En declaraciones a la prensa durante una breve estancia en Londres, Sader, colaborador cercano del exmandatario, recalcó que la única solución sería que se cancelen todos los procesos que tuvo a su cargo el entonces juez, y ahora ministro de Justicia, Sergio Moro.
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Si eso se llegara a decidir, entonces Lula saldría, porque él no acepta otra cosa que no incluya el reconocimiento de su inocencia, aseveró.


En su opinión, la publicación en la revista digital The Intercept de los mensajes que intercambió Moro con los fiscales que involucraron al exmandatario en un caso de corrupción conocido como Lava Jato, son la mejor prueba de que hubo una confabulación política contra el exlíder obrero.
El Supremo decía reiteradamente que el juez Moro no podía juzgar a Lula, que eso era absurdo, y después de las revelaciones de The Intercept es todavía más absurdo, recalcó.
El también coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro, desestimó, sin embargo, que el Tribunal Supremo Federal de Brasil, el cual comenzó ayer a analizar la legalidad de las sentencias dictadas en segunda instancia, vaya a favorecer ahora al expresidente.
Aunque ya hubo una decisión genérica favorable a un condenado, lo que suele hacer siempre el Supremo es aplazar y aplazar, agregó Sader, tras señalar que en la máxima instancia judicial del país suramericano hay un sector dedicado a la persecución política, y a esferas más altas, dijo, predomina la connivencia con el silencio.
Para nosotros se trata de una decisión política, porque jurídicamente, hace tiempo que podían haberlo hecho. Ahora hay que ver si tienen el coraje político para dar ese paso, comentó.
La corte suprema brasileña comenzó la víspera a estudiar las llamadas Acciones Declaratorias de Constitucionalidad, para determinar si es legal enviar a la cárcel a un acusado juzgado en segunda instancia.
De prosperar el reclamo, habría que liberar a miles de prisioneros, entre ellos a Lula, quien según Sader, nunca tuvo derecho a la presunción de inocencia, y está preso desde abril de 2018, mucho antes, dijo, de que terminaran todas las instancias del juicio en su contra.