiciera efectiva, el ministro de Educación, Pablo Da Silveira, escribía en su Twitter: “En 1940-1941, los ingleses, solos contra Hitler, resistieron los bombardeos permanentes gracias a su temple colectivo. No decían cosas como “era previsible”, “debieron construir más refugios” ni “hay demasiados heridos que curar”. Decían: “Entre todos vamos a salir de esta”.
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Ese “entre todos” no fue contemplado por los legisladores de la coalición multicolor.
Los legisladores frenteamplistas que propusieron extender el alcance de este impuesto transitorio a los salarios más altos del sector privado (lo que permitiría recaudar estimativamente 30 millones de dólares) y a los depósitos y participaciones en acciones y otros activos financieros, esperaban recaudar aproximadamente unos 60 millones de dólares (esto es tomando en cuenta los activos de uruguayos en el exterior y también de extranjeros que son residentes uruguayos), proyecto elaborado por Pablo Ferreri.
Una recaudación bastante más importante que la aprobada y un sacrificio para la patria por un plazo de dos meses.
La masa salarial privada es el 75% y la pública del 25%, con lo cual la defensa acérrima de los “mallas oro” carece de sustento económico.
Motores exclusivos
Si hay un sector donde la pandemia no golpeó fue en los sectores poderosos del agro.
En la edición 2021 de la cosecha de arroz, las autoridades presentes coincidieron en que esta zafra es mejor que la anterior debido al precio, la mayor siembra y por el fuerte apoyo que el Banco República volvió a prestar, lo que permitió al sector terminar con números positivos.
Uriarte habló del tesón de la gente al tiempo que el Presidente Lacalle agradeció las toneladas de arroz donadas.
Por suerte, además, este sector recuperó el mercado peruano, lo que les augura con los números obtenidos en la cosecha un buen año.
En el sector ganadero y de acuerdo a un informe de la Unión de Exportadores, en 2020 los ingresos de divisas por venta de ganado en pie sumaron 118 millones de dólares, creciendo un 15% con respecto a 2019, y aunque 2021 tuvo una leve caída, no se la considera significativa.
En enero de 2021 se faenó mas ganado (41.911 cabezas) que en enero de 2020 (22.200), según cifras oficiales aportadas por el Instituto Nacional de Carnes.
La zafra de soja comenzó mostrando rendimientos dispares, especialmente a nivel de los cultivos de primera, pero según voceros del sector, se están viendo rendimientos que van desde el entorno de 1.000 kilos hasta pasar largo los 2.500 kilos por hectárea, lo que auspicia resultados muy positivos.
En los datos de Uruguay XXI, las exportaciones de esta división saltan de 15 millones de dólares en los primeros dos meses de 2020 a 41 millones de dólares en enero y febrero de este año, un salto de 170%.
En el 2019, un informe realizado por la consultora PWC revela que en promedio quienes ocupan cargos gerenciales en Uruguay perciben $ 216.456 y quienes ocupan cargos en el nivel dependiente $ 50.903. La diferencia es de $ 165.653.
En tres sectores analizados (industria química, laboratorios y retail), la industria química fue la que presentó salarios más altos en el nivel gerencial con un promedio de $ 300.000. En el nivel medio, de jefes de área, también fue la industria química la que registró una mediana más alta con $ 140.000 y en el nivel dependiente la superaron los laboratorios con $ 60.000.
En noviembre de 2020, la Canasta Gerencial de Búsqueda (CGB) ascendió a $ 553.930 mensuales. El incremento respecto a agosto fue de algo más de $ 10.500 o 1,9%.
Por supuesto que faltan muchísimos datos manejados con discreto rigor y el blindaje del secreto bancario, pero el apoyo del sector privado y los que tienen capitales en el interior para dar una inyección de la economía no parecería ser un elemento que los hiciera huir del país, porque pandemia hay en todos lados y afecta a todos por igual.
Esta sí, Talvi
El extinto políticamente Ernesto Talvi no se cansaba de poner como ejemplo a Chile; cierto que el alzamiento popular en el país trasandino refutó sus teorías, pero, mientras en Uruguay se blinda a los mallas oro, en Chile se acude a ellos (aunque siendo chilenos tal vez hablen de los “malla cobre”).
La Cámara de Diputados aprobó, el miércoles 21 de abril de este año, la idea de legislar el proyecto denominado como “impuesto a los súper ricos”, con 105 votos a favor, 18 en contra y 26 abstenciones.
Respecto a la iniciativa, establece por única vez un impuesto al patrimonio de personas naturales con grandes fortunas, destinado al financiamiento de una renta básica de emergencia.
Cruzando el charco, en Argentina, la iniciativa de un impuesto transitorio a las grandes fortunas fue votada en el Senado en diciembre y con 42 votos a favor y 26 en contra fue aprobada. El viernes, el gobierno de Alberto Fernández oficializó su reglamentación y activación.
La llamada Ley de Aporte Solidario y Extraordinario concierne a más de 12.000 personas que declararon un patrimonio superior a 200 millones de pesos (US$ 2,5 millones) en todo el país.
El gobierno espera recaudar alrededor de US$ 3.000 millones. El dinero también ayudará a financiar becas y ayudas sociales.
Hasta el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha mostrado abierto a que los países instauren una tasa covid temporal para financiar la salida de la crisis y que se aplique a las empresas y personas con mayores ingresos, con la idea de reducir la erosión fiscal y la desigualdad.
La medida sobre las rentas de los más ricos no sería algo inédito, ya que se ha aplicado en casos excepcionales como en Alemania, a causa de la reunificación del país, así como en Australia (2011) o Japón (2013).
Abogados de los mallas
Entre los varios argumentos que legisladores oficialistas esgrimieron para no votar lo planteado por la oposición, está el fundamento del senador Manini Ríos, que planteó: “Se ha hablado de los miles de millones de dólares que tienen residentes o uruguayos fuera del país y sería bueno hablar de cuál es la razón de que esos uruguayos saquen el dinero fuera del país porque no se generan en Uruguay las condiciones de inversión necesarias. Porque el costo país de Uruguay hace inviable que muchos de esos uruguayos piensen en tener el dinero acá adentro y no sacarlo”.
Los conceptos de patria y nación andan medio entreveradas por estos días.
Tasas
El impuesto se determinará mediante la aplicación de tasas progresionales vinculadas a una escala de remuneraciones y prestaciones nominales:
Hasta $ 120.000 = 0%
De $ 120.001 a $ 130.000 = 5%
De $ 130.001 a $ 150.000 = 10%
De $ 150.001 a $ 180.000 = 15%
Más de $ 180.001 = 20%